LA PRINCESA

CAPÍTULOS DEL 387 AL 394

CAPÍTULO 387 - ¿MUERTO?

Con gran velocidad, el Papa Ji Sheng saltó al lado de la estatua de Dios desde la entrada del pasadizo subterráneo junto a la estatua de Dios, extendiendo la mano y sondeando el oído de la estatua de Dios.

Jun Wuji había estado de pie al lado, observando con una sonrisa en su rostro.

Su mirada y su actitud hicieron que una pizca de alarma surgiera en el corazón del Papa Ji Sheng.

Sin embargo, esa cautela fue rápidamente aplastada.

Era porque Jun Wuji también se había movido.

"Papa, ¿qué estás tratando de hacer?"

Jun Wuji ya había atacado hacia el Papa mientras hablaba.

El Papa sabía que había una diferencia entre su cultivo y el de Jun Wuji.

Pero eso no importaba, ya que el Papa sostenía las dos tazas de Agua Divina en sus manos, con una pizca de crueldad brillando en su rostro.

El agua divina era un tónico excelente para la gente de la Sala Divina del Sol y la Luna, no sólo era capaz de permitir que el cultivo creciera, sino que también tenía un efecto curativo muy bueno en sus propias heridas, lo que era extremadamente raro.

Por lo tanto, en esta situación actual, el Papa no se había ido todavía, sabiendo que la situación no era buena para él.

Era porque no podía dejar ir estas dos tazas de agua divina.

Su cultivo no era tan alto como el de Jun Wuji, pero si bebía el agua divina, no debería tener problemas para abandonar este lugar.

Jun Wuji deliberadamente disminuyó su velocidad y fuerza, sólo para darle tiempo al Papa a beber el "agua divina."

El Papa tomó las dos tazas de Agua Divina, su figura fue extremadamente rápida para evitar a Jun Wuji, su corazón se elevó con débil alegría por haber evitado el golpe de Jun Wuji, pensando que incluso los cielos le habían ayudado.

Aprovechando esta oportunidad, extendió directamente la mano, se llevó las dos tazas de Agua Divina a la boca y se las bebió todas de un trago.

Por miedo a que Jun Wuji volviera a atacar, bebió muy deprisa.

Un líquido frío que se deshace en la boca y corta inmediatamente la garganta.

Sólo después de beberlo, el Papa se sorprendió al darse cuenta de que sabía un poco a...

Para entonces, la gente que ya había descendido al subsuelo ya había descubierto la estatua en el fondo de la tierra.

"¿Qué clase de estatua es?"

"Acércate y echa un vistazo."

"No parece haber nada más que estatuas."

La multitud estaba un poco decepcionada por no haber obtenido ningún beneficio en el suelo, pero aun así volaron hacia la estatua.

Cuando vieron la cara de la estatua, hubo otro grito: "¡Es el Papa!"

"¡Sorprendentemente, es la estatua del Papa!"

Si la estatua seguía intacta en el centro, la multitud podría haber pensado que era el Dios Verdadero Sabio Ancestral quien les había ordenado descubrir la estatua diciéndoles a todos que respetaran al Papa tanto como se respetaban a sí mismos.

Sin embargo, este no es el caso.

Anoche durante la pelea, el dragón había luchado con la estatua, la estatua estaba traumatizada, le faltaban brazos y piernas, pero sólo la cara no estaba dañada, ni en el centro, parecía una estatua que había sido tallada por otra persona y aún no había sido terminada.