Cruel Summer ● fred weasley fanfic

14 DE AGOSTO 1990

— Hola pelirrojo —saludó la castaña mirando al pelirrojo que se acercaba a ella

— ¿Qué haces de cabeza? —preguntó el pelirrojo al ver a su amiga de cabeza

— Nueva técnica de lectura, te dije que estaba intentando algo nuevo —dijo mientras encogía los hombros restándole importancia

— Pero nunca me dijiste que era esto —el pelirrojo señaló con las manos la posición de la chica

— ¿Algo nuevo en tu casa?

— Mi padre trajo un auto encantado y mamá casi lo asesina con las agujas de tejer

Cuando Fred descubrió que Olivia también era bruja, un pequeño alivio lo recorrió, ya que podía hablar libremente de los temas que quisieran sobre el mundo mágico. Pero no le gusto saber que la castaña tenía su edad y no iba a Hogwarts, si no a Beauxbatons. Había comenzado el verano yendo una vez a la semana a ese árbol encontrándose con ella en secreto, siempre se escabulle de su madre, incluso comenzó a hacerlo de George, era cómo su pequeña amiga secreta, y le gustaba saber que solo él sabía cómo encontrarla. Claro que le había contado a George sobre ella, pero jamás le dijo cómo encontrarla o que se veían para jugar y hablar.

— Eso es genial —dijo la castaña con entusiasmo volviendo a sentarse en la rama del árbol para bajar de él de un salto que siempre dejaba sorprendido a Fred— ¿Y ya lo condujiste?

— ¿Tus padres tienen auto? —preguntó sorprendido

— ¿Qué parte de mi madre es bruja y mi padre es muggle no entendiste pelirrojo? —dijo con sarcasmo

— Pensé que igual usaban los métodos mágicos —dijo obvio

— Pues no, lo usamos más que nada cuando papá quiere salir de paseo con nosotros o cuando vamos con mi abuela —explicó la castaña sin darle mucha importancia mientras comenzaba a sentarse en las raíces del árbol seguida del pelirrojo

— Eso es genial.

— ¿Charlie ya se fue?

Fred había comenzado a hablar de su familia hace apenas una semana, cuando la castaña comenzó a hacerlo hablándole de su hermano mayor y cómo siempre le compraba cosas con su mesada de las excursiones a las que lo dejaban ir en la escuela que a ella no se le tenía permitido ir.

— Si, mamá no deja de llorar desde hace una semana que comenzó a hacer la maleta y ni se diga hace dos días que se fue —dijo con disgusto, a Fred le causaba mucho conflicto ver a las personas llorar, nunca sabía cómo reaccionar—. Cada vez que cocina la puedo escuchar llorando por alguna cosa que le recuerda a él.

— ¿Pero sigue mandando cartas?

— Está mañana llegó la primera, hubieras visto su cara, comenzó a llorar sin siquiera abrirla

— ¿Cómo está George, ya no pregunta por mi?

— Solo cuando llegó tarde de estas visitas, pero normalmente no le importan—se encogió de hombros quitándole importancia—, a veces está dormido todo el día

— Se ve genial tener un gemelo —exclamó con ilusión

— Lo es —afirmó Fred con orgullo

— Ahora cuéntame las demás bromas que hicieron en su primer año —exclamó con entusiasmo—. No terminaste de contarme sobre la slytherin con el cabello rosa

Eso era otra pequeña cosa, Fred le contaba todos los detalles de su año escolar, le contaba sobre las bromas que hacía con George, sobre las aburridas clases que tomaba, incluso de las veces que lograba robar una escoba y escabullirse hasta el campo de quidditch por la noche.