Avenida A

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Ya casi nunca vemos la luna,
así que
no es de extrañar
que sea tan hermoso
cuando de pronto
alzamos la mirada
y ahí está flotando,
su cara recortada
sobre los puentes,
orbitando radiante,
leve,
y un viento fresco
agita el cabello sobre tu frente
y tus recuerdos del paisaje
con locomotoras de Red Grooms,
quiero un bourbon,
quieres unas naranjas,
me encanta la campera de cuero
que me regaló Norman
y el saco de pana
que te regaló David,
hay más misterio en él
que en la primavera,
los cielos de El Greco
que se rasgan
y luego se reúnen como leones
en una vasta
y trágica sabana
eso está lejos
de nuestros pequeños yoes
y nuestras pasiones
transitoriamente unidas
en la catedral de los eneros.

Todo es demasiado comprensible
estos son mis poemas que acarician, delicados,
supongo que habrá más
de aquellos otros por venir,
como antes

¡Tantos!

Pero por el momento
la luna se descubre
como una perla
a mi corazón
igualmente desnudo.

Frank O'HaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora