Capitulo 17

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En un mundo apocalíptico, donde el caos y la destrucción eran algo cotidiano, una antigua raza de hombres mitad árboles, gigantes demonios, había conquistado el mundo de los hombres lobo. El amo de esta malévola raza era el temido Rey Alfa, cuya sed de poder no conocía límites.

El paisaje que se extendía ante ellos era desolador. Bosques marchitos y campos estériles se extendían tan lejos como alcanzaba la vista. El cielo, cubierto de nubes oscuras, apenas dejaba pasar la luz del sol, sumiendo al mundo en una oscuridad perpetua.

Los hombres mitad árboles, con torsos de madera retorcida y ojos llameantes, eran temibles guerreros. Sus manos eran garras afiladas como cuchillas, y sus piernas se hundían en el suelo, otorgándoles una estabilidad inquebrantable. Cada uno de ellos estaba armado con armas forjadas en las profundidades de la tierra, imbuidas de magia oscura.

Durante siglos, los hombres lobo habían luchado por recuperar su tierra y su libertad, pero el Rey Alfa era imbatible. Hace cien siglos, los cinco monarcas de las manadas existentes habían unido sus fuerzas para derrotarlo, armados con un coraje inquebrantable y determinación, se lanzaron a la batalla final contra los hombres mitad árboles gigantes demonios y su temible Rey Alfa.

La lucha fue épica. Los aullidos de los hombres lobo resonaron en todo el campo de batalla, mientras enfrentaban a los gigantes demonios con garras afiladas y corazones valientes. Las espadas chocaban contra las cadenas que rodeaban los cuerpos de madera retorcida de los gigantes, y la tierra temblaba bajo el conflicto titanesco.

Con habilidad y estrategia, los monarcas lograron encadenar a los gigantes demonios uno por uno, mientras el Rey Alfa observaba impotente cómo sus soldados eran sometidos. La magia oscura que había sostenido a su ejército comenzó a desvanecerse a medida que las cadenas mágicas los apresaban.

Finalmente, llegó el turno del Rey Alfa. Los monarcas, agotados pero decididos, se enfrentaron a él en una batalla feroz. A pesar de su inmenso poder, el Rey Alfa ya no podía competir contra la determinación y la unidad de los hombres lobo.

Con un último esfuerzo conjunto, lograron encadenar al Rey Alfa, poniendo fin a su reinado de terror de una vez por todas. Las cadenas mágicas brillaban con una luz intensa, sellando su destino.

El mundo apocalíptico que había estado bajo el yugo de los gigantes demonios comenzó a sanar. Los campos estériles florecieron, los bosques marchitos cobraron vida y la luz del sol volvió a brillar en el cielo. Los hombres lobo habían recuperado su tierra y su libertad.

Sin embargo, había un secreto que aún debía ser revelado

embarazada a los 15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora