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1792 Segunda noche.

Pasé mi primera noche con él.

No se porqué, pero sospecho que lo hizo a proposito. Cuando terminé con mi escritura la madrugada de ayer, Lestat comenzó a gritar dramáticamente.

"¡Oh, por el amor del demonio!"

Me acerqué a ver de que se trataba.

" ¿Te das cuenta de que no he preparado nada para ti? Qué tonto he sido!"

Estuve tentado en decir: "Pues lo eres", pero no dije nada.

" Tendrás que acostarte conmigo este día. No te he preparado un féretro."

Me estremeci de nuevo... Más, no dije nada, todavía no recuperé mi capacidad de hablar.

El vampiro se rió, pude ver sus dientes y colmillos.

Cuando vi el féretro que Lestat usaba para dormir, despertó una de mis fobias mas ambiguas. Recordé el funeral de mi padre y el funeral de mi hermano.

Luego, sentí la alarma de tener que compartir un féretro con Lestat. Fue como si mi cuerpo reaccionara, impulsado por el miedo.

Volvi a hablar.

Le rogué a Lestat que me dejara quedar en el armario, el se lo tomó a la ligera,orgulloso de que descubriera como hablar de nuevo, me dijo que no era seguro. El ataúd se cerraba bien desde dentro y la gente no se sentía tentada a mirar esa clase de cosas.

Me dijo que entrara.

Yo no pude soportar la idea; toda mi vida había temido los lugares cerrados. Nacido y criado en casas francesas con altos techos y grandes ventanas, tenía miedo de quedarme encerrado.

Incluso me sentía incómodo en el
confesionario de la iglesia.

Era un miedo bastante normal.

Y, cuando se lo Comuniqué a Lestat, me di cuenta de que, en realidad, no sentía más miedo. Únicamente lo estaba recordando. Lo tenía como
hábito, como una deficiencia de capacidad de reconocer mi libertad actual.

Fascinante...

" Te estás portando mal "

Me dijo Lestat.

" Y ya casi amanece. Tan pronto como
te llegue el sol, te quemará."

Su voz era calmada, serena, colocó ambas manos sobre mis hombros.

"No temas más, eres como un hombre que ha perdido un brazo o una pierna e insiste en que puede sentir dolor donde antes había estado el brazo o la pierna."

Eso fue lo más positivo, inteligente y útil que Lestat dijo en mi presencia, y me hizo ver la realidad.

" Yo entraré primero al ataúd y tú te pondrás encima "

Y lo hice. Me puse encima de él, absolutamente confuso por mi falta de miedo, y lleno de incomodidad por estar tan pegado a él, pese a lo hermoso y fascinante que era.

Y él cerró la tapa.

Sentía que todo mi cuerpo latía e incluso una especie de dolor caminaba por mi cuerpo y avanzaba por todas partes, era parecido a un sintoma del resfriado, malestar en general.

No quería molestar con eso, ya me sentía lo suficientemente incómodo durmiendo encima de mi creador.

Decidí callar, y cerrar los ojos, intentando dormir, a pesar de las molestias que me aquejaban.

Entonces sentí que Lestat pasaba sus uñas por mi espalda.

" ...No estas muerto del todo, mi amigo, cuando lo estés, sólo lo oirás cambiar, pero no volverás a sentir... Para la noche, ya estarás muerto. Ahora no le prestes atención, duerme... "

Fue relajante, debo confesarlo, sus manos acariciaron mi espalda, parte de mis hombros, brazos y cabello, no voy a negarlo, se sentía bien, me acurruque más sobre su pecho y pude conciliar el sueño.

Cuando desperté, me sentí... cambiado.

Estoy vivo, es obvio, pero mi cuerpo había muerto. Cuando tomé conciencia de ellos, entré en otro estadio de divorcio de mis emociones humanas, por ejemplo, no sentía pudor, ya no me incomodo compartir el féretro con Lestat.

Lo primero que hicimos fue poner su féretro en un carruaje y robamos otro de un depósito, en ese transcurso, noté que Lestat no me parecía tan fascinante como cuando estaba vivo...

Antes de morir, Lestat fué la experiencia más abrumadora que
jamás había tenido.

Ahora es como si mis sentimientos estan revueltos.

No me siento como un humano, pero siento culpa cada vez que Lestat mata frente a mi...

No se qué sentir al respecto...

Es detestable...

Louis du Lac.

𝗠𝗲𝗺𝗼𝗿𝗶𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗩𝗮𝗺𝗽𝗶𝗿𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora