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"Todo es tu maldita culpa! "

Le grité.

Deseaba que se fuera de allí y me dejara solo, me puse de pie, estaba tan enojado que mis uñas se clavaban en la palma de mi mano.

"Soy un monstruo!, por tu culpa lo perdí todo! Y ahora estoy condenado por la eternidad!"

Me desahogué por varios motivos, el hecho de que no volvería a convivir con mi hermana y mi madre, yo estaba muerto para ellas y para todos mis conocidos.

En ese momento perdí el control de mis emociones e impulsos.

La furia que sentía por mi creador pasó a convertirse en un inexplicable impulso de abrazarlo, de un momento a otro me aferré fuertemente a él, me aferré a él como si mi vida dependiera de ello.

Hundí mi rostro en su hombro, nuevamente un par de lágrimas cayeron por mis mejillas.

Antes de corresponder al gesto, Lestat dijo:

"...ya te acostumbrarás, te lo aseguro."

Y sentí sus brazos rodeando mi cuerpo, palmeo mi espalda un par de veces.

No se cuanto tiempo estuvimos así, pero yo me negaba a soltarlo...

Cerré mis ojos con fuerza, estábamos en medio del pantano, bajo el cielo nocturno.

Mi fuerza aumentó gradualmente, me deje llevar, sentí el impulso de clavar mis uñas en la espalda de mi creador, deseaba estrujarlo entre mis brazos hasta asfixiarlo y escuchar el sonido de sus huesos tronar lentamente.

Mi bizarra y violenta forma de pensar me asustó, abri los ojos, lo empujé y me separe de inmediato, volviendo a ser conciente de lo que sucedía a mi al rededor.

Entonces Lestat sacó su pañuelo, se encargó de limpiar los rastros de sangre de mis mejillas.

"Oh, Louis, arruinaste un conjunto de satín que te sienta perfecto."

No quise prestarle atención, me alejé, además de mis oscuros pensamientos, me sentía como un infante patético después de una rabieta.

Lestat me pasó su pañuelo para que termine de asear mi rostro por mi cuenta, noté que tenía grabado la letra "N", supongo que se lo quitó a una de sus víctimas.

El resto de la noche, las palabras no fueron necesarias.

No di explicación del " por qué " de mi colapso, y él tampoco preguntó.

Así que ambos nos mantuvimos con la boca cerrada hasta llegar a casa.

Inventamos la excusa de que yo había bebido en exceso y me había involucrado en una riña para despistar a los sirvientes indiscretos que se preocupaban por mi bienestar, al entrar, pude ver la genuina expresión de espanto y a la vez la compasión de Yvette.

Tomé un baño y procedí a cambiarme de ropa, una vez en la bañera me puse a reflexionar sobre lo sucedido.

En la soledad de la bañera, oí mis  pensamientos, cedí a la nostalgia, a mis penas y mis culpas, le había gritado a mi creador lo mucho que lo odiaba, pero aún con todo ese sentimiento de enojo y de rabia, no pude hacerle daño.

¿Será el instinto de respeto?

¿La regla del mas fuerte?

Lestat posee habilidades escondidas, estoy seguro, además de leer mentes, puede hipnotizar a sus víctimas y hacerlas dormir solo con la mirada, la última noche del año, Lestat se dió un digno festin de año nuevo con un grupo de jovencitas francesas recien llegadas. No quise presenciarlo y pasé el año nuevo en otra sala.

No estoy seguro si Lestat puede inmiscuir en mis pensamientos, si lo hiciera, apuesto a que sabría el desprecio y el odio que siento por él, pero hasta el momento no dijo nada al respecto.

Lestat no es muy expresivo con esos temas, nunca da detalles de su pasado, hasta el momento, ni si quiera es capaz de decirme quién fue su creador.

Pero, si soy sincero conmigo mismo, yo elegí esta vida, yo fuí al cementerio a encontrarme con él, yo dije que aceptaba el trato, estaba conciente, es hipócrita de mi parte echarle toda la culpa a él cuando realmente, gran parte de la culpa es mía.

Debo aprender a lidiar con eso.

Es más, la noche de navidad después de tomar una ducha, sentí el peso de la culpa, tenia la necesidad de compensar mi mal comportamiento de alguna forma.

No lo sé,

Solo deseaba cumplir con mi palabra,

Dije que nos lleváramos bien y deseaba cumplirlo en lo que quedaba de la noche.

Mi creador se puso a tocar el piano, y yo pedí disculpas por mi inoportuno y vergonzoso comportamiento, le ofrecí dar una última vuelta por la ciudad, o si prefería algo más cercano, por los mausoleo o plantaciones.

Él estuvo de acuerdo, pero en vez de regresar al pueblo, me llevó a dar un paseo al pantano, a las afueras del cemento, el lugar donde todo inició.

Por primera vez, Lestat me habló un poco de su vida en París, dijo que a todos los vampiros pasamos por el remordimiento, no es sencillo dejar todo atras a cambio de inmortalidad, que a diferencia de mi, el no pudo escoger en lo que se convertiría, también me dijo que no me preocupe por demás, sobrepensar desataría otra crisis, los vampiros somos muertos vivientes, todo rastro de humanidad nos abandona a medida que pasa el tiempo, solo es cuestión de esperar.

Casi al final de la noche, Lestat me preguntó si yo sabía bailar, fuí sincero y le contesté que no lo hacía muy seguido, el me ofreció su mano y me enseñó los pasos básicos para baila  vals, no negare que fue entretenido,  empecé como todo un principiante, un par de pisotones y uno que otro tropezón de por medio.

¿Qué?

No es fácil coordinar pasos en la oscuridad y en medio de un pantano.

Hubieron risas de por medio, una charla amena, reflexiones de la vida, todo eso hasta que divisamos los primeros rayos de sol al horizonte, solo entonces tuvimos que regresar a la mansión a toda prisa.

Para ser la primera navidad lejos de mi familia, además de esa crisis emociona, no fue tan malo después de todo...

𝗠𝗲𝗺𝗼𝗿𝗶𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗩𝗮𝗺𝗽𝗶𝗿𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora