Tres Noches...

Cochero

Castillo del Conde Nara

Esa noche...

El Conde miraba por su ventana como el camino a su castillo venía siendo iluminado por ramas incandescentes que los propios invitados llevaban en sus manos.

¿Sabrían ellos lo que les deparaba esa noche? ¿Sabrían que más de uno perdería la vida de manera violenta?

Si bien el Conde no participaba en las orgías era voyerista y se divertía mirando lo que sus huéspedes le hacían a inocentes y no tan inocentes doncellas.

— Señor ya debe bajar y mezclarse entre los invitados

— Lo haré en un momento Hisashi

El mayordomo del Conde se dio vuelta y salió de la habitación. Sabía su papel en la primera noche por lo que apresuró sus pasos para llegar al gran salón.

Tal y como había mencionado el Conde, el camino al castillo era iluminado por ramas incandescentes que las doncellas usaban para abrirse paso en medio de la oscuridad de la noche.

Todas asistían con sus mejores galas, la mayoría no asistía por el incentivo económico sino mas bien por el Conde.

Si bien nunca nadie lo había visto, ni siquiera en fiestas anteriores, las doncellas no perdían la fe en poder dar con él y usar sus encantos para enamorarlo y convertirse así en su condesa.

— Todas quieren con el Conde y hasta ahora nadie lo ha visto —susurró TenTen caminando al lado de Temari quien miraba lo frondoso del bosque— ¿Porqué estás tan callada?

— No estoy segura pero creo que alguien nos viene vigilando desde que entramos a este tramo —continuó mirando asolapadamente

— Pensé que solo era mi intuición —Temari negó— yo también siento lo mismo, es como si una criatura estuviese al asecho —ambas se miraron— sabes que tengo el poder de ver hombres lobos y licántropos camuflados, su olor y sus ojos los delatan

— ¿Entonces crees que es eso?

— Creo que si... —continuó caminando— es luna menguante, los hombres lobo no se magnificarán pero los licántropos... ellos son otra historia... me pregunto que encontraremos en el Castillo

— Eso es lo que más me intriga y lo sabes... el Conde anteriormente ya ha realizado fiestas y siempre hay doncellas que desaparecen

— Pero nadie habla de ello —susurró

— Nadie habla de ello porque nadie recuerda —ambas de detuvieron— el Conde debe visitar sus casas y usar su poder hipnótico

— Es lo que te dije —reclamó— mejor regresamos —se quiso dar vuelta pero Temari la tomó de la mano.

— Escúchame —habló más bajo— si quieres puedes irte no voy a detenerte pero si quieres quedarte usa esto y escóndelo en tus partes —le entregó un pequeño objeto— es un amuleto que te servirá de protección, lo he venido preparando durante tres lunas llenas así que su hipnosis no tendrá efecto en nosotras porque tenemos este seguro

TenTen lo tomó y lo escondió en su ceno izquierdo.

— Bien —se dio vuelta para empezar a caminar— no pienso dejarte sola aunque sigo pensando que algo horrible pasa allí y me alegra que ahora creas lo mismo

— Vamos a descubrirlo—sonrió

— Mientras no nos maten —susurró negando mientras Temari sonreía por su forma de decirlo.