Tres Noches...

Eres un Vampiro y yo una Bruja

Tenía la boca rota y aguantaba la sangre de su nariz con su mano derecha.

Ino yacía sin vida al lado de la cama, los moretones y arañazos en su cuerpo no eran lo más cruel que su victimario le había hecho.

La mujer había pasado de ser ultrajada a ser vejada sistemáticamente sin contemplaciones mientras la otra mujer estaba inconsciente.

— ¿Que vas hacerme? —preguntó tragando la sangre de su nariz que pasaba por su garganta

— Nada grave si accedes a lo que ella no quiso —miró el cuerpo en el suelo

— Eres un narcisista ¿Quién te crees? ¡No eres el Conde!

— No necesito tener un título, cualquier silla se convierte en mi trono si yo me siento.

— Tengo que salir de aquí...

Sakura saltó de la cama desnuda en dirección a la puerta pero con lo que no contó fue con que Sasuke la sujetara de los cabellas arrastrándola por el piso hacía una pared que abrió ni bien él la empujó.

Era un pasaje secreto a los calabozos del castillo.

El grito desgarrador de Sakura fue lo último que se escuchó en esa habitación.

 

                                     🏰

— ¿Qué fue eso? —preguntó TenTen deteniéndose en el pasillo— ¿Qué fue ese grito?

— No fue nada —respondió Kankuro

— No me digas que no fue nada —respondió enojada— escuché el grito de una mujer y fue como si... estuviese experimentando dolor o sufrimiento que se yo.

— Quizás una de las invitadas se golpeó o cayó y por eso grito —aseveró— muchas han bebido más de lo que sus cuerpos aguantan

— Ustedes se desviven en llenar nuestras copas —habló enojada

— Nadie las obliga a beberlas ¿o yo te obligué? —TenTen frunció el ceño y cuando se dispuso avanzar Kankuro la cogió del brazo— responde ¿Te obligué a beber?

— No —respondió mirando los ojos de él, estos  habían cambiado su forma, ya no eran circulares sino prismados, su color también había cambiado— yo lo siento... de hecho agradezco que... —suspiró

— Mejor vayamos a ver a tu amiga...

Kankuro la soltó y empezó a caminar siendo seguido por TenTen.

                                      🏰

El Conde la miraba de otra forma, Temari no podía entender porque se sentía tan abrumada y asustada pero era lo que sentía en ese momento.

Las miradas del Conde la ponían nerviosa y al parecer él se había dado cuenta de eso.

— Temari... —fue lo único que pronunció luego de escuchar un grito.

Temari se horrorizó.

— ¿Qué fue eso? —preguntó queriendo esta vez si levantarse de la cama— Es una mujer ¿No es así?

— Si —respondió con voz apacible tratando de bajar el tono de la situación— seguramente alguien se accidentó

— Pero ese grito fue como si...