Izuku en Danmachi

II

.— Luego de la breve (y rara) conversación entre esa "diosa" y yo, me levantó con cuidado de la cama, pensando que aún seguía afectado se la cabeza, tanto así que me ofreció amablemente cargarme en su espalda; claro me negué, apenas estaba un poco adolorido, o más bien, cómodo conmigo mismo.

Me llevó a comer algo por mientras llegaba su familia de ese tal "calabozo", esperando y rezando que ninguno hubiera muerto...

Agradecí obviamente la comida, y nos quedamos platicando un tiempo sobre lo que era este extraño mundo; aún no me creo la situación, pero mientras más precavido sea más posibilidades tendré de confrontar alguna posible situación.
   Unas dos horas después llegaron todos sus "hijos", y está de más decir que se extrañaron de mi presencia.—

Izuku— Buenas tardes.—

Hestia— ¡Hola, chicos! ¿Cómo les fue? Jijiji.—

La chica no cambió para nada su semblante animado y alegre.

—b-bien...y...¿quién es él, diosa?—

—nos vamos unos días y ya mete hombres a la casa...que horrible.—

Hestia— ¿¡Ah!? ¿Qué acabas de decir, Haruhime?—

Haruhime— n-nada...

Izuku— Lo siento interrumpir, pero se confunden...yo soy el chico que encontraron en el calabozo.—

Decía el chico negando lo anterior dicho por la otra chica.
   Todos lo miraron extraño, hasta que una luz se les encendió en su cabeza.

—p-pero...bueno, estabas irreconocible a comparación...pues estabas lleno de sangre, con ojeras, la ropa toda rasgada...estabas muy mal, ¿cómo te sientes ahora?—

Izuku— Estoy mejor, gracias por tu preocupación, amigo.—

Bell— ¡Llámame Bell!—

Rió un poco, tomando algo más de confianza en el peli-verde—nada raro de Bell—
   Hestia les explicó la situación a todos los presentes, con sumo detalle y con una seriedad sorprendente viniendo de ella.
   Todos miraron al chico.

Bell— ¡Por mí no hay problema! Espero que hagamos buen equipo-...—

Izuku— Llámame Izuku, Izuku Midoriya...un gusto.—

Mikoto— No me interesa mucho la idea, ya estamos nosotros y bueno, es raro...pero supongo que de esto se trata.—

Welf— ¡Por mí eres totalmente bienvenido, Midoriya! Mientras más mejor.—

Haruhime— ...Lo que nuestra diosa Hestia dictamine es una buena decisión, por algo es una diosa, así que...bienvenido.—

Hestia— ¡Hmp, hmp! ¡Así es! Soy sabía tal cual.
   ¡Oh, cierto! El proceso que tendrás que pase para convertirte en un hijo mío será algo vergonzoso...al menos para tí, jeje.—

La mujer con complejo de diosa me llevó a una habitación que tenía en la parte de arriba de su mansión, y fué ahí en dónde me tuve que quitar la camisa para ahí poder unirme a su familia, pero no creo que esto sea un dar por dar sexualmente, sino más bien creo que es por algo más complejo...quiero creer.
   Ella se pinchó el dedo y sentí una gota de sangre en mi espalda; un sentimiento horrible recorrió cada articulación de mi cuerpo, y me quedé frío por unos instantes, instantes en los cuales la chica a mi lado estaba viendo un papel con al parecer, resultados.

Izuku— Eso fué...—

Hestia— Oh, lo siento, me olvidé avisarte.—

Levantó su brazo, y movió aquel papel en tono de victoria, para después dirigirse a mí con una sonrisa y mirada no triste, sino más bien feliz, pero no del todo; tenía nostalgia.