CAP 5

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Narra Heinrey:
Mi reina me había contado sobre la discusión que había tenido con el emperador Sovieshu así que para contentarla le había mandado un ramo de flores a través de Mckenna en forma de pájaro, me había costado mucho convencer a mi primo para que lo hiciera pero al final fuí yo quien salió victorioso.

Cuando mi querido primo llegó me estuvo evitando todo el día ¿De verdad estaba tan enojado por el favor que "amablemente" le pedí que me hiciera? Si era así entonces le iría después a ofrecer mis disculpas ya que ahora tenía que ir a una cena que habían organizado mi Reina y Sovieshu.

Cuando me encontraba en el lugar pude notar que era el último en llegar y, para mí mala suerte me había tocado junto la amante del emperador, intente no ver el lado negativo y concentrarme en lo positivo, lo cual era que me había tocado enfrente de mi reina.

La cena transcurrió normal y con ello me refiero a que Navier fuera el centro de atención de todas las conversaciones, algo que a la concubina de pelos plateados le molestaba y ni siquiera hacia el mínimo esfuerzo de ocultarlo.

R: ¡Príncipe Heinrey! -dijo la chica llamándome- ¡Gracias por las flores que me mandó está mañana! -dijo levantando la voz apropositamente así ganando la atención de todos mientras que yo solo me quedé atónito '¿Flores a ella?' Pensé, en ese momento comprendí que Mckenna no me había estado evitando porque estuviera enojado, si no que el muy cobarde no tuvo la valentía de decirme el malentendido.- ¡El pájaro que las llevaba era muy bonito! -exclamó con una sonrisa victoriosa al notar como todos le prestaban atención, de verdad que ella era una maldita perra en busca de atención.-

H: Las flores no eran para usted -dije fríamente, iba matar a Mckenna-

R: ¿Disculpe? -preguntó ahora cambiando su expresión feliz a una triste.-

H: Mi pájaro se confundió, las flores no eran para usted -respondí sin mirarla, estaba muy concentrado pensando cómo iba a matar a Mckenna-

R: Pero la nota que traía decía "Para la mujer más bella" -respondió ahora con su voz temblorosa ¿De verdad ella se creía la mujer más bella? Que ego tenía para ser una simple amante.-

H: Si, eso decía, pero usted no es la mujer más bella -volvi a responder fríamente-

R: ¿Que? -ahora había empezado a llorar ¿Que ella solo servía para humillarse a si misma y para llorar?.-

Después de que dijera aquellas palabras un fuerte golpe se escuchó, el emperador había golpeado la mesa y se veía demasiado enojado, genial, ahora debía de lidiar con el rey de los idiotas.

S: Príncipe Heinrey ¿Cómo se atreve a faltarle al respeto a mi amante? -dijo enfadado.-

H: ¿Yo cuando le falte al respeto? -fingi inocencia- Solo dije la verdad, que usted y su amante no puedan soportar lo que es cierto no es mi culpa -en mi rostro se formaba una sonrisa al ver cómo su enojo aumentaba.-

S: ¿Que no pudo decírselo en privado para evitar todo esto? La a dejado en ridículo -respondió mientras apretaba los puños.-

H: ¿Y ella no pudo agradecerme en privado? -contraataque, pude ver cómo su cara se ponía roja del enojo y talvez de la vergüenza al saber que tenía la razón.-

S: ¡Daño la dignidad de mi amante! -dijo ahora levantándose de su asiento.-

H: ¿Dignidad? -respondí tratando de aguantar la risa- ¿Seguimos hablando de la misma persona? -bromee, no sabía que el emperador pudiera decir cosas tan absurdas pero divertidas.-

S: ¡No permitiré que siga humillando a si a mi concubina! -grito Sovieshu ¿Qué ya no le importaba su reputación como el emperador.-

H: Yo no la estoy humillando, ella se humilla sola -sonreí burlonamente, me encantaba ver cómo se enojaba cada vez más.-

N: ¡Fue suficiente! -dijo Navier interviniendo y levantandose de su lugar.- La cena a finalizado, cada quien a su habitación -dijo con un tono frío pero sus ojos reflejaban irá.-

Todos los invitados que estaban presentes obedecieron a Navier mientras que Sovieshu abrazaba a su amante para luego retirarse así dejándonos solos a mi amada Navier y a mi solos.

H: Reina sobre lo que dijo Rashta no es del todo cierto -empecé a hablar antes de que ella lo hiciera.- las flores eran para ti pero el estúpido de Mckenna se equivocó y se las entrego a ella -explique pero aún así ella me seguía viendo con enojo- ¿Acaso no me crees? O... ¿Por qué me miras así? -su mirada me daba miedo.-

N: ¿Cómo se te ocurre desafiar así a Sovieshu? -dijo furiosa ¿Por qué le enojaba? Para mí había sido divertido.-

H: ¿Hay algún problema? ¡Fue muy divertido! -le dije sonriendo al recordarlo-

N: ¡Para ti! ¡Pero como yo soy esposa de Sovieshu me afecta! -Dijo en forma de regaño, se me había olvidado por completo que lo que le afectará a la reputación del emperador también afectaría a la reputación de la emperatriz.-

H: Lo siento mucho mi reina, prometo no volver a hacerlo -dije mientras levantaba mi mano derecha y ocultaba mi mano izquierda la cual tenía los 2 dedos cruzados significando a que no lo iba a cumplir.-

N: Sabes que no te creo ¿Verdad? -dijo poniendo una cara de '¿Es enserio'.-

H: ¿¡Qué!? ¿Por qué no? -dije mientras fingía no saber la razón.-

N: Te conozco, se que estás cruzando los dedos para no tener que cumplir la promesa -¿Soy muy predecible? ¿O ella me conoce muy bien?.- Pero bueno, gracias por el intento de mandarme flores, para la otra dile a Mckenna que no se equivoqué -dijo sonriendo- Me tengo que ir, nos vemos -dijo para después besar mi mejilla e irse, así dejándome sólo.-

Me había quedado embobado por unos segundos por lo que acababa de pasar pero luego reaccione rápidamente, debía tener una charla muy seria con alguien en estos momentos.

Mckenna se encontraba disculpándose pero cualquiera que lo viera creería que lo amenace o le hice algo para que se pusiera a hacer eso ya que estaba arrodillado y parecía que estaba suplicando que le perdonará la vida. Lo levanté y le dije que no había problemas, a lo que me contó era que se había confundido de habitación y cuando estaba apunto de irse Rashta lo encontro y se llevó las flores dejándolo ahí desconcertado y asustado por no saber que decirme ¿De verdad me consideraba una persona tan cruel? Si yo era todo un "pan de dios". Le conté a Mckenna lo que había sucedido en la cena y como era de esperarse me había empezado a regañar.

M: ¿Que no piensas o que? -dijo furioso- ¡No puedes decirle esas cosas al emperador!.

H: Esto no hubiera pasado si tú hubieras entregado las flores a la persona correcta -dije en mi defensa.-

M: ¿¡Sabes que!? ¡No tengo porque soportar tus estupideces! -dijo para luego abrir la puerta e irse, de verdad disfrutaba hacer enojar a las personas, solo una era la excepción y esa persona era mi adorada Navier.

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Acabe el capítulo ¡Yuju! ¿Ahora que creen que debería de poner en la historia? Dejen sus recomendaciones porfa 🙏🙏🙏

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