Todas las flores que te regalé

Prólogo

Prólogo

Draco apenas había cumplido los trece años cuando se dió cuenta de lo que sentía.

Para nadie de sus amigos y familiares era normal que él se hubiese obsesionado con molestar al hijo del encargado de los Aurores, Harry Potter.

Todo había empezado cuando rechazó su amistad en el expreso de Hogwarts y Draco no había entendido por qué. Había sido amable, intentó no ser arrogante pero Potter simplemente lo había mirado mal y lo rechazó sin explicación alguna, ahí empezó todo.

Se metía con Potter cada que podía, molestando en clases, riéndose de su poca habilidad en Pociones y en su nulo conocimiento en Herbologia. Comenzó a odiarlo, un sentimiento que le fue correspondido.

Si Draco hablaba sobre a dónde iría por las vacaciones, Potter lo llamaba presumido arrogante.

Si Potter hablaba de lo mucho que deseaba ser un auror como su padre, Draco se burlaba diciendo que jamás lo lograría por su horrible rendimiento académico.

Peleas de niños sin importancia, los profesores los reprendían pero no tomaban medidas más desesperadas ya que hasta ahora no había habido duelos de magia o peleas al estilo muggle.

Cuando Draco cumplió los trece años tuvo algo que podría ser llamado como un "despertar."

Y se dió cuenta de por qué ansiaba tanto la atención de Harry Potter, lo que descubrió lo dejó en estado de shock y ahora le era imposible simplemente mantenerlo en secreto así que ideó un plan en el que se confesaría, en el que le diría todo lo que verdaderamente siente a Potter de manera anónima y con ayuda del lenguaje de las flores.

Fue para Draco, la mejor manera de externar sus emociones de manera correcta.