DIA UNO: PRIMERA CITA | KIULI

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Historia perteneciente al reto de escritura "Provocatio" de Malkia_Vee

Las praderas se encontraban increíblemente tranquilas, los únicos problemas del día fueron cebras entrando en pánico por pequeñas confusiones, por ello, la guardia del león había decidido tomar un descanso luego de patrullar, y todos se encontraban en sus casas, todos excepto cierto león, Kion, el líder de la guardia, quien andaba bastante inquieto junto a unos árboles, no dejaba de arrepentirse de haber hablado sin pensar mucho, aunque le había dado vueltas al asunto durante meses, pero lo de hoy había sido improvisado, no entendía en que momento se le ocurrió que sería una buena idea hacer esto.

Luego de dar varias vueltas al rededor de los árboles, decidió echarse y tomar una decisión, debía organizar este lugar para una cita, o salir huyendo bajo cualquier excusa, ya había pensado en varias, desde una cena familiar hasta directamente huir de las praderas y no volver a darle la cara a Fuli, se moría de vergüenza de solo pensar que habría malinterpretado todo y en realidad ella no sentía nada por él, solo una gran amistad e incluso una hermandad, pero, había aceptado la cita, eso significaba que si sentía algo, ¿no? O tal vez solo creyó que saldrían como amigos y él malentendió todo, esto saldría terriblemente mal.

Perdió la noción del tiempo, pero según el sol serían como las 5 pm, eso significaba que se estaba quedando sin tiempo, le había dicho a Fuli que se vieran en la guarida de la guardia antes del anochecer. Tuvo que tomar una decisión rápida, no le gustaba mentir, y ya se había comprometido a esto, así que debía intentar arreglar el lugar a toda velocidad, aunque ni siquiera sabia que tipo de cosas se ponían para una cita, y aunque lo supiera, Fuli era especial, o diferente en ciertos sentidos, no creía que le gustaran las mismas cosas, pero debía intentarlo, recordó haber visto a su padre mostrarle una flor a su madre en una ocasión, y a ella parecía agradarle, a Kiara también parecían gustarle, y una vez había visto a Fuli con una, sonaba a la mejor opción, así fue que corriendo a buscar algunas, y justo encontró unas amarillas que le recordaban su pelaje, tomó en su boca todas las que pudo y las dejo junto a los árboles, luego regresó por más, y así hizo 4 viajes, aunque en el último llevo algunas flores diferentes, también tomo algunas cosas que se le hicieron lindas en el camino, como unas piñas, hojas de colores o piedras y ramas con formas diferentes. Intento organizar todo en medio de los dos árboles de la mejor forma, y cuando estuvo conforme con ello, corrió a la roca del rey a buscar algo para comer, encontró un trozo de carne del almuerzo, no era lo mejor, pero sí serviría. Verían el atardecer desde el lugar que decoró, luego comerían un poco y también hablarían, parecía perfecto, o tal vez solo era perfectamente caótico, pero era lo que tenía, y no podía echarse para atrás.

Cuando termino todo volvió a dudar si seguir con el plan, estaba a punto de empezar a atardecer, si se tardaba un poco más se lo perderían. Respiró profundamente y luego salió corriendo hacia la guarida, durante todo el camino no dejó de pensar en todos los posibles malos finales.

Al llegar a la guarida parecía estar sola, entro y aún seguía sin ver a Fuli allí, pensó que se habría arrepentido de haber aceptado, y tal vez eso sería lo mejor, quizás así podría conservar su amistad, se dirigió a la puerta dispuesta a ir a cenar con su familia.

—¿Ya te vas? Pensé que querías hablar conmigo —escucho de repente a la chita.

—Creí que no habías venido —intento buscarla, pero no lo logró.

—No me gusta fallar a mis compromisos —por fin pudo verla, bajando unas rocas junto al lago.

Lucia tan segura como siempre, aunque en realidad no lo estaba, solo era experta ocultando sus emociones, había pasado toda la tarde corriendo por las praderas, arrepintiéndose de haber aceptado la cita, e intentando tomar una decisión sobre ello, al igual que él, se le había pasado por la mente huir de las praderas, era rápida y podría llegar lejos antes de que anocheciera, pero ese no era su estilo, no era de las que se dejaba ganar por sus miedos y huía, o al menos eso quería pensar, así que decidió enfrentarlo y asistir a la cita, llevaba poco tiempo en la guarida, cuando escucho entrar a Kion, pero su primera reacción fue esconderse y al ver que él se iba sintió un alivio, pero algo en su mente la convenció de hablar, no podrían solo fingir que esto nunca ocurrió.

PROVOCATIO | Kiuli/NicudyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora