Redención

638 82 13
                                    

Ao Bing fue arrastrado hacía una cueva oscura en la cual fue sellado.

La oscuridad abrumadora se convirtió en un paisaje de todos los días y el silencio en su fiel compañera.

Ao Bing lo consideraría buena si no fuera porque recordaba a Jiang Cheng todos los días e incrementaba un sentimiento de desprecio, no hacía el Jiang, sino hacia si mismo.

La amargura y la tristeza compuesta por pensamientos de lo que pudo llegar a ser lo convirtieron en un dragón lleno de odio.

Solo el destino podria decidir cuando iba a morir, mientras tanto tenía que soportar el hambre, la sed y la tristeza.

Podia haberse asfixiado en esos sentimientos pero no solo eso sucedió, mientras lloraba las mismas personas que los habían traído tajeron una mujer.

Ao Bing la miro, ella estaba asustada hasta que los vio en forma de humano al final de la cueva. La observo acercarse y hablar, aunque él no le respondió, solo lloro sin ruido como siempre, a su lado.

Pero al tercer día que vino Ao Bing noto que se comportaba de una manera extraña y desgradable. Estando atado observo que se sentaba en sus piernas.

Al miro en silencio sin comprender pero cuando beso sus lagrimas habiendose despojado de sus prendas interiores desgarro su garganta.

Frunció el ceño cuando noto que el pequeño lago que se habia formado por sus lagrimas se ensucio por su sangre y con su pie la pateo hacia otro lado. Esas lagrimas son por Jiang Cheng, todo lo
relacionado con él no podia mancharse o ensuciarse.

Poco despues vinieron por el cuerpo de la chica. Ao Bing no espero que volvieran hacer lo mismo, hasta que a la semana siguiente volvieron a hacer lo mismo. Una y otra vez por semana llegaban mujeres con intenciones de subir a su regazo y secar sus lagrimas con besos, algunas simplemente se empezaron a frotar contra él.

Ao Bing las mato a todas y muy pronto con ello, empezó a odiar a las personas. Siempre mostró indiferencia a ellos, pero repronto se volvieron seres despreciables.

Se preguntaba como Jiang Cheng podía vivir entre ellos. Asintiendo a la idea de que Jiang Cheng claramente no era como ninguno de ellos.

Ao Bing espero que hoy también trajeran a otra mujer al escuchar el sonido de la cueva abrirse, pero para su sorpresa, su madre vino a verlo.

No habia cambiado nada, hasta tenia la misma mirada de odio que la ultima vez pero parecia resignado.

- Otros 40 años más, hubiesen sido maravillosos, pero he sido indiferente por mucho tiempo con respecto a los demas, no me he dado cuenta que el infierno es muy fácil de causar. - dijo Lan Qiren mirando a Ao Bing.

Ao Bing lo miro sin comprender, pero pudo distinguir una figura detras suyo.

Ao Bing reconoció a Jiang Cheng al instante, pero la felicidad que deberia sentir fue aplastada al verlo destrozado.

Su ropa estaba rasgada y sucia, su cabello largo estaba sujeto por una trenza larga. Su tez era palida y enfermiza, aunque sin duda estaba joven.

- Jiang Cheng. - dijo Ao Bing y quiso moverse un poco, pero Jiang Cheng solo sonrío un poco para detenerlo.

-Tomate tu tiempo, llamame si pasa algo - dijo Lan Qiren.

- Muchas gracias, maestro Qiren - agradeció Jiang Cheng.

Ao Bing miro a Jiang Cheng acercarse a él sin vacilar. El dragon estaba extrañado puesto que era obvio que la ultima vez no recordaba.

- Si te recuerdo Ao Bing - mencionó Jiang Cheng al verlo dudoso - Cuando te fuiste pude recordarte aunque no fue una buena experiencia.

El dragón que Jiang Cheng recogió por accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora