Capítulo 3

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CAPÍTULO 3

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CAPÍTULO 3

Rami tenía razón. Gwilym Lee era malditamente agradable.

La mañana del viernes llegó el jefe del departamento de administración y al instante la atención se centró en él. No es que fuera complicado; el licenciado era alto y delgado, su complexión era firme y con un breve vistazo Joe comprendió la frase que días atrás Rami le dijo "sus brazos, Joe, tiene unos brazos que hasta ganas dan de que te estruje". Y, por si fuera poco, además de agradable a la vista el hombre era jodidamente encantador.

Gwilym Lee era el combo completo.

—Buenos días, ¿Joseph, cierto? —le preguntó el licenciado Lee y Joe se sintió atragantar con su propia saliva en ese momento —. Dejaré estos documentos aquí, requeriré copias de ellos para poder trabajar con Benjamin en su oficina, no quiero que me ganen la fotocopiadora —añadió con gracia.

Joseph se preguntó cómo era que el licenciado Gwilym Lee conocía su nombre, pero solo se limitó a contestar:

—¿Cuántos juegos requiere?

—¿Disculpa?

—¿Cuántos juegos de copia requiere? Los tendré listos en cuanto antes —. Se apresuró a contestar el menor.

Gwilym Lee parpadeó confundido y después sonrió con soltura.

—No, no te estoy diciendo que me saques las copias. Yo lo haré, solo estoy apartando mi lugar. Suficiente trabajo debes tener como para añadir algo que fácilmente puedo hacerlo yo.

Ok, el licenciado Lee era encantador, apuesto y además de todo, jodidamente amable.

—Oh... ¿la fotocopiadora se atascó? —detalló Gwilym. Joe en ese momento quiso chocar su frente con el aparatejo porque era la tercera vez que se atascaba mientras él la utilizaba.

—Es que realmente yo descompongo las cosas con mirarlas... —murmuró el becario con hastío.

A su lado, Gwilym chasqueó la lengua y luego volvió a reír.

—No es tu mala suerte, son estas máquinas anticuadas. Pasaré el reporte para que instalen nuevas fotocopiadoras —abrió la bandeja, subió sus mangas y forcejeó un poco —. Listo. Ya está.

Por si no fuera poco, además de encantador, apuesto y amable, Gwilym Lee era comprensivo.

Dos días después toda la empresa se encontraba en un centro de convenciones de la ciudad para compartir sus avances de proyectos y escuchar algunas conferencias magistrales. Joe ciertamente las encontraba aburridas, pero al menos fue una oportunidad para escaparse de las paredes frías de la oficina. 

—No puedo creer como un tipo como él —Joe señaló despectivamente a Benjamin, quien a la distancia comía un bocadillo con apatía —, sea amigo de alguien como... él —añadió con voz ensoñadora hacia Gwilym Lee, quien era el centro de atención contando una anécdota a los demás a su alrededor haciéndolos reír.

Pasante de contador - Hardzzello AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora