Capítulo dos

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Alessandra

-¿Qué?- digo confundida.

-Los Str-

-No idiota, claro que sé quienes son, la pregunta es...¿por qué?- frunzo el ceño.

-N-no sé- tartamudea-. Solo me comentaron que ocupaban hablar con tu padre.

¿Mi padre?, ¿acaso no leyeron la noticia hace tres años?

-Están en la línea con Amelia- explica, ya que ve que me quedo callada. 

No digo nada y avanzó hacia el elevador, por los pasos que van detrás de mí supongo que es Tyler siguiéndome. Llego al piso y entró a la sala de oficinas donde esta Amelia y mi madre.

En realidad mi madre no tiene porque estar aquí, ya que como anteriormente lo dije la jefa soy yo y ella no tiene nada que ver con la empresa...no es por hacerla menos, pero nunca estuvo de acuerdo de que fundara todo y nunca me apoyó, pero cuando vio que tuve éxito, apareció de un día a otro, apoyándome en todo. Fuera de eso, otra parte que también me confunde es que...¿como se movió tan rápido?, se supone que ella iba en dirección contraria.

Ignoró eso y mejor me concentro en Amelia, la cual ya me sonríe tímidamente e inmediatamente me pasa el teléfono.

-¿Nicolás?- preguntan fuertemente al otro lado de la línea.

-No.- respondo- .Habla la hija de él.

-¿Y en qué momento pedí hablar con la hija?, pasenme al maldito Nicolás Balmont.

La gente de hoy en día se la viven amargados.

-Bueno...si gusta hablar con Nicolás tendrá que hacerlo por algún ritual o algo- digo sarcásticamente.

-¿Qué?

-Que mi padre murió hace tres años.

Se queda callado, después de unos segundos carraspea y pregunta:

-¿De qué murió?

-¿Importa?

-Sí.

-Murió de una enfermedad del corazón-respondo y por un breve momento se me forma un nudo en la garganta.

-¿Sabes quien soy niñata? - comenta queriendo ignorar mi comentario.

-¿Que acaso no escucho?- respondo ya un poco más fuerte de lo normal-. Le acabo de decir que murió mi padre, no estaría mal un "lamento tu perdida."

-No diré eso- responde enojado-. ¿Sabes quien soy?

Puede que tenga paciencia pero no tanta y eso hace que me enoje un poco, ya veo porque mi padre siempre que me decía que cuando conversaba con algún Stravro era imposible.

-No veo la importancia de saber quien es, al fin y al cabo el que está llamado a mi empresa es usted.- digo firme-. Pero si tanto pesar le da saber si se quien es, si lo sé.

-A mí no me hables así niña.

-¿Lo ofendí?- me río sin gracia-. Perdone usted...no sabía qué decir verdades es para ofenderse, pero la verdad es que soy una mujer ocupada, así que si ocupa algo, hagamelo saber ya, no tengo todo el día para hablar con usted Señor Stravo.- digo su apellido para que por fin este tranquilo con su "¿Sabes quien soy?"

Se queda de nuevo en silencio y me sorprende, ya que eso no es normal que los Stravros se queden en silencio.

-Necesito hablar con tu jefe.- dice por fin.

EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora