Venus y su pasado [Charles Leclerc]

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹

Venus se levanto y quedo parada ante Charles.

- Yo creo que, de no interferir otro, la vida para ambos hubiera sido feliz.

Charles estaba seguro.

Una cosa en él era lo que aparentaba, y otra muy distinta la realidad.

Pero eso quedaba ya relegado.

Lo esencial era que Venus estuviera segura de lo que iba a hacer.

- Es Max, ¿verdad, Vee?

La joven bajo la cabeza.

Tenia el cabello lacio de un color castaño. Era femenina hasta rabiar, y escandalosamente joven y bonita.

- Las cosas, Charles- dijo a media voz-, sucedieron sin querer.

¡Eso si que no! pensaba Charles.

Las cosas sucedieron porque Max siempre andaba detras de lo ajeno.

Pero no lo dijo asi.

Una cosa era lo que el pensaba, y otra, muy distinta, lo que dijera.

Y lo que pensaba no lo diria jamas, porque en modo alguno podia él interferir en los sentimientos de quien amaba tanto.

Ademas, sabia que la amaria hasta el infinito y hasta llorar.

Pero no podia ni queria hacer el papel de adolescente.

Era muy joven, si, pero aprendio a vivir y a valorar demasiado pronto. Por eso se sentia intimamente con mas años que Max, que, en realidad era un idiota y que, al paso que iba, se quedaria pronto sin su participacion en la empresa. No porque él le pusiera trabas o le hiciera una mala jugada, sino porque Max se movia en un ambiente superior al que podia mantener.

Pero defender tales verdades, para destruir unos sentimientos que consideraba sanos en Venus no iba con su persona ni con su dignidad.

Se morderia los suyos, y el asunto acabaria alli.

- Me he enamorado de Max, Charles.

Lo dijo indecisa, pero, en el fondo, con sentimiento.

- Pues es mejor que me lo digas cara a cara, Vee.

- Le pedi a Max que te hablara.

¡Oh! ¡Max!

Era un cobarde presumido, que jamas podria hacer feliz a una persona sensible como Venus, pero él ya no podia evitar que las cosas sucedieran como realmente estaban sucediendo.

- Y Max decidio que la comprometida conmigo eras tu ¿No es asi Vee?

- Pues si.

- Y tu, honestamente, me adviertes.

- Es lo que pretendo.

- Pues ya esta dicho, Venus

- Te duele, ¿verdad?

- Bueno- se bajo del tablero de la mesa, donde estaba medio sentado-, lo importante es que tu estes segura de tus sentimientos hacia él. Mira, se puede luchar con muchas cosas, pelearse con ellas a muerte, pero los sentimientos nacen en el alma y son invencibles. Cada cual ha de ser fiel con uno mismo y con lo que se sienta.

- Eres muy bueno.

- No, Vee, soy tolerante. Entiendo que cada cual debe buscar su pareja e intentar ser feliz con ella.

- Pero no diras que no he sido honesta.

- Lo estas siendo ahora, y es bastante pronto.

- Nos casamos en seguida, ¿sabias?

- Pues bueno. Si se quieren como para unir sus vidas, ¿quien soy yo para meterme?

- Pero yo era tu novia. Incluso habiamos hablado de matrimonio.

- Lo unico que te pido, Vee, es que intentes ser feliz a toda costa. Todo lo demas, olvidalo-

- Tu y yo eramos felices, Charles, muy felices. Pero...

- Aparecio Max y, logicamente, empezo a intentar enamorarte.

- Yo le dije que tu y yo...

- Mira, Venus, cuando los sentimientos mandan, las palabras sobran. De modo que, si amas a Max y te vas a casar con él, no nos esforcemos mas. Lo nuestro acaba aqui.

- Pense que me amabas mas.

¡Y no sabia ella cuanto!

Pero en voz alta dijo unicamente mientras hacia un gesto vago:

- Cuando se quiere a una persona, lo logico es que se desee para ella la felicidad. Eso em pasa contigo, Vee.

- Gracias, Charles.

- Bueno, ahora te llevo a casa, porque todavia sigue lloviendo.

- No, Charles. Veras... es que Max me espera en el bar de enfrente.