Los merodeadores

Capitulo 5

Después de sanar a Remus de sus heridas, los atendí a los tres, mientras que ellos se aprovechaban de eso y no paraban de pedir mimos, más Sirius y James que no eran tan vergonzosos y encima ellos eran los menos lastimados.

—Me duele mucho, ven—Rode los ojos ante lo dicho por Sirius ya es la décima vez y se que solo quiere un beso o abrazo.

Miro a Remus, que en ningun momento me ha pedido nada, después de que lo curase, se quedó viendo al techo fijamente.

Paso de los lloriqueos de Sirius y James, Tom está sentado en una esquina leyendo pero aún viéndome de vez en cuando y rodando los ojos por las ocurrencias de Sirius y James.

Me siento en la cama a un lado de Remus.

—¿Estas bien? ¿Te duele algo?—Me da una pequeña sonrisa cansada y niega con la cabeza.

—Estoy bien, gracias Emma

—Si necesitas alguna dímelo, ¿Si? Estoy aquí para cuidarte—le digo con una sonrisa

Me devuelve la sonrisa cansado y asiente.

—Duerme, nosotros estaremos aquí

Remus y demás excepto Tom y yo quedaron rendidos y se durmieron en cuestión de minutos, aunque Sirius estaba reacio por qué significaría que pasaría menos tiempo conmigo y más con Tom, o tomate como le dijo el.

Negué con la cabeza, va a ser muy difícil hacer que convivan entre ellos, pero que muy difícil.

Mientras ellos estaban dormidos Tom y yo nos dedicamos a leer, Tom no es de libros de romance pero yo si, así que hice que me leyera uno, no le gustaba por qué era algo muggle, pero al final le conveci.

Estaba recostada encima de él mientras escuchaba como narraba la historia de los dos protagonistas.

—El le dijo, no puedes hacer esto, significaría el fin de nuestra relación, ella con los ojos reteniendo sus lágrimas le susurró, lo sé, y no sabes cuánto me duele hacerlo, pero tengo que, por mi y por mi familia, acto seguido ella le apuñaló, mirandole directamente a los ojos y susurrando lo siento, pero ya no había marcha atrás, lo hecho hecho está.

Me seque las lagrimas mientras Tom leía.

—Ellos debieron terminar juntos no es justo—solloze

—Como dijo ella tenía que, si no el mataría a su familia.

—¡Pero pudieron buscar otra solución, el de verdad la amaba!

—Ya, tranquila, es solo un libro.

Me levanté de inmediato del pecho de Tom y lo vi enfadada.

—Acabas de decir ¿Solo un libro?

Tom me miró dudoso

—¿Si?

Me seque las lagrimas de una y le quita de un golpe el libro, y me fui a la otra esquina, donde los chicos ya se estaban despertando.

Tom aún seguía mirandome confundido.

Nunca le digas a una lectora que es solo un libro, nunca.

Deje el libro de lado y me acerque a Ramus que le costaba ponerse comodo.

Le puse un almohada en la espalda y le ayude a poner bien.

—¿Quieres agua?

—Si

Le tendió un vaso de agua y le ayude a bebersela.

—Yo también quiero—dijo en tono caprichoso Sirius.

Rode los ojos y le tendió el vaso de aguas.

—¿Y a mí no me lo das en la boca como a Remus?

—Tu puedes moverte perfectamente Sirius, Remus no, no me seas caprichoso.

—Pides tu mucho—Dijo James.

—¿Y que habéis hecho mientras?

—Leer, pero alguien lo arruino—dije mirando de reojo a Tom.

—¿Que hizo el tomate ahora?

—No hice nada malo, solo le dije que era solo un libro, por qué estaba llorando por el

—Uuuhhhhhh adiós Tomasito te fuistes, perdiste, desapareciste—se burlo Sirius.

—¿Que? ¿Por qué? No entiendo

—Nunca le digas eso a alguien amante de la lectura, y vas de listo—le respondió Sirius.

Tom le miró mal, y después me miró a mi.

—E-Emma yo... Lo siento no sabía, perdoname

Le vi de reojo mientras ayudaba a James a acomodarse.

—Tendras que rogar como nosotros, no te creas aquí privilegiado, James y yo ya pasamos por eso y no nos hablo durante dos meses

—¡Dos meses! Pero yo de verdad lo siento, perdoname.

No conteste.

—Ruega y comprale cosas, consejo de alguien a quien le caes mal—dijo Sirius.

Negué con la cabeza.

—Me tengo que ir, mañana tengo clases y vosotros tenéis que descansar.

Me despedí de ellos, menos de Tom y me fui a mi cuarto.