Capitulo 4

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Después de la hora de comer, entrelazando mi mano con la de Tom, nos fuimos a clase de Astronomía, una de mis favoritas.

Cuando llegamos no había casi nadie, a Victoria no la había visto desde la mañana, había estado con Peter, conociendose, aunque los dos se conocían más que bien, ya que se gustaban desde primero, y los dos se acosaban mutuamente.

Me siento con Tom esperando a los demás, mientras juego con las manos de el, distraída.

La clase se va llenando poco a poco y el último en llegar es el maestro, que se pone a dar clases, pero yo no presto a atención, mientras juego con las manos de Tom, pienso en lo que debe de estar sufriendo Remus, sin antes no el gustaba para nada el hecho de que sufriese tanto por un idiota como Greyback, cuando Remus tuvo confianza me lo contó, y me sentí muy halaga de que confiase en mi.

Pero ahora sabiendo que somos almas gemelas y sintiendo el lazo más  fuerte, sufro más, y más al saber que no puede estar con el.

Estoy en la clase perdida en mis pensamientos, con Tom acompañándome.

—No te preocupes, aunque no me caen bien, se saben cuidar y se protegen entre ellos— Me dice Tom.

—Lo se, solo que es imposible no preocuparme— digo

—Intenta relajarte aun quedan horas, y ellos hasta pasada la noche no vienen.

—Lo intentare

—No te preocupes, tal vez después te pueda ayudar a relajarte— dice con un tono que no entiendo.

Lo miro curiosa pero el solo presta atención mientras pone su manos en mi muslo y lo aprieta.

Me encojo de hombros y sigo divagando mientras finjo que presto atención.

Y así en toda las clases finjo que presto atención pero en realidad no puedo dejar de pensar en los chicos, si están bien, o si ha pasado algo.

Las clases ya terminaron, pero los chicos no regresarán hasta de noche y todavía quedan unas horas así que estoy en la sala leyendo un libro intentando distraerme de todo, Tom fue un momento a la biblioteca a por un libro.

Estoy tan metida en la historia de los libros que cuando siento a alguien sentarse a lado mío me asusto.

—Merlin que susto—digo viendo que es Tom que se sento.

Me da una sonrisa y pone su mano en el hombro acercándome a el.

—Tranquila, soy yo— ríe y se sienta a mi lado.

Pasamos así unos minutos pero ni aunque quiera puedo olvidarme que Remus está así junto a los chicos y que hasta esta noche no los veo, siempre vienen heridos, y eso no me gusta.

—Estas tensa, tienes que relajarte

—No puedo, lo intento pero simplemente no puedo

—Yo... Yo puedo ayudarte si quieres, si me dejas

Me volteo y le veo viendo que está nervioso, ¿Tom nervioso? Que me estoy perdiendo

—¿Haciendome un masaje?

—Tambien pero hay otra manera de que te relajes y dejes de pensar en eso.

Lo miro con la ceja alzada, intrigada.

—¿Que manera?

Veo como se acerca a mi a centímetros de mi cara con la respiración agitada, le veo a los ojos y después a los labios, suelto un suspiro y al segundo sus labios chocan con los míos de manera desesperada.

Le sigo torpemente el beso poniendo mis manos en su cuello acercándolo más a mí.

Me coge de la cintura y me sienta en su regazo donde puedo sentir un bultos formarse, por inercia me muevo un poco escuchando un suspiro de su parte.

Los merodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora