Mental Asylum - Catradora (adaptación)

Desgraciada

Cuando me desperté por la mañana había otra bandeja de comida en el borde de la cama, con una tortilla, huevos revueltos, kiwi en rodajas y un vaso de jugo de naranja.

Rutinariamente, me lavé los dientes primero, me di una ducha rápida y saqué una camiseta del armario, sinceramente me estaba empezando a gustar la ropa que Adora había comprado para mí.

Alcancé la bandeja de comida antes de olfatearla, la tortilla sabía bien, pero estaba un poco salada, Adora era una mala cocinera. Cuando terminé de comer, salí de la cama a regañadientes y salí también de la habitación para encontrar a Adora tendida en el sofá con un libro en la mano.

Recordé todo lo que pasó en la noche anterior y cómo continué acusándola incluso después de que me repitió hasta el cansancio que era inocente.

Me di cuenta de que atacarla no iba a llevarme a ningún lado, en todo caso, tenía que mantener la calma y encontrar otro camino.

Había una cosa que se mantenía clara, Adora no me haría daño, si quisiera, lo habría hecho cuando me trajo a esta cabaña por primera vez.

Estaría en una silla, atada y torturada.

"Como sus otras víctimas", Siseó una voz en mi cabeza.

Deseché ese pensamiento porque mi instinto me dijo que Adora estaba diciendo la verdad.

Ella no había matado a esas personas, y esperaba estar pensando acertadamente.

—Gracias por el desayuno. — dije tratando de parecer un poco alegre.

—Me alegra que todavía estés viva. — se quejó.

Normalmente, Adora diría algo más junto con su respuesta, pero esta vez permaneció en silencio, casi distante.

—Quiero decir que lamento las cosas que te dije ayer, no te dejé explicar.

—Maldita sea, no lo hiciste — dijo en un tono monótono, sentándose erguida — quiero saber quién mató a esas personas tanto como tú, Catra, tienes que creerme.

Me senté en el sofá junto a ella.

—¿Estás diciendo que no los mataste?

—Probablemente lo haya dicho un millón de veces desde ayer.

—Adora...

—¿Me volverás a decir "Ad"?

—Ad, ¿qué tal si te pones en mi lugar por un minuto?, imagina que te secuestrara una psicópata y escucharas todas las noticias sobre ella en la televisión, todos los crímenes atroces que cometió, ¿no tendrías dudas?

Ella sonrió.

—Pensaría, "maldita sea, es sexy y me gustaría que esa psicópata me haga suya una de estas noches".

Rodé los ojos.

—Solo estás alimentando tu propio ego.

Adora se rio entre dientes.

—Me deseas tanto como yo a ti, Cat, simplemente no quieres admitirlo.

—Sigue diciéndote eso hasta que te convenzas. — dije.

—Lo haré, preciosa, y te aseguro que uno de estos días, vendrás voluntariamente a mi cama, rogando que ponga mis manos sobre ti y voy a decir, "te lo dije".

—Eso podría suceder en tus sueños.

La oí reír cuando me puse de pie y me dirigí hacia la cocina, mi cara parecía un betabel y yo no quería que Adora viera cómo las cosas que dijo me afectaron. Sobre todo el coqueteo.