Mental Asylum - Catradora (adaptación)

Explicación

Coloqué todas las cosas que Adora me pidió en una bolsa y las llevé entre unos arbustos, donde nadie las podría ver. Tenía que ser muy astuta teniendo en cuenta el hecho de que Glimmer Brightmoon estaba muy atenta a mí.

Después de eso seguí con el resto del plan.

Esa noche, Adora estaba en una silla de ruedas fingiendo migraña, ya que, después de cortarse las muñecas, todavía tenía el cuerpo débil. Era obligatorio llevar a los pacientes en una silla de ruedas, así sean mentalmente sanos o no, y esta era una buena oportunidad para lo que fuera que había planeado.

Cuando llegamos a la planta baja, miró al pasillo, esperando que apareciera un médico. Para su suerte, la Doctora Emily estaba haciendo sus rondas habituales, la dulce y comprensiva Doctora Emily, estaba demasiado asustada de Adora por razones obvias.

—Doctora Emily, es un placer verte después de mucho tiempo. — dijo Adora.

La Doctora Emily sonrió cortésmente buscando una respuesta que no molestara a la loca. (XD)

—Igualmente.

Adora se echó a reír.

—Nunca pensé que alguien me diría eso de vuelta. Doc, todavía estoy esperando tu respuesta para nuestra cita en el café. — Adora le dio un guiño y seguimos con nuestro camino.

—Bueno, la Doctora Emily no está loca, así que deberías encontrar a alguien de tu calibre. — le dije cuando nos alejamos lo suficiente de la Doctora.

—¿Alguien cómo tú? — preguntó.

Resoplé girando la silla hacia el patio del hospital.

En la entrada, Adora se puso de pie y sacó el bisturí de su bolsillo, fue demasiado rápida cómo para que alguien reaccionara.

Me agarró con fuerza, su brazo se enroscó alrededor de mi cuello, la cuchilla quirúrgica estaba apenas por debajo de mi línea de la mandíbula, casi clavándose en mi piel.

—Si alguien intenta llamar a la policía, la enfermera Catra morirá, y será una muerte lenta y dolorosa.

Estaba en histeria, grité.

—¡Adora, no!

Apuntó el bisturí a la audiencia.

—Saquen sus celulares y déjenlos en el suelo, dónde pueda verlos.

Alguien gritó "No la lastimes".

El horror era bastante evidente en las caras de todos.

—Lento. — susurró en mi oído, dio unos pasos hacia atrás y tuve que seguir sus pasos.

Cuando llegamos a las puertas del hospital, pidió a la seguridad que le entregara el arma y que abriera las puertas. El guardia sabía que no debía convencer a Adora de que no lo hiciera, a menos que realmente quisiera ver mi garganta cortada porque de cualquier manera no había nada que la detuviera.

Las puertas del hospital se abrieron y Adora me arrastró afuera, que es cuando el Lexus azul se detuvo en el bordillo y la puerta se abrió.

La miré fijamente.

—¿Qué estás haciendo?

—Bueno, no escapé del asilo para poder jugar Candy Crush. — me respondió.

Me sorprendió que, incluso en una situación como esta, todavía tuviera su humor intacto.

—¿A dónde vas, Adora?

—A casa. — dijo.

Algo pasó entre nosotras cuándo nos miramos, como si supiera que era un adiós.