Capítulo 2: Hello World, I'm your wild girl.

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Stone age love and strange sounds too / Come on baby let me get to you / Bad nights cause'n teenage blues / Get down ladies you've got nothing to lose.


— Así que eres la hija de Semyazza.

— Exacto.

— Vale, pero... ¿Quién es Semyazza?


Eider pone los ojos de un blanco casi neutral antes de levantarse de la cama y dirigirse a la pequeña nevera de la habitación para coger una Judas.


— Si os cuento esto, me tenéis que prometer que no me mataréis.


Dean abre los ojos de par en par y en su cara se refleja "Es un demonio, he dejado que un puto demonio se siente en mi chica". Dean no soporta que algo que no sea humano, salvo Castiel y algunas otras excepciones, roce su culo contra el cuero del Impala. Su mano se estrecha sobre la pistola que tiene debajo de la almohada y sonríe como si nada. Aunque como es Dean se le nota. Sam lo nota y por supuesto, Eider lo nota. Cuando a Dean se le pasa algo por la cabeza que no considera del todo bueno pero quiere disimularlo, sonríe como un retrasado mental según Bobby.


— Dean, me sentiría más tranquila si dejas la puta pistola en la mesita y me escuchas.

— ¿Por qué tengo que escucharte? - Dean alza la voz y gira la cabeza mientras la mira con desconfianza – No me jodas, me diste mala espina desde que te sentaste con nosotros en el bar hablando de investigaciones y de mierdas emocionales.

— Solo quería ayudaros, no...

— No, Sam y yo trabajamos solos. Esa es la regla. Y será mejor que te largues antes de que te meta una bala entre las cejas, demonio asqueroso.

— ¿Demonio? ¿De qué hablas?

— Pues. - Dean duda por un momento y balancea la pistola que ha sacado sin querer mientras las líneas de expresión de su rostro se relajan. - Eres un demonio, ¿no?

— Soy una Nefilim, idiota.

— ¿Nef...espera, ¿Qué?

— Te he dicho que soy la hija de Semyazza. Fue un ángel caído, el líder de los Grigori. ¿Es que no te has leído los libros prohibidos?

— Pues mira, no. El friki es él.


Dean señala a Sam que hasta ese momento ha permanecido callado, está sentado en una silla con los codos apoyados en las rodillas y se amasa la cara con ambas manos porque sabe que ahora le toca hablar a él. Siempre ha sido así, o al menos casi siempre. Primero Dean armaba el barullo y luego llegaba él con su serenidad impoluta para calmar los ánimos y arreglar el desastre. Sam siempre ha sido la contraparte de Dean. Pero en este momento siente ganas de ponerse a gritar, a gritarles a ambos para que dejen de pelearse y se escuchen por primera vez en todo el día. Los primeros rayos de sol se filtran por la ventana y con gesto cansado se levanta y hace que Eider se siente.


— Puedes contárnoslo todo, Eider. No te haremos nada. - Sam hace callar a su hermano con un gesto ya que éste ha levantado los brazos y abierto la boca para quejarse.

— De acuerdo . - Eider traga saliva y mira a ambos hermanos antes de comenzar el pequeño relato de su vida. - Mi padre y los doscientos Grigori, sus guerreros, fueron sentenciados al infierno hace miles de años por copular con las mujeres humanas y anegar el mundo de unas criaturas llamadas Nefilim. Cuando estaban encerrados en su jaula, fueron torturados una y otra vez por los demonios mayores. Después de mucho tiempo los Grigori pactaron con Lucifer y se convirtieron en sus siervos, entre ellos se encontraban Azazel y Taumiel. Mi padre se negó a colaborar al exterminio de la raza humana y consiguió salir del infierno para cerrar la puerta de una vez por todas. Antes de llevar a cabo su plan, Taumiel le juró venganza. Conoció a mi madre, Irayde, en Illinois y tuvieron gemelos. Mi hermano Kier y yo nos criamos como cazadores desde el primer momento en el que empezamos a tener uso de razón. Pero había una diferencia clara entre ambos, mientras que mi hermano disfrutaba con la idea de matar cualquier criatura que se le pusiera por delante yo aborrecía todo lo que ello conllevaba. ¿No éramos nosotros unos monstruos también? El caso es que mi padre desapareció años después y mi madre tuvo que ocuparse sola de nosotros. Al cumplir diez años, ella nos dio un talismán a cada uno. - Eider coge la cadena plateada que rodea su cuello y la saca hasta mostrar la piedra roja. - Esa noche, Taumiel nos encontró y...asesinó a mi madre, convenciendo a mi hermano de irse con él. Mi padre consiguió alejarlo de la casa y me sacó de allí, llevándome con mis tíos, ambos cazadores. Hace unos meses, un demonio se presentó en mi apartamento pero conseguí encerrarlo dentro de una clave de Salomón. Me contó que mi hermano vendría a por mí, a quitarme el talismán pues es la mitad de la llave que abre las puertas del infierno. De ahí que quiera alejarme de Vancouver y encontrar un lugar seguro para el collar.

Airdsgainne (Supernatural).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora