La merced de las Flamas.

El vacío entre palabras añejas

  El lugar se sumió en un silencio sepulcral.

  Nadie hablaba.

  Nadie se movía.

  Nadie respondía.

  Parecía que ese silencio agobiante podría ser cortado con tan solo respirar fuerte, pero a su vez su densidad era tal que siquiera dejar caer una aguja se sentiría como una falta total de respeto.

  El general Fonger fue el único que no se notaba estar bajo esa presión: se acomodó en su asiento, recobró la compostura y se preparó para seguir hablando. Todo esto con la mayor solemnidad y silencio posible. Estaba claro que era consciente que los ojos de los presentes estaban clavados en su persona, cosa que no demostró que le molestara.

—Él. . . —resonó por el lugar. Desde las paredes hasta las personas, todos sentimos como se rompió el silencio —. . .era un manipulador de primera. —solo se podía escucharlo a el en esa habitación, como si la gente hubiera desaparecido y el general estuviera contando sus antiguas vivencias al aire, pensando en voz alta —llegó a hacer que todo el ejército le fuera leal. —su vista volvió a estar enfocada en mí —Llegó a hacer que el pueblo lo amara. Llegó a tener un próspero país. . .pero no era suficiente para él. —volteó el rostro hacía la general Eola —Era el mejor actor que nunca he visto, la primera y única vez que lo vi perder los estribos fue cuando ya estaba condenado y no había manera de salvarse —pausó por un segundo y frunció el entrecejo, en sus ojos más recuerdos volaban —. . .y aún así el malnacido rió enérgicamente al final como si nada pasara.

Eola, impávida, junto al concejo le devolvía la mirada.

—Así que no,Eola , no creo que esté siendo precipitado. Creo que estoy siendo precavido en la medida en la que la situación lo amerita.

—. . .

—Claro que esa es mi postura, pero esto es un consejo después de todo.

—El general Fonger tiene sus justas razones para tener su posición —tomó la palabra Kuntur con su suave y clara voz —pero como bien ha dicho, esto es un concejo, es pertinente que nos pongamos de acuerdo, en especial para este caso específico. —me miró a mí a la cara al decir eso.

—En todo caso deberíamos escuchar a la niña al menos, ¿no les parece? —dijo Roxana usando sus aterciopeladas palabras.

—Estoy de acuerdo —concordó Eola, todavía algo abatida por las palabras de su compañero.

  Ahora las miradas de la sala entera estaban sobre mí.

  Roxana abrió la boca

—¿Quién eres,niña?. 

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¡Hola! ¡Muchas gracias por leer!

¿Qué es esto?¿yo actualizando seguido?¿what?

Es un cap corto, no se ilusionen :,D

Descubrí que ir a la biblioteca a escribir ayuda mucho, ya hasta tengo la mitad de el próximo capitulo, espero a más tardar el sábado publicarlo.

¿Que les está pareciendo la historia?

¿Alguna expectativa? Coméntenmelo, por favor, así puedo mejorar.

Ayudaría muchísimo se votan y comparten este pequeño proyecto. 

De nuevo. Muchas Gracias por leer.