feel (me) 𓍢 ִֶָ jikook

☁️ : lavanda

Jimin tenía un secreto: estaba
obsesionado con el cabello de
Jungkook. Los mechones castaños le
recordaban a la seda más fina, cada
hebra como puntadas individuales
formando una alfombra
aterciopelada. Estaba obsesionado
con el cabello castaño,
encontrando placer en acariciarlo.

La razón principal por la que amaba
el cabello de Jungkook era por su
olor. No tenía idea de qué tipo de
shampoo usaba Jungkook y realmente
no le importaba. Todo lo que sabía
era que el cabello de su novio olía
a lavanda, o tal vez eran lilas, no
estaba muy seguro.

Pero él sabía una cosa: era adicto a
ese maravilloso aroma.

El olor era casi como el opio. Si
no inhalaba ese fascinante aroma
antes de que comenzara su día,
todo parecía estar mal. También lo
ponía caliente. Estaba seguro de
que Jungkook estaba desconcertado
de por qué siempre quería follarlo
sin sentido cuando terminaba de
lavarle el pelo.

Jimin hundió la nariz en el cabello
recién secado de Jungkook, inhaló y
retrocedió al instante.

–¿Qué diablos, Kook?

El más bajo guardó el secador del
pelo, vestido solo con una toalla.

–¿Qué?
–¿Qué le hiciste a tu cabello?
Huele diferente.

–Oh, cambié mi shampoo.

–¿Por qué?–Jimin se
sintió traicionado por ese cambio
inesperado.

Jungkook ladeó la cabeza, con el ceño
fruncido–Porque yo quería...
¿hacerlo? Es mango, ¿no te gusta?

Jimin se encogió de hombros,
tratando de ocultar su petulancia.
Se maldijo mentalmente por
parecer un niño de seis años.
Jungkook tenía derecho a cambiar
su shampoo, incluso si olía horrible.
Alcanzó su crema de afeitar,
intentando de no mirar el espejo
que ocupaba todo el fregadero.

Escuchó a Jungkook reírse entre
dientes, un brillo astuto en sus ojos
color azul antes de que le diera una
palmada en la espalda y saliera del
baño. Jimin arqueó una ceja en
cuestión antes de proceder a untar
la crema de afeitar sobre su barba.

Después, se sentó en la cama,
con el portátil abierto. Sus ojos
recorrieron la pantalla estudiando
las imágenes esparcidas por ella.
Una sonrisa tiró de la comisura de
su boca cuando Jungkook se dejó
caer en su regazo. Un olor familiar
llegó a sus fosas nasales y bebió el
aroma con avidez, dando un suspiro
de satisfacción.

Jungkook chasqueó la lengua,
mirándolo peculiarmente.

–¿Qué?–preguntó Jimin,
cuando esa mirada permaneció
sobre él.

–Así que es por eso.
–sacudió la cabeza–Eres un
hombre complicado, Park Jimin .

–Aun así me amas–
contestó, con una sonrisa
encantadora.

Jungkook lo miró con cara inexpresiva
antes de ceder a esa sonrisa
desarmante que derretía a Jimin,
quien acarició el cabello de Jungkook
distraídamente, besando su frente.

Todo estaba bien con el mundo, de
nuevo.