Capitulo II: Loción.

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Ya habían pasado dos semanas desde que Dipper había conseguido el nombre de su destinado. Muy y apenas tenían platicas casuales, ya que ese tal Bill era un tipo muy ocupado, y no tenía mucho tiempo para el pequeño Dipper, pero aún con esto, el chico estaba feliz.

Dipper estaba tirado en su cama, era sábado, lo que significaba que la casa era para él solito. Su madre y Mabel iban de compras y siempre regresaban hasta por ahí de las 08:30pm, y apenas eran las doce del día. Su padre salía a trabajar todo el día, y regresaba hasta las nueve de la noche. Gracias a las pequeñas charlas con Bill, sabía que este era el día en el que estaba más ocupado, y por ello no podía hablar nada en este día.

Dipper estaba sentado en su cama, tratando de pensar que era lo que se supone este haría en todo el maldito día. Tenía pensado ir con Wendy y Soos, pero Soos estaba con su abuela y Wendy había ido a acampar con su familia el fin de semana, así que no tenía nada que hacer.

Tomo unas cuantas frituras y se sentó en su cama, prendió el televisor y vio unos cuantos capítulos de "Pato aventuras", sinceramente, era estresante ver algo tan predecible.

Decidió darse un baño, quizá eso le ayude a pensar mejor.

El agua era fresca y relajante, se sentía tan bien. Pasaron unos cuantos minutos y salió de la tina, se cambió y se dejó con pura ropa interior, se recostó en su cama y observó su brazo. Por una razón extraña, su respiración se agitó, como si hubiera corrido un maratón. Lentamente está mano fue bajando, su muñeca quedó en la punta de su nariz. Comenzó a oler, olía a una loción exquisita y sumamente masculina. Su cuerpo tembló, el olor que su alma gemela proyectaba.. era cautivador y embriagador. Dipper no se podía contener, la situación en la que estaba era perfecta para poder calmar sus deseos impuros.

Lentamente su mano fue bajando por su torso desnudo, sintiendo sus manos recorrer su cuerpo, él solo tenía una silueta en su mente, la silueta de su alma gemela.

Dipper comenzó a jugar traviesamente con sus pezones, haciendo que estos endurezcan, este solo podía pensar en lo gruesas que serían las manos de Bill. Su otra mano libre siguió recorriendo su cuerpo, hasta llegar a aquella zona abultada y palpitante. Su miembro tenía una gran erección, a lo cual, su mano derecha comenzó a acariciar, sus ojos estaban cerrados y solo se podía concentrar en el aroma de aquella loción masculina de su alma gemela. Pronto el chico saco su gran erección dejando ver su miembro, este fue tomado y jugueteado por si mismo, tocaba su glande, teniendo enorme placer por ello. Su brazo izquierdo estaba en su nariz, aún atesorando el aroma a Bill.
Pronto los gimoteos de parte de Dipper se hicieron presente en su habitación, también se podía oír su respiración agitada, y él escuchaba el latir de su corazón.

Bastaron unos cuantos minutos más de autoplacer para terminar completamente manchado de semen, su mano tanto como su abdomen estaban sumamente manchados de aquel líquido espeso y semi amarillo.

En el proceso de aquello, no paraba de decir en voz baja el nombre de su amado.

Dipper seguía agitado, y aún seguía oliendo aquella loción tan masculina y única. Cuando esté se calmo y recapacito de sus actos, se levantó rápido y se fue a limpiar, cambio su ropa interior y este la lavo para no dejar evidencia, dejo que el olor se fuera y este quedó atónito.

Ya se encontraba calmado, sentado en la orilla de su cama y oliendo el olor de Bill. Su brazo calo, lo que significaba que Bill estaba escribiendo algo. No tardó mucho en poder saber que es lo que era.

— "Vaya que si eres un baúl de sorpresas. Primero me saliste con que eres menor, luego un maldiciente, y ahora.. un pequeño y tierno pervertido."

Dipper comenzó a toser y su cara en un abrir y cerrar de ojos estaba completamente roja. No dijo nada, y antes de poder formular palabras, Bill se le adelantó.

— "No diré nada al respeto más que.. me encantó oír tu dulce voz temblorosa pronunciando una y otra vez mi nombre. ¿Tanto me deseas?"

Dipper estaba muerto en vergüenza y mejor permaneció callado, Bill le mando un beso y después regresó a sus labores. El menor pensó.

- ¿Cómo él sabía eso sí se supone no me puede ver?

— "Yo te escucho, mi querido pino.."

El menor callo a el instante y decidió ya no hablar. Se refugio en los capítulos de Pato aventuras y en la tan exquisita loción de Bill, un aroma por el cual, tomo una adicción enorme.

Sistema de emparejamiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora