Capitulo IV:

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Dipper ya se encontraba en la secundaria, había mandado miles de mensajes a Bill, pero no respondía. El director irrumpió en su clase interrumpiendo la clase de biología. Le agradecía.

-El día de hoy parece estar lleno de sorpresas. La biblioteca a abierto a sus puertas, así que pueden comenzar a leer y pedir pases para llevar libros a casa desde hoy.

Explico mientras caminaba hasta el escritorio.

-Un alumno nuevo a ingresado a la institución. Viene de Francia. Desde hoy estudiara aquí, tratenlo bien. ¡Chico, puedes pasar!

Ante su último grito, la puerta que este mismo había cerrado, fue abierta dejando notar a un chico que aparentaba dos años mayor que todos ellos. El chico era realmente guapo y si el amarillo fuera la personalidad de alguien, sería definitivamente esa su personalidad.

-Solo vine a dejarlo. Me retiro. Hasta luego.

El director se fue y el chico parecía estar buscando algo con la mirada.

-Chicos nuevos, problemas nuevos. Preséntate.

El profesor parecía fastidiado ante el nuevo. Este se paró delante de la pizarra aún buscando a ese algo.

-Mi nombre es Bill Cipher y.. ¿dónde me siento?

Su voz era gruesa y algo.. un tanto chichona, y parecía no agradarle nadie de ahí, ya que la cara que tenía parecía decir por si sola "si me hablas, te arrancó los dientes y la lengua para que no vuelvas a dirigirme la palabra". El profesor le asignó el último lugar de la segunda fila. Estando ahí, pudo ver mejor, aún buscaba eso. Su vista paro al fin, y su rostro cambio drásticamente al ver a un niño castaño y bajó. Puso su muñeca delante de si mismo y escribió.

-Pino. ¿Me viste?

-¿Verte?, ¿dónde?

-Pareces un gatito. Mira hacia atrás, chico lindo.

El castaño con un sonrojo miro hacia atrás, y ese mismo rostro que miro cuando el director abrió la puerta, estaba ahí, sonriendo de forma burlona. El sonrojo en su rostro aumento y desvió la mirada.

-Entonces.. ese eres tú..

-Si, ¿que esperabas?, ¿un tipo con más de mil canas? Soy hermoso, admítelo.

-Jamás dije que no lo fueras..

-Ja! Te veo en el receso pino, todo esto ya lo sé, así que dormiré.

-¿Ah? ¿dormir así solamente?

Él castaño volteo, y si, definitivamente el chico estaba dormido. Las clases pasaron lentas y desesperantes para Dipper, quería que el receso llegará y poder ver bien a su alma gemela.
Cuando el timbre sonó, todos salieron corriendo, unos empujando sillas y tirando útiles de los niños, Dipper no fue la excepción, ya se había acostumbrado, siempre era él, jamás faltaba quien tirará sus cosas. Levantó todo, y comenzó a guardar, el salón estaba vacío. Salto al sentir una mano en su hombro, pero se relajo y bajo el libro grueso de matemáticas que había levantado para defenderse una vez vio a Bill.

-Bueno, ¿así te presentas tú, pino?

-No, solo me agarraste desprevenido.

Contesto algo tímido, mientras terminaba de guardar sus cosas. Él chico alto asintió y cuando Dipper termino de guardar todo, tomo su mano con elegancia y delicadeza.

-¿Por qué agarras mi mano?

-Soy tu alma gemela, ¿No, niño?

El castaño no se pudo negar, sentía nervios y algo de emoción. Salieron a la cafetería, Dipper le dijo que sus amigos los estaban esperando, ya que aveces a Soos y a Wendy los cambian de salones por ellos ser más grandes que los demás. Bill tuvo que aceptar estar en una mesa compartida con dos mocosos, pero solo por su pino.

—Aquí.

Mencionó Dipper al llegar a una banca desocupada y casi al final, donde nadie iba.

—¿No íbamos a estar con los mocosos?

—Soos y Wendy pueden estar un día solos, no les pasará nada.

—¡Ja! Me encantas.

Dipper sonrió y saco dos pequeños trastes de un compartimento secreto debajo de la mesa, Bill se había sorprendido, puesto que la mesa estaba gruesa pero creía que ahí escondían cadáveres o algo así. El castaño dejo uno de esos trastes delante de Bill.

—Siempre que quiero un tiempo a solas vengo acá, y aquí hoy cuando entre puse estos, porque si no los escondo Soos y Wendy me los roban.

Dijo con una sonrisa, mientras abría aquel traste y se visualizaba unos cuantos panquesitos chiquitos de chocolate.

—Seras un demonio, fantasma o lo que sea, pero puedes comer esto, ¿no?

—Claro que si, Pino. Después de todo tengo que alimentarme con esta comida rara de humanos.

Exclamo con una sonrisa gatuna, mientras comenzaba a comer de aquello que su Pino le había dado.

—Papá siempre me prepara de esto, ayer le dije que me dejara siete de más.

—Suegro hace unos panques muy ricos.

Con una voz aniñada y una sonrisa del mismo gesto dijo aquello, comiendo de los panquesitos.

—¡Uh!, por cierto, Bill, ¿de qué trabajas?

El castaño, muy curiosos hizo esa pregunta, ladeando su cabeza y poniendo atención a las siguientes palabras del demonio-humano.

—En mi empresa. Es de herramientas para autos y esas cosas. Trabajo ahí desde casi siempre, cuando aún no tenía cuerpo y era un simple triángulo, me propuse eso de hacer cosas de autos, los autos son lindos.

—¡Oh, ya! Papá trabaja en una empresa de lo mismo. Se llama "goldenes Dreieck".

—¿goldenes Dreieck?, ¿su logotipo es un triángulo dorado?

—Sip, así es.

—Es mi empresa, la expandi para más países.

—¿Qué? Que rara coincidencia.

Los dos pudi

eron charlar adecuadamente, teniendo muchos temas de conversación y hablando entre risas y uno que otro enojo por parte del castaño al recibir burla por Bill.

La tarde se pasó, y cuando se fueron a sus hogares, Dipper le contó muy animado a su padre sobre Bill, y le dijo que donde trabajaba, era la empresa de este. Los dos también pasaron una noche agradable, intercambiando cosas de su día, cómo cada noche.

El otro capítulo tenía faltas de ortografía (una) y algo equivocado de que Dipper llegó a su casa dos veces, pero ekis. KAKKZSA
Ojalá ser famoso. 😻
(Loskiero, personas que leen este fanfic bien raro) (e leído cosas más raras)

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2023 ⏰

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