Capítulo 3

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Yeonjun miró por encima del hombro para asegurarse de que nadie estuviera observándole antes de empujar la puerta del centro de tutorías. Un rápido repaso le reveló que no había caras conocidas. Soltó un suspiro de alivio y rellenó con sus datos la hoja de ingreso. Nombre: Choi Yeonjun; Materia: Estadística; Hora de Entrada: 6:05. ¿Debería haber usado un nombre falso? ¿Le comunicarían a su profesor que había estado ahí? Eso sería vergonzoso. ¿Algún conocido vería su nombre y se burlaría de él? ¿Cómo era posible que las cosas se hubieran puesto tan mal? ¿Cuándo se había vuelto un tonto deportista?

El centro era más pequeño de lo que había imaginado. Había unas cuantas mesas rectangulares donde los estudiantes podían sentarse y trabajar, y en el extremo más alejado de la habitación había dos lugares donde se sentaban los tutores. Ambos estaban ocupados con otros estudiantes, así que Yeonjun se sentó en una mesa vacía. Abrió su libreta en una página en blanco y su libro de texto en la sección de intervalos de confianza. El texto bien podría haber estado escrito en otro idioma por lo poco que podía comprender. Tendría que haber pedido ayuda antes, cuando aún era capaz de entender algo. No estaba seguro de cómo funcionaba esto, así que, simplemente, se sentó y observó.

Solo había unos pocos estudiantes allí: dos trabajando con los tutores y dos sentados en la mesa junto a la suya. Parecía que estaban haciendo su tarea. Él estaría más que feliz de sentarse ahí y trabajar en su tarea, pero no sabía ni por dónde empezar. No había tenido problemas hasta que llegó a la parte de probabilidad. Todos esos símbolos y fórmulas daban vueltas en su cabeza como una sopa de letras, y todo había ido cuesta abajo desde ahí.

La tutora hacía girar de un lado a otro su silla y daba golpecitos en el escritorio con el lápiz. Era una preciosa chica de ascendencia india. Ella le miró y sonrió. Mierda. Era una de esas sonrisas -el tipo de sonrisa tú-eres-realmente-guapo-¿quieres-salir-alguna-vez?-. Frunció el ceño desviando la vista a su libreta. Odiaba la mirada de decepción que normalmente seguía a esas sonrisas. Y algunas chicas trataban con más ahínco de ligar con él cuando descubrían que era gay. ¿Por qué sería?

Desvió su atención hacia el otro tutor. El chico parecía un poco más joven que Yeonjun, y era guapo al estilo empollón. La montura negra de sus gafas tipo Clark Kent combinaba con su cabello oscuro y espeso. Lo que realmente captó su atención, sin embargo, fueron los labios del muchacho. Aun a esa distancia Yeonjun podía ver que eran de un rosa profundo con una pronunciada y hermosa forma de corazón. El chico tenía la tez suave y era delgado, lo que explicaba que pareciera un par de años más joven que Yeonjun. Este esperó a que el chico lo mirara y así tener una mejor vista de su rostro, pero él parecía absorto en lo que hacía.

De repente, Yeonjun sintió la urgencia de irse. No quería lidiar con la preciosa chica india intentando ligar con él, y no quería hacer el tonto frente al chico guapo. Miró la puerta, pero se recordó a sí mismo porqué estaba ahí. Si no aprobaba las matemáticas, se arriesgaba a estar en período de prueba académico, lo que le costaría su beca estudiantil. Sin el béisbol, ¿qué rayos haría? No era bueno en nada aparte de eso.

El Chico Guapo se recostó en su silla y estiró los brazos sobre su cabeza, mientras el estudiante con el que había estado trabajando recogía sus cosas y se iba. El Chico Guapo arqueó la espalda y la mente de Yeonjun le trasladó a lugares inapropiados, imaginando la sensación de esa cremosa y suave piel contra la yema de sus dedos. Entonces el Chico Guapo se puso de pie y miró alrededor.

—¿Alguien necesita ayuda? —preguntó.

Yeonjun parpadeó y evitó sus ojos. Odiaba todo lo relacionado con esta situación. Normalmente no era así de tímido, pero no quería que el Chico Guapo supiera lo estúpido que era.

A un golpe de la victoria [Yeongyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora