Obsession Extras | Kagome & Sasuke

Pleasure

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|Ambientado durante la estadía en la base de Orochimaru|

Los días pasaban de manera relativamente lenta para cierta azabache que se encontraba encerrada en la base de la serpiente. Aún se cuestionaba a sí misma sobre cómo habían acabado de tal manera.

Era tan extraño pero a la vez le encantaba y ya no podía negarlo más.

¿Estaba mal?

Quizás pero su cuerpo reaccionaba ante cada toque y caricia que el pelinegro le brindaba.

Es por eso que se encontraba en su actual situación en donde ambos debían dormir sin embargo Sasuke se encontraba entre sus piernas lamiendo con avidez su feminidad.

El Uchiha se había vuelto adicto a ella.

Su lengua se deslizaba entre sus pliegues, recorriendo todo a su paso y subiendo de vez en cuando para succionar su punto más sensible. Sus dulces gemidos eran exquisitos, su bonito rostro contraído por el placer mientras su espalda se arqueaba y sus hermosos cabellos azabaches caían con gracia a su lado.

Todo de ella era perfecto, además era sumamente deliciosa y el quería mucho más de eso.

Era un hecho que jamás podría tener suficiente.

Detuvo sus movimientos por un momento para levantar la mirada, encontrándose con los orbes azules que le miraban llenos de lujuria.

"Vamos córrete para mi" demandó el Uchiha con una sonrisa ladeada.

Acto seguido procedió a introducir algunos dedos en su estrecha cavidad mientras que a la misma vez inclinaba su cabeza para lamer con más intensidad.

Gemidos inundaron la habitación, poco le importaba que alguien más la escuchara puesto que así sabrían que era suya. Así podrían tener más que claro que ella le pertenecía y que solo él la tendría de esa manera.

Ella era su mujer y de eso no había duda alguna.

Continuó lamiendo y embistiéndole con sus dedos hasta que ella se corrió en su boca. Con rapidez comenzó a succionar todo, su sabor era tan exquisito así que se encargó de lamer hasta la última gota.

Cuando culminó su labor subió hasta encontrar su camino hacía los labios de Kagome, fundiéndose así en un apasionado beso. Sin embargo justo antes de poder acomodarse sobre ella esta le detuvo y el Uchiha le observó con confusión.

El pelinegro no obtuvo respuesta alguna puesto que la joven tomó asiento para luego acercarse a besarlo nuevamente. En cuestión de segundos las posiciones cambiaron y ahora era ella quien estaba arriba de él teniendo todo el control de la situación.

Fue entonces cuando Sasuke comprendió el por que ella lo había detenido, una sonrisa ladeada se posó en su rostro mientras veía la bonita figura sobre él. Nunca la había tenido sobre él de esa manera, verla en todo su esplendor era exquisito.

Su mirada acalorada lo estaba volviendo loco, su miembro endurecido era la prueba de eso. La de cabellos negros procedió a frotar sus intimidades con un movimiento de caderas y el miembro de Sasuke palpitaba ante la atención.

Un suave jadeo salió de ambos, tal acto se sentía increíblemente placentero. Las manos del Uchiha comenzaron a recorrer la cintura bien formada de la joven.

Continuó así por un rato hasta que la miko se alzó levemente, dirigiendo su mano hasta el miembro de Sasuke y acomodándolo en su entrada la cual estaba bastante mojada.

Acto seguido el azabache la observó introducir su miembro con lentitud, su mirada fija en la bonita expresión de su rostro al sentirlo. Estar en su interior era abrumador, su estrecha cavidad lo envolvía con calidez.

Ella comenzó a moverse sobre él y Sasuke no pudo evitar gemir ante tal placer.

Ciertamente le encantaba ese lado nuevo de Kagome, uno en el que ella se abría más en ese aspecto y permitía que sus deseos más profundos salieran a flote.

El Uchiha se tomó un momento para admirar detenidamente la imagen sobre él.

La de ojos zafiros moviéndose sobre él a un ritmo constante, sus pechos saltaban ante el movimiento, su bonito cabello caía con gracia sobre su espalda dándole una imagen aún más perfecta. Sus dulces gemidos y su rostro contorsionándose por el placer eran fascinantes.

¿Quien imaginaría que terminaría perdidamente enamorado de ella?

Ni siquiera él mismo lo había esperado pero había sido inevitable, desde que había puesto su mirada en ella su destino había sido pactado.

Por otro lado Kagome disfrutaba de los dulces gemidos provenientes del joven, ciertamente era exquisito poder brindarle tal placer a él ya que siempre era lo contrario.

En algún momento el pelinegro posó sus manos en la cintura de Kagome y comenzó a embestirla con rapidez. Ante el movimiento inesperado la joven se agachó para aferrarse al cuerpo del Uchiha mientras este continuaba embistiéndola cada vez más rápido hasta que ambos llegaron al clímax.

Con un fuerte gemido de ambos, Sasuke se derramó por completo en el interior de la azabache mientras que esta se corría nuevamente.

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