Hormonas y Antojos

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Sasuke Uchiha se había enfrentado a muchísimas cosas en el pasado, sin embargo su situación actual era algo completamente diferente a todo lo anterior, algo en lo que definitivamente no tenía idea de cómo proceder.

Su esposa quien contaba con unos seis meses de embarazo se encontraba sollozando, ni siquiera tenía idea del porqué, tan solo había llegado a casa luego de una misión y se había encontrado con tal escena.

¿Por que su mujer lloraba?

La preocupación le invadía rápidamente, el pelinegro dirigió una mirada a su hermano mayor quien había estado cuidándola mientras él regresaba a casa.

Este solo se limitó a sonreír levemente mientras acunaba a la joven entre sus brazos, claramente dejando claro que tenía todo bajo control. Así que Sasuke soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo durante un rato.

"Ya pasó Kagome, podemos comprar tomates más tarde, seguro que a Sasuke no le importará" la consolaba Itachi mientras limpiaba sus lágrimas para luego acariciar su cabello.

El Uchiha mayor y la de orbes azules se habían vuelto sumamente cercanos, casi como hermanos. Por lo tanto él era quien cuidaba de ella cuando Sasuke no estaba. Y más aún desde que supo que esta llevaba en su vientre al hijo de su hermano menor.

Poco a poco la azabache cayó lentamente rendida ante las suaves caricias de su cuñado, en algún punto se relajó tanto que el sueño le había vencido mientras este la sostenía entre sus brazos.

Sasuke observó esa escena con una leve sonrisa para luego acercarse hasta su hermano, extendió una mano y acarició gentilmente la mejilla de su esposa quien parecía dormir plácidamente.

"¿Que sucedió?" preguntó el menor.

"Se acabaron los tomates, Kagome estaba preocupada de que regresaras de la misión y no tuvieras tu comida favorita en la cena" explicó el mayor con una risita.

Ante tales palabras las mejillas de Sasuke se tiñeron de un leve tono rojizo.

¿Realmente había llorando por eso?

Debía admitir que estaba sorprendido.

"Es algo normal, las mujeres embarazadas suelen tener las hormonas bastante descontroladas, por lo tanto son más emocionales" aclaró Itachi mientras dejaba suaves caricias en el cabello de la miko.

Sasuke asintió en comprensión, había leído algo sobre eso cuando había hecho su investigación. Sin embargo durante seis meses su esposa no había manifestado tal descontrol hormonal, pero al parecer ahora sí.

Por suerte su hermano sabía cómo lidiar con tal cosa y él podría aprender para así cuidar a su mujer como era debido.

Aunque eso le hacía preguntarse...

¿Como su hermano sabía tanto sobre eso?

Casi como si hubiese leído su mente este le respondió.

"Cuándo me enteré de su embarazo decidí investigar por mi cuenta" fue la vaga respuesta del hombre.

Sasuke asintió en comprensión, una sonrisa extendiéndose por su rostro mientras observaba a su mujer dormida.

Ambos Uchihas atesoraban mucho a Kagome y de eso no había duda.


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"Pensé que querías oden" decía un Sasuke confuso.

Eran las tres de la mañana, ambos Uchihas estaban despiertos debido a que cierta azabache se había levantado con un gran antojo de algo que ciertamente no había esperado para nada.

"Es que son muy ricos" decía su esposa sonriente para luego retirarse a su habitación.

El rostro de Sasuke era todo un poema.

"¿De donde voy a sacar dangos a esta hora?" cuestionó el Uchiha menor.

El pelinegro dirigió una mirada fulminante a su hermano mayor quien sudaba nerviosamente, luego extendió su mano y con un dedo acusador le señaló.

"¡Esto es tu culpa!" "¡De todas las cosas en el mundo tenías que darle dangos!" exclamó con enfado.

"No sabía que le gustarían tanto" intentó excusarse el mayor mientras una gotita se deslizaba por su cabeza.

Sasuke se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

"Aún así eres el culpable" declaró el joven.

Itachi pareció pensar por unos breves segundos para luego hablar.

"Quizás podríamos prepararlos" fue la sugerencia del mayor.

"¿Estás loco?" cuestionó con incredulidad "Ni siquiera puedes hacer un buen desayuno" fue el arrebato de Sasuke.

La ceja de Itachi se crispó y un tic apareció en su ojo derecho, por supuesto que no quería recordar ese fatídico día.

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Algunas horas después la cocina estaba hecha un gran desastre, sin embargo en el centro de todo había un plato con los dangos perfectos. Pero si mirabas más de cerca alrededor habían muchísimos platos con múltiples dangos defectuosos.

Pero eso era lo menos importante.

Ahí en el centro de la gran mesa estaba Kagome probando los dangos hechos por ambos Uchihas, estos la observaron ingerir uno como si su vida dependiera de eso. Sudaban nerviosamente mientras la veían masticar para luego tragarlo.

"¡Está delicioso!" fueron las alegres palabras de Kagome.

Ambos soltaron el aire que no sabían que habían estado reteniendo, acto seguido limpiaron el sudor de sus frentes y tomaron asiento al lado de la joven quien degustaba su comida con suma felicidad.

Quizás después de todo no había sido tan malo, ver la hermosa sonrisa de la azabache hacía que todo valiera la pena y por supuesto deseaban mantener tal sonrisa intacta.

Obsession Extras | Kagome & SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora