Capítulo dieciocho/ Dejar el dolor atrás.

70 9 1
                                    

"Carpe diem"


Isabella.

Vivir, vivir, vivir.

Es lo que siempre deseamos con mis amigos. Pero no como lo deseamos ahora.

Hemos estado deseando eso para tener tiempo. Deseábamos vivir cuando entrábamos a un quirófano y no sabíamos qué pasaría luego. Queríamos vivir en sentido de tiempo, de querer tiempo para poder seguir respirando.

Pero cuando la realidad nos golpeó, también deseamos vivir, pero ya no solo para respirar. Vivir en verdad, porque tiempo ya no podemos pedir.

Y he querido seguir viviendo para respirar, hasta que hablé con Jake y me dijo que muchos de los que respiran no viven en verdad.

Y bueno, acá estoy, mirando con emoción la mochila que tengo en frente, donde guardo lo necesario para vivir otro de mis sueños.

Y olvidémonos qué pasará cuando todo esto termine. Concentrémonos en que sucederá cuando todo esto empiece. Sin embargo, para mi empezó desde el momento en el que fui a una clase de guitarra y no sabía el significado de acorde.

Miro mi hermosa pared por última vez, esa que tantas veces me vio llorar o armarme de valor, miro las fotografías donde hay sonrisas sinceras y sonrisas que ocultan dolor, y todas las manos de las personas que admiro plasmadas ahí.

Me miro por última vez en mi espejo, sonriendo por la imagen que me devuelve. Una chica brillante, sin nada que la esté opacando.

Sonrío y tomo mi mochila cargándola en mis hombros, está pesada, pero a mí se me hace tan liviana. Abro la puerta de mi cuarto y antes de cerrarla miro todo de nuevo (hasta la media con agujeros que está en el piso), con el intento de memorizar y guardarlo.

Bajo y veo a mis padres y hermana al final de las escaleras. Abrazo a Sam y sus bracitos rodean mi cuello con fuerza.

- Tráeme muchos regalos- dice señalándome con un dedo y asiento riendo.

Veo a mamá y aunque ella no esté muy a favor de que me vaya, tiene en manos un protector solar para que lleve, además ella misma organizó mis medicamentos y metió todo en la mochila. Se acerca a mí, me abraza y besa mi cabeza. Cuando nos separamos me regala una sonrisa y yo le devuelvo el gesto.

- ¿Lista? - pregunta papá.

Abre la puerta para nosotros y nos dirigimos al auto. Solo papá me llevará y mamá se quedará con Sam. Dejo la mochila en los asientos traseros y subo al asiento de copiloto.

Luego de despedirse, papá se sube al auto. Me despido de mamá y de Sam con la mano cuando él comienza a conducir y no dejo de hacerlo hasta que ya no las puedo ver y una lagrima fue capaz de deslizarse por mi mejilla. Me la seco con la mano y le sonrío a papá.

- Nunca creí que me tocaría una hija tan loca.

Rio y saco mis auriculares para conectarlos a mi celular. Pero antes veo los mensajes de los chicos.

Dylan: ¡Adivinen quienes se van a Italia!

Emma: ¡NOSOTROOS!

Jake: Nosotross.

Ivy: nosotros.

Yo: ¡Nosotros!

Cameron: supongo que también tengo que decir "nosotros".

Sonrío y le doy play a la canción de Grace VanderWaalClearly.

¡Iré a Italia! JA. Menos mal que me voy pellizcando de vez en cuando para comprobar que esto en verdad está sucediendo.

Cumpliremos Nuestros SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora