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"Y de algo que jamás me voy a arrepentir es amar, amarte"
*momento en el que se separan al salir del restaurante.
Ivy.
- No puedo creer que le hayas dicho eso a los chicos- lo miro y él solo encoje sus hombros.
- Ellos también quieren pasar tiempo con sus novias. Lo que me duele es que tú no quieras eso.
- No he dicho eso.
- Entones ¿sí quieres? -me mira con esa sonrisa de "te atrapé" y yo lo empujo suavemente
- Tampoco he dicho eso.
- Admite que quieres pasar tiempo con tu novio.
- Dylan, deja de decir eso.
Él me mira retador y detiene a una pareja de ancianos que pasaban al lado nuestro.
- Buon pomeriggio, è la mia ragazza, è bellissima, ¿vero?
Es increíble que haya aprendido eso y no a decir gracias en italiano. Ellos sonríen cuando me ven y asienten a lo que sea que les haya dicho Dylan.
- ¿Qué les dijiste?
- Nada que no se obvio.
Y retoma el camino. Tengo que admitir que este lugar es lindo. Aunque hubiera preferido ir, no sé a Ámsterdam, por ejemplo, algo más nublado. Lo molesto es que hay tanta gente que es imposible caminar y seguro que he salido escrachada en varias fotos. Todos aquí son como Isa, unos pesados para sacar fotos a los que se les cruce enfrente o gente que tiene una efusividad como la de Emma que te atropellan al pasar.
- Me sorprende que te quejes de te empujen aquí y no cuando nos empujaban en el recital de rock- dice él viendo mi mala cara porque alguien me empujó.
- Es diferente.
- Sí, lo que cambia es que ahora si puedo besarte y protegerte entre mis brazos sin que me pegues.
Sonrío cuando hace lo mismo que dijo, me besa y abraza. Cuantas veces miré con asco lo empalagoso que eran los chicos y ahora me gusta que Dylan me tome por sorpresa y me bese.
Seguimos caminado viendo, en lo que se puede por todo este gentío, las esculturas y fuentes que hay por aquí. Un hombre que vende flores se detiene delante de nosotros para tratar de vendernos, pero como era de esperarse, yo niego y Dylan compra tres rosas rojas y me las entrega. ¿Por qué me encuentro sonriendo si pienso que estas cosas son asquerosamente cursis? no lo sé. La respuesta está en que simplemente vino de Dylan. Y aunque no lo digo mucho en voz alta, es obvio que estoy enamorada de él. Y él también lo sabe porque se encuentra sonriendo como un tonto de mi sonrojo ante su acto de regalarme flores.
Nos pasamos toda la tarde hablando y caminado. Y carcajea fuerte cuando se acuerda la vez en el que le comunicamos a sus padres que estábamos saliendo. Ellos son muy alegres, por lo que la noticia lo tomaron de una manera festiva y casi llamaron a toda su familia para festejar, y mi cara de horror se hizo visible, no porque me desagradaba la idea que estuvieran contentos con nuestra relación, pero sí con tanto entusiasmo. Era como tener a mi madre por todos lados. Pero cuando llega mi turno de recordarle su experiencia con mi padre palidece, lo único que sé es que mi padre llevó a Dylan hasta su oficina y hablaron unos largos minutos y salió un poco rígido de allí.
- Esa conversación será mi pesadilla por el resto de mi vida.
- ¿Qué te dijo?
- No me hagas decírtelo, me hizo prometer que jamás te lo contaría. No le des otra excusa para tener una charla conmigo.
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Cumpliremos Nuestros Sueños
Novela JuvenilMuchos dejan sus sueños para mañana, sin darse cuenta que el tiempo siempre se acaba. Muchos dejan sus sueños por miedo, sin darse cuenta que vivir sin miedo no se puede. Muchos dejan su sueños por que no es el momento, sin darse cuenta que siempre...