- 𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒔𝒆𝒊𝒔 -

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𝟎𝟐:𝟒𝟕 𝑷𝑴

Ya estaba regresando hacía el hospital, y sabía que volvería a recaer.

Una parte de mí ya no la tenía, ya no la encontraba, la había abandonado.

Entré al hospital sin siquiera despedirme me mí familia. No saludaba a nadie y mi vista solo estaba en la puerta de mi habitación.

Era un fantasma, pasaba desapercibida y eso era horrible.

Entré a mi cuarto y tan pronto como entré una enfermera me dió una bata y comenzó a conectarme algunas cosas.

- Debo hacerte esta revisión ya que es obligatoria. Por favor ponte la bata y luego solo duerme si quieres.

- Gracias..

La enfermera salió de la habitación y comencé a ponerme la bata.
La ajusté y me recoste envuelta en mis sábanas.

Intentaba dormir, pero no podía, no sabiendo todo lo que había pasado, todo lo que había echo. Si talvez solo lo hubiera dejado explicar, ¿todo sería diferente?.

Volvía a derramar lágrimas por décima vez en la noche, pero esta vez se sentía diferente, parecía que iba a ahogarme en mis penas.

Pedía a mi mente que me dejara en paz, aunque sea esa noche. Y así fué.

(...)

𝑷𝒆𝒓𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝑻𝒐𝒎.

Paseaba por la casa de Sunny, aquella estaba vacía. Había quedado así luego de Navidad.

Recorría su cuarto donde miles de cosas habían sucedido.
Un pequeño reflejo dorado dió justo en mi cara haciendo que cierre un poco mis ojos.

Observé de donde provenía. Aquél cajón.

Lo abrí lentamente y ahí estaba, el pequeño sol que le había obsequiado. Ya no me amaba, ¿verdad?..

Bill interrumpió todos mis pensamientos entrando a la habitación.

- Tom, debes ir, debes explicarle.

- Bill ya no le puedo explicar nada, ella ya no me quiere ver.

- ¿Y dejarás que eso se interponga?, Tom debes ir y pelear por ella, no importa lo que los demás digan o piensen. Debes ir Tom..

Mi hermano tenía razón, y mi cabeza trataba de buscar algo que me lo impida, pero no le di el tiempo suficiente para hacerlo.

- Vamos Bill.

Una sonrisa se formó en el rostro de mi hermano y al instante me comenzó a seguir hacia el auto.

Debía arreglar todo, aunque sea solo explicarle todo.

(...)

𝑷𝒆𝒓𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝑺𝒖𝒏𝒏𝒚

𝟎𝟒:𝟏𝟖

Las lágrimas no de habían detenido un maldito segundo, el dolor punzante en mi pecho no se iba, y quería quitar ese dolor, de mí y de Tom.

Y mi cabeza encontró la solución perfecta, algo que había jugado no volver a hacer, pero debía hacerlo para porfin poder dejar este dolor.

Me bajé de mi camilla y abrí uno de mis cajones. De allí saqué una pequeña navaja, observé mi muñeca y arranque de un tirón todo lo que estaba conectada a esta.

Inhalé y reuní todas mis fuerzas, sabía que dolía, pero era la forma en la que le pedía perdón a todos.

Mi cara se reflejó en aquella navaja limpia y filosa, preparada para mi cometido.

𝑫𝒂𝒏𝒅𝒆𝒍𝒊𝒐𝒏𝒔; 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora