PENSATIVO

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Franco estaba en su despacho sentado en un cómodo sillón la mano la tenía apoyada la cabeza, su mente estaba hecha todo un lio, pensado y pensando, por que mi hermano ¿Por qué? no estaba tranquilo las horas pasaron cuando se dio cuenta ya eran las 12 am de repente alguien toco la puerta de su despacho.

- Franco amor, ¿estás aquí?

Ana abrió con cuidado cuando no escucho respuesta al verlo se acercó a él, las intenciones de Ana era besarlo, pero cuando estaba a punto de hacerlo franco la freno es seco.

-¿amor que pasa? ¿Todo está bien? ¿Tu padre está mejor?

Las preguntas salían unas tras otra, pero franco no le respondió ni una sola, Ana estaba inquieta por que veía a su marido con una actitud extraña.

- Franco amor te estoy hablando, ¿respóndeme?

- ¡Ana sal de aquí!, deja de preguntar estupideces, ¿eres tonta? Si no te contesto una pregunta es por qué claramente no estoy dispuesto hacerlo, estamos? Sal de aquí segunda vez que repito las cosas tienes meses casada conmigo y ¿aún no aprendes?

Ana abrió los ojos como platos al escuchar las palabras de franco, ya hacía tiempo que le no la trataba con tanta frialdad, un escalofrió sintió en la medula espinal cuando franco alzo la mirada se encontró con los ojos de su mujer, podía ver el desconcierto en su mirada pero ella veía esa mirada obscura que hace un tiempo no veía y que no extrañaba para nada, Ana estaba muy confundida.

-Franco ¿por qué me hablas así? No tienes ningún derecho a tratarme así, vi las luces prendidas del despacho y me dirigí hasta aquí, ¿Qué te pasa?

Ana dio dos pasos atrás y cruzo las manos como su marido llenaba el vaso de whisky y  se lo tomaba como si fuera agua, eso en el no era nada habitual, con eso podía ver que le fue muy mal.  estaba muy enojada, porque aunque no haya tenido una buena tarde, no tenia por que hablarle así y mucho menos si no tenia nada que ver .

-ANAA!! No me interesa si piensas o no ese es tu problema a no el mío, MALDITA SEA QUE TE LARGUES!!, NO TE QUIERO VER  A TI NI A NADIE!.

 franco no se movió de donde estaba pero si mirada penetrante le helaba los huesos, Ana, no podía dar crédito a esta situación porque no sabía ni que estaba pasando ni mucho menos el por qué.

- No sé qué demonios te paso, yo soy la menos culpable de lo que te haya pasado, y te estas desquitando conmigo, eres un perfecto y completo ¡IMBECIL!

Ana salió enseguida del despacho azotando la puerta con fuerza, estaba muy enojada de lo que acaba de ocurrir estaba preocupada por franco porque estaba sumamente raro fue a su habitación pesando en que le habrá ocurrido su marido.

-¿Habrá discutido con su padre? O le dieron noticias sobre su madre por eso esta así? Esperare hasta  mañana ya esté más relajado porque no me gusto para nada el cómo trato, Ana se fue a la cama muy desconcertada habían pasado mas de dos horas y Ana no podía conciliar el sueño, cuando escucho la puerta de la habitación se abra con movimientos torpes, vio a su marido sumamente borracho diciendo y maldiciendo lo observaba desde la obscuridad y veía como buscaba la cama hasta que llego a ella, Ana solo lo observaba no dijo ninguna pablara pero el hablaba arrastrando las palabras Ana no podía descifrar lo que estaba diciendo franco se desnudó con torpeza cuando me metió entre las sabanas sus manos buscaban algo, una voz roca y borracha

- Ana Figueroa, tu eres mía, eres solo para mí, solo debes tener ojos para mi nadie mas, nunca me dé...je... menos mi her...... franco no logro terminar la oración cuando cayo completamente dormido.

Así transcurrió la noche

Solo para mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora