𝐈𝐈𝐈: 𝐂𝐨𝐢𝐧𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐞?

60 2 3
                                    

𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐖𝐈𝐍𝐍𝐈𝐅𝐑𝐄𝐃 𝐔𝐍 𝐀𝐋𝐓𝐄𝐑𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐀𝐃𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐒𝐀𝐑𝐀𝐇 𝐘𝐀 𝐄𝐑𝐀 𝐀𝐋𝐆𝐎 𝐍𝐎𝐑𝐌𝐀𝐋. Ni siquiera podía recordar bien cuál fue el primero, pero sabe que fue un completo desastre, plagado de gritos, rabia y llanto.

Incluso ahora puede volver a sentir esa sofocante desolación que experimentó mientras recibe las bandejas, y les da su pedido a cada cliente del bar con una amplia sonrisa.

Trabajar le servía. Ella no era como Vicki, quien debía trabajar para cuidar de Matt. No, ella simplemente trabajaba porque no quería pedir dinero para hacer sus cosas, al igual que le servía para su perfecto curriculum.

Sus hermanas eran menores de edad y tenía la seguridad que sus gastos serán pagados por los Salem por voluntad propia. Pero ella no. Y aunque Asher se haya ofrecido una infinidad de veces para pagarle sus estudios y demás, la pelinegra se negó rotundamente.

Odiaba sentirse inútil. Siempre fue así y no podía dejar de serlo.

Además, podía mantener su mente ocupada, lejos de los recuerdos indeseados que le venían en la completa soledad y oscuridad de su ordenada habitación.

Pero Winnifred debía seguir adelante. Ella realmente nunca se dio el tiempo para pensar si la muerte de sus padres a tan corta edad le dolía. No como Mary o Sarah, ella solo lo aceptó y vivió con eso, no trató de negarlo o luchar.

Simplemente reaccionó en automático desde ahí hasta la actualidad. Con esa frase que sus padres le inculcaron respecto a sus hermanas; "cuando nosotros faltamos, ellas son tu responsabilidad. Y debes cumplirla, Cariño".

Le da sus bebidas a Caroline y Bonnie en cuanto pasa por su lado, sonriendo para sus adentros al ver como ambas hablan animadamente de un chico nuevo en la preparatoria, aunque era la rubia quien hablaba sin parar mientras la castaña oía incrédula.

Se encuentra con una Mary algo más arreglada de lo normal al ir a las mesas al lado de la entrada mientras la analiza extrañada.

Lleva su cabello recogido en una media coleta, sus jeans grises rotos y su famosa camiseta negra con mallas que dejan ver la piel en algunas partes de su cuerpo. Una prenda que solo usa para momentos "especiales", según ella.

—¿Por qué estás tan arreglada? —Curiosea un poco confundida, recibiendo una mueca molesta de la pelirroja.

—¿Tú también?, Avery me hizo la misma pregunta. —Bufa pasando por su lado.—Estoy igual que siempre, que ustedes no lo vean es otra cosa.

—No estas igual que siempre, Mary, digo, la última vez que te vi usando esa camiseta. —Señala la prenda.—Terminaste de novia con un loco que decía ser cazador de vampiros.

La pelirroja, hablando de romance, no tenía un buen historial. Realmente y siendo sinceros, su historial amoroso era una absoluta mierda.

Jerome Nicholson, así se llamaba su último novio, con quien, sorprendentemente, duró más de un año, incluso podría considerarse la relación más extensa y estable que ha tenido en toda su vida. Era un chico tierno.

Quizá demasiado para Mary.

Todas sus amigas lo amaban y deseaban tener un novio como él alguna vez en su vida. Y eso la hacía sentir medianamente culpable. No es que no lo amara, solo que no lo hacía lo suficiente.

Porque el tema de amor fuera del ámbito familiar, es un completo desafío para Mary. Aún no sabe por qué, solo sabe que, por más que lo intente, nunca puede interesarse en una persona románticamente por máximo de una semana. De hecho, ni siquiera entiende como duro tanto con Jerome, quizá fue el hecho que ambos amaban y odiaban las mismas cosas.

𝐒𝐓𝐘𝐋𝐄 [𝐓𝐡𝐞 𝐕𝐚𝐦𝐩𝐢𝐫𝐞 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐞𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora