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Samantha estaba en su última clase, el día había pasado relativamente rápido y divertido para la chica, era un jueves y mentiría si dijera que no estaba emocionada porque llegara mañana, sus amigos la habían invitado al centro comercial después de la escuela y era su primera salida con ellos. No le agradaba nada el hecho de que Félix iba a estar ahí, pero ella esperaba ignorarlo todo el día.

 La voz de su mejor amiga llamándole la regresaron a la realidad.

—Oye Samy— Rocío susurro a su amiga, captando la atención de ella casi inmediatamente.

—Que pasa— Samy cuestiono, viendo a la chica que ahora tenía una cara de picardía.

—Creo que le gustas a Leo— Su amiga dijo riendo un poco, el chico era uno de los más populares de la escuela y casualmente siempre tocaba en las mismas clases que Samantha y Rocío. Samantha, un poco confundida, solo rodó los ojos y redirigió su vista de vuelta al pizarrón.

—Oye, te lo digo en serio, no para de verte con ojitos de perrito— Rocío dijo mientras la castaña volteo a verlo sutilmente. Las mejillas de Samantha se tornaron de un color rosa, al ver como el chico le sonreía, la chica se volteó de regreso en su asiento y no dijo nada hasta que se acabó la clase. 

Tan pronto como sonó el timbre, las amigas salieron disparadas, no tenían una razón para estar apuradas, pero Rocío no quería llegar a su casa tan tarde y Samantha no tenía ni energía ni ganas como para ver a Félix y a sus amigos molestos.

—Oye, Samantha— La chica volteo y vio a Leo acercándose cada vez más a ella, Rocío se alejó un poquito, lo suficiente como para no parecer metiche, pero escuchar toda su conversación a la vez.

—Hola, Leo. ¿Cierto?— Samantha dijo y el rubio asintió con una sonrisa en su cara.

—Mis amigos están organizando una fiesta para los de primer semestre, y me gustaría mucho verte ahí.— Se le quedó viendo a la castaña mientras esperaba su respuesta ansiosa. —Tu amiga también está invitada, obviamente—Continuo. Samantha no era tanto de ir a fiestas, pero por alguna extraña razón estaba emocionada. La chica aceptó su invitación con una sonrisa plasmada en su cara. 

—Perfecto, crees que me puedas dar tu número, para luego pasarte la dirección — Leo dijo.

—Sí, toma— Samantha estiro su mano para darle el celular, sus dedos rozaron y tímidamente los dos se sonrieron para después despedirse.


—¡Weyyyyyy, Leo te invito a una fiesta— Rocío dijo emocionada, moviendo como loca a Samy mientras esta reía de los nervios y de la emoción.

—Qué paso, porque tan feliz Rocío, ¿a la chupacabras ya por fin le quitaron las pulgas?—Félix dijo con una sonrisa en su cara, apareciéndose por detrás de Rocío y Samantha. La castaña lo volteo a ver con una expresión de disgusto y pretendió reírse. —Ja, ja, qué gracioso eres Félix. Estás seguro de que no te cogió un payaso en la mañana— Samantha respondió y Rocío rio entre dientes. 

—Como sea, porque estaban riendo como niñas chiquitas— Félix se adelantó y se puso enfrente de las chicas.

—A Samy la invito Leo a la fiesta de los de primer semestre— Rocío dijo, empujando divertida a Samantha suavemente. Félix se le quedó viendo a Samantha mientras ella pensaba sonrojada por su interacción con el chico rubio de hace unos minutos.

—Nos invitaron a las dos— Samantha aclaro después de salir de su pequeña nube, viendo ahora claramente como Félix se le borraba la sonrisa de hace unos segundos—Eso que, a mí también me invitaron mis amigos— El pelinegro hablo, con un tono de voz un poco inestable.

—Sí, pero a ti no te invito la persona que te gusta— Rocío hablo y Samantha la callo divertida. —Ya te dije. No me gusta— Samantha rodó los ojos en juego, mientras que Félix había cambiado de expresión por completa.

—¿Te gusta Leo?— Félix le pregunto a la castaña, él se veía un poco raro y ella no sabía por qué su comportamiento había cambiado tan de repente.

—No me gusta, creo que es lindo— Ella dijo, se podía notar un poco la tensión en el aire, Rocío miro su reloj en asombro y los interrumpió diciendo que se tenía que ir, dejándolos a los dos solos.

—No deberías ir a la fiesta— El chico hablo y Samantha se burló de lo que le estaba diciendo —No eres nadie para decirme a donde ir, Félix— Samantha empezó a caminar y el chico la seguía cuál perro sin dueño.

—Te lo estoy diciendo bien—Se acercó un poco más a Samantha, los dos quedando a unos cuantos centímetros de distancia. Samantha lo volteo a ver, se notaba la diferencia de estatura, pero la chica como quiera era intimidante. —Ya te lo dije, no eres nadie para decirme a donde ir—Los dos se quedaron viendo por unos cuantos segundos que parecían horas. Félix, más que enojado o intimidado, estaba completamente hipnotizado por los ojos de la chica, sus labios color rosa y su piel suave.

—Como sea, haz lo que quieras. Yo te lo advertí— Félix dijo para después retirarse. Dejando a Samantha en más confusión.




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—No le vayas a hacer nada malo— Sonó una pequeña risa por el otro lado del teléfono. —Wey, solo la invité a la fiesta, la voy a besar y Santiago me va a dar el dinero acordado, no te enojes, no le haré nada— Leo hablo divertido, explicándole a Félix de su apuesta. —Leonardo te lo digo en serio— El chico hablo. —Wey si te vas a poner así en ese plan ya mejor dile a Samantha, pero yo le diré que a ti se te ocurrió la idea— Félix colgó el teléfono al escuchar las palabras tan sádicas provenientes de su supuesto amigo. Tenía claro que ese día en la fiesta no se iba a separar de ella.








Holaaaa, lo prometido es deuda y aquí está el capítulo, no me gusto tanto, pero era importante para los otros capítulos, los tqm y muchas gracias por 200 vistas son lo mejor del mundo. No se olviden de votar y si quieren dejar una sugerencia pueden hacerlo. 

(Ignoren cualquier error gramatical)

+*Angie*+

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