—Tom Kaulitz
Baje de mi camioneta, acompañado por dos de mis "AMIGOS" si... Yo les hacía pensar eso, pero lo que eran para mí eran perros guardianes, los más fieles que tenía, Aaron y Daniel, mis mejores perros de pelea.
Sentí como caminaban detrás de mi, espalda pisando mis talones, mientras que las camionetas que nos acompañaban eran vigiladas por más de mis guardianes.
Observe aquella casa, era muy linda, se ponía decir que era la mejor en toda la cuadra pero las apariencias engañan... El hombre detestable que la habita no era más que un alcohólico de mierda, que lo único que sabía aser era hundirse entre las deudas que tenía conmigo.
Estuve investigando, el viejo tiene un hijo.. Bill Trümper , 17 años cabello azabache, ojos color almendra, piel blanca, facciones delicadas como un muñeco de porcelana, estatura promedio, último año de preparatoria, su madre Anna Miller murió en accidente de auto, sería un interesante y buen juguete, si es que el viejo no pagaba, algo casi confirmado.
—Muchachos... Entren.—Ordene con una sonrisa, y segundos después Daniel destruyó la cerradura con la pistola que cargaba y de una fuerte patada en esta, logro abrirla fácilmente.
Aaron me hizo una seña de que esperara, siempre era así, el entro primero, se aseguró de que el lugar estuviera totalmente fuera de peligro y me llamo con un ademán, como dije... Mis perros más fieles.
Un silbido comenzó a salir de mis labios, era aquel con el cual me comunicaba con mis inferiores, osea.... Con todos, entre ala casa con tranquilidad, y mis manos dentro de mis bolsillos.
—¡Oye viejo, yo estoy aquí!— Grite, con una sonrisa sádica en mis labios, todas las personas de la colonia me miraban, y sabían de lo que se trataba, pero nadie, ni aunque quisieran, no podían hacer absolutamente nada, o mis perros se encargarían de morder.
—¡Es hora de que pagues, imbesil!—Tom..—Me llamo Daniel, ellos eran los únicos que tenían permitido llamarme por mi nombre, y si algún otro lo hacía, le cortaba la cabeza y la lengua, no estaba exagerado. —Creo que Gordo no está aquí.
—Si lo está, esa sanguijuela ni siquiera puede moverse de lo alcohólico que es.— Respondí, e hize un ademán con mi cabeza, indicando que lo buscarán en las habitaciones de arriba, y a los pocos segundos ambos ya estaban subiendo las escaleras.
Me veltee y mire el interior de la casa, nunca me había puesto a verlo tan cerca... Si, exacto, al hermoso chico que se encontraba en una de las fotografías, tengo mucha imaginación, y realmente creo que el podría ser el protagonista.
Encendí un cigarrillo y lo lleve a mi boca, mi mirada viajo hacia la calle, dónde habían unos cuantos policías, sonreí con sarcasmo y moví mi mano, saludando a estos.
No podían hacer nada, nadie podía, ni siquiera lo que se llamaba " LA JUSTICIA" eso no existía, yo era la ley en estás calles, yo domino, yo mando, y el que desobedezca... Su castigo, es divertido.
—¡NOOOO! ¡POR FAVOR! ¡SE LOS RUEGO!—Escuche los gritos despavoridos de Gordon, quién venía bajando las escaleras, forzado por mis dos perros, ambos con su pistola en mano.
Cerré la puerta, dejando a las personas que se encontraban afuera con intriga, miedo, condición, y muchas emociones más, el simple hacho de escuchar mi nombre les causaba escalofríos, lo sabía.
—¡Gordon!—Sonrei—¿Como haz estado, mi amigo?
—¡Jefe por favor! ¡Por favor! Se lo ruego!—sus palabras salían torpes, pero podía entenderlas.
Cerré mis ojos, y disfrute de mi cigarrillo, escuchando sus plegarias por qué no le hiciera daño o que le diera un poco más de tiempo para completar el dinero.
—¿Quieres un poco? —le ofrecí, ignorando sus súplicas.
—Jefe no, por favor, tengo un hijo, también tengo gastó, de su escuela, su comida, la mía... ¡Por favor, deme más tiempo!
Bufé con frustración, y me acerque a el, y está acción provocó que mis perros lo tomarán aún más fuerte, impidiendo algún movimiento de su parte.
—Contesta, imbecil.— ordene, lo cuál callo todas sus palabras, —¡Quieres un poco!—Saqué mi cigarrillo de mis labios y lo puse en frente de el.
—No, no, no yo... —una risa irónica salió de mis labios ante su respuesta.
—¡ Oh, vamos! Se que tu vicio es el alcohol y los cigarros, no te hagas el difícil.— Sonreí con sarcasmos.— Pruébalo, es de los mejores.
Gordon se quedó helado por unos segundos, pero a como lo predije, su boca comenzó a abrirse lentamente, insinuando que colocará mi cigarrillo.
Levanté una de mis cejas, y de un rápido movimiento, tome el objeto caliente con más fuerza y lo introduje en su boca, haciendo que el fuego quedará en su lengua.
Sus gritos desgarradores eran muy fuertes, era más que obvio que las personas afuera los podían escuchar, lágrimas desbordaron sus mejillas y sus intentos idiotas de soltarse de mis perros lo hacía aún más divertido.
— Si... Se que tienes un hijo..—sonreí al recordarlo.—Muy Lindo... También se que aún no tienes el dinero para pagarme, y está bien, no te preocupes.
Con tranquilidad saque el objeto se su lengua, observando como está comenzaba a sangrar, hize una muñeca de asco ante esa imagen.
—Jefe... Mil gracias, yo... Prometo que se lo pagaré cuanto antes. — Ni siquiera podía hablar correctamente, pero al escuchar mis palabras anteriores sus ojos brillaron de felicidad.
—¿Disculpa?—Reí.—¿Crees que te estoy dando otra oportunidad para pagarme?— Mi mirada se dirigió al reloj en la pared, observando la hora, y ya casi era la salida de su hijo.— Estoy dispuesto a negociar... Y con esto podrías cancelar tu deuda.
—¿Cuál ...Cuál es jefe?-- Pregunto con desesperación.
—Bill Trümper... ¿Así es como se llama NOO?—un asentamiento de su parte fue lo que recibí.— Bien... Gordon, quiero que te tomes esto con seriedad, me debes un millón y medio de dólares... Y ni siquiera haz pagado la mitad...¿Ya cuánto llevas con esta deuda? ¿Dos años ??—una risa seca salió de mis labios.— Y lo único que haces es salir a beber, no mientas diciendo que te preocupas por tu hijo... Por qué es lo menos que haces..
— Y-yo...
—Cállate.— Ordene.—El negocio es este ... Te cancelo tus deudas conmigo, dejo de venir a buscarte todos los meses y dejar de arruinar tu propiedad... Pero a cambio.—hice una breve pausa.—Me darás a Bill.
Aaron y Daniel se quedaron helados ante mi propuesta, ellos sabían que venía por un cambio y una negociación, pero nunca les había contado que sería.
—¿J-jefe como cree que haré eso? Es mi hijo, mi tesoro, no puedo hacerlo— Arrugue mi rostro ante su hipocresía.
—Bien, entonces, tienes dos horas para conseguir mi dinero.—me acerque y tome su cabello con agresividad.—O si no... Arrancaré cada uno de tus dientes con mis tenazas, y no dejaré que mueras hasta convencerme de que haz sufrido lo suficiente.
Su rostro palidecio y observo mi cara con terror a lo que yo solo me mantuve serio y firme en mi posición, si... Posiblemente me estaba portando como un completo hijo de puta un insensible que no sabía comprender a las personas, y no me molestaba en aceptarlo.
—Pueden soltarlo.—Ordene y me aleje. Aaron me miró sus ojos expresan un poco de miedo, Daniel la Mantenía firme, neutral, me gustaba eso de el.
—Mus muchachos vendrán por ti... Dentro de dos horas, quiero todo mi dinero.Me di la vuelta y escuché como mis perros comenzaban a seguirme, tome la perilla de la puerta y cuando estaba apunto de abrirla, lo escuché.
—J-jefe ...—Me llamo y yo pare en saco, y sonreí con burla, aún sin voltear.— E-esta bien.—y eso fue lo que detonó mi confusa alegría.—Le daré a Bill..
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Mentes Criminales (( Toll, twc ))
ActionBill Trümper un adolescente de 17 años que estudia la preparatoria que busca salir adelante y salir de los abusos de su padre Gordon Trümper un alcoholico Que lo golpea y maltrata todos dos días Tom Kaulitz uno de los mafiosos más poderosos y jóven...