Capitulo 3

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Narrador.

Día uno.

El pelinegro luchaba con todas sus fuerzas, tratando de liberarse de aquello que lo tenía atado sus manos estaban esposadas atrás de la silla en la que se encontraba, su boca estaba con un trapo blanco, callando los gritos desgarradores que se ahogaban en su garganta.

Las lágrimas escurrían por sus mejillas, su vista estaba nublada, no podía ver nada con claridad, pero sabía cómo era la habitación, cuando Tom le había llevado logro verla.

Estaba en una habitación completamente a oscuras silenciosa, lo único que había era una ventana con barrotes por la cuál apenas le entraba claridad de la luz del día.

Lo alarmó el sonido de la puerta siendo abierta, y las voces de algunas personas que apenas podía distinguir le hizo elevar su cara con miedo y desesperación, por lo que le esperaba.

Observo al de trenzas entrar con lentitud, sus manos en los bolsillos, y esa sonrisa ladina la cuál se apreciaba la burla y el desprecio que sentí hacía el chico.

–Bill... Bill Trümper..–Dijo con burla y picardía.–Por si no te a quedado totalmente claro... El alcholico de tu padre te entrego a mi, para poder saldar su deuda. –Tom comenzó a caminar al rededor del joven, que temblaba de miedo. –Si... El se salvó de lo que le esperaba dándote Ati como carnada.. – Se acercó al menor y con brusquedad retiro aquel pedazo de tela que se encontraba en su boca. –Tu padre estuvo a tu lado pero... Nunca estuvo presente... Te maltrato por años, asta la actualidad tienes diecisiete y hasta hace poco seguías siendo víctima de golpes y insultos . –Tom detuvo sus palabras, al igual que sus pasos, se inclino un poco quedando a pocos centímetros del rostro del menor. –Y créeme... Que aquí no será diferente.

Bill trago saliva, sus mejillas ya se encontraban empapadas de lágrimas, sus ojos intentando saber cómo es que aquel hombre frente a el ¿por qué ? Podían expresar tanto odio con tan solo una mirada.

–Y-yo... ¡Por favor, yo.. puedo pagarte! Juro que..lo haré. ¡Trabajaré sin descanso día y noche si es necesario para poder hacerlo! Te devolveré todo el dinero que papá te debió. Por favor ¡Telo suplico!..

Tom soltó una pequeña risa de burla volvió a su posición, observando fijamente el rostro de aquel chico, y lo débil que se veía, odiaba alas personas como el tan débiles.

Se sentía tan asqueado de tenerlo frente a el, pero algo le llamo la atención su ropa Del chico, el cuello de tortuga, los pantalones largos, y aquella chaqueta, cubriendo cada parte de su cuerpo sin dejar ver ni  un poco de su piel, aún eran tiempos de demasiado calor para una vestimenta como esa

Tom camino hasta quedar ala espalda del menor, y desató sus manos, este rápidamente comenzó a sobarse las muñecas, mientras el observaba la sangre que escurría sobre ellas, el no podía escapar, ya que sus pies se encontraban encadenados impidiéndole cualquier movimiento.

–Quítate la chaqueta ahora.–Ordenó, ignorando las súplicas del joven.

–P-pero..T-tengo frío.–Contesto con miedo de la petición y vergüenza por lo que ocultaba esa chaqueta.

–¿Acaso Te pregunté eso? No, verdad eh dado una orden mocoso y tienes que ¡OBEDECER! –Grito.

–N-no... Quiero– Contesto con miedo.

Tom cerro sus ojos comenzando a perder la paciencia, enojado tomo el cuello del joven y con agresividad bajo está por los brazos del menor.

Su expresión era de lomas neutral, sus ojos viajaban sobre el cuerpo del chico dejando ver cada cicatriz y moretón que se encontraban por su torso y espalda algunos Eren verdes y oscuros este tenía muchos rasguños, algunas echos con algo filozo, podía reconocer los cortes perfecta mente al igual que las quemaduras provocadas por cigarrillos en su piel.

El de trenzas tomo la chaqueta entré sus manos, y la tiró en algún sitio de la habitación, asqueado por aquella imagen tan patética del chico.

–¿Gordon el te hacía eso?–Pregunto con un tono de voz más suave.

–S-sii...–Apenas y Susurro, Tom arrugó su rostro y camino hasta quedar frente al menor, tomo su mentón con rudeza hobligandole a mirarlo.

–Odio a las personas débiles como tú Detesto el que no puedan hacer nada para defenderse y tu eres una clara muestra de ello. –Escupió con total odio y desprecio, asiendo que las lágrimas del chico desbordaran por sus ojos algunas callendo en la mano del de trenzas. – Si... Puedes llorar, anda hazlo... Llora como el pequeño maricon que eres.... Por qué al final eso es lo único que puedes hacer.–Tom Sonrió con burla en la cara del chico y de un rápido y brusco movimiento apartó su mano de su rostro del menor, provocando que esté se ladeara un poco.

–No... ¡No Por favor! ¡No me dejes aquí ! ¡No me dejes solo! ¡NO!

Tom soltó una pequeña risa de burla y le dio una última mirada  con desprecio, para después salir dela habitación, dando un leve portazo.

El chico lanzaba gritos desgarradores que se podían escuchar al otro lado de la puerta, dónde algunos guardias se encontraban para vigilar que el chico no intentará escapar.

Daniel fue el primero en acercarse detrás de él venía Aaron, ambos llenos de dudas, por qué normalmente Tom siempre les hablaba de sus planes que pensaba realizar, Agarrándoles por sorpresa por su repentina accion.

– Tom... ¿Que carajos estás haciendo?– Pregunto Daniel confundido.

¿De que hablas? – Respondí Tom sin mirarlo.

–¿Bill Trümper? ¿El traerlo aquí?

– Si... Es bastante Guapo, sera buen negocio, pienso sacarle a la venta lo más pronto posible.–Este se encogio de hombros, pasando por el lado de su amigo.

–Pensaba que el chico sería para ti...– Hablo Aaron, por primera ves.

Tom se detuvo en seco escuchando eso su mente se quedó  procesando aquello... ¿Lo quería para el? O ¿realmente lo quería en venta? No.. Claro que no podía pensar así de otro hombre le repudiaba solo esa idea y tanta debilidad de una persona siendo hombre le asqueaba sobre manera una persona así.

–No... El será como las demás  su simple apariencia me facilita las cosas lo venderé al mejor postor.– Soltó con frialdad. Sin sentimiento alguno.

–Pero... ¿Por qué lo tragiste a tu casa? Lo pudiste averlo llevado directamente al prostíbulo.

Cierto... ¿Por qué lo había llevado a su casa? Ni siquiera el lo sabía en realidad.

–Quiero que contacten a nuestros mejores clientes, y avisen de la nueva mercancía.–Ignorando las palabras de su amigo y encendiendo un cigarrillo, para poder subir las escaleras que daban a su oficina.

Dejando a ambos chicos con muchas más dudas en su cabeza, Tom estaba actuando más raro de lo habitual sus palabras eran más frías que nunca, la mirada que le derigia al chico era más oscura, vacía, sin duda, odiaba al menor sin explicación aparente.

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Mentes Criminales (( Toll, twc ))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora