Capitulo 1 - La sangre que corre por nuestras venas

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A veces el mundo es impredeciblemente hermoso. Otras es simplemente cruel y despiadado.

El destino es aquello que los mortales quieren poseer entre sus dedos, ansiosos por ser quienes escriban su propia historia. Desesperados de tal manera para huir de lo que predicho está.

¿Quién diría que habría no solo un alma, sino dos que serían capaces de aferrarse a ello?

De vez en cuando el deseo en total fervor de sobrevivir y tener otra oportunidad es más inmenso que él mismo cielo y el propio destino. Y será justo cuando las estrellas escuchen sus gritos que las manecillas del reloj correrán por si mismas hacía atrás.

Justo a un tiempo donde todo era mucho más sencillo.

Porque seamos sinceros aquí ¿Quién no ha deseado alguna vez que el tiempo simplemente retroceda?

En un tiempo entre el pasado y el presente, justo en el fondo del jardín de una casa oscura y llena de magia, una gran familia se encontraba disfrutando de la brisa veraniega. La mesa alargada cubierta con un gran mantel blanco con detalles verdes y azules en el bordillo. Toda la extensión con docena de platillos salados y dulces, muchos de ellos que harían suspirar a cualquier chef Francés de renombre.

Los adultos de la mesa charlaban en voz uniforme mientras los mas jóvenes mantenían sus bocas calladas y sus opiniones silenciadas. Aunque no podían intervenir todos escuchaban con atención mientras fingían no estar interesados. 

- Entonces, ¿Que haz estado escuchando, Lucius? - Preguntó la voz alta de una mujer hermosa con rostro severo. Un aura poderoso y atractivo la rodeaba. 

El rubio pestañeo lentamente y se tomo unos segundos para responder. - No más de lo habitual, están siendo mas reservados conmigo y mis contactos desde que ya no los apoyamos activamente - 

La mujer se burlo suavemente y se llevo la porcelana a sus labios a tan solo un soplo de ellos. - Solo es cuestión de tiempo que pierdan el poco apoyo que tienen, solo hay que esperar y observar como caen - 

La charla en la mesa iba y venía girando en tornos políticos bastantes tediosos y pesados. Las voces de los adultos se callaron brevemente cuando uno de sus miembros dejo con fuerza su taza en su plato.  

El ruido llamó la atención sobre los demás miembros de la familia. La matriarca y el jefe de familia miraron a su heredero y asintieron hacia el adolescente. 

La mirada gris del chico brilló con una gran emoción y se levantó de la mesa, arrastrando su pesada silla hacia atrás. Con un asentimiento educado para todos en la mesa, por fin se le permitió irse de la tediosa hora del té.

Sus primas lo miraron con diversión, mientras que la mayor de ellas solo giró de forma exagerada los ojos. Su hermano menor le dedicó una suave sonrisa burlona y agitó su mano mientras volvía su atención a los padres de ambos.

No le prestó atención a ninguna de sus tías o tíos, excepto por su familiar favorito. Él incluso le revolvió el cabello cuando pasó por al lado de su asiento para ausentarse, obviamente ganándose un carraspeó por parte de la matrona de su familia.

El adolescente se fue de la escena con un caminar correcto y la espalda recta, tal y como su madre le intento enseñar una y otra vez en su pasado. Solo para que el niño hastiado encontrará siempre una nueva y escandalosa forma de llevarle la contraria e huir de ella. Muchas de esas veces las palabras salían de sus bocas como cuchillas e hundían la atmósfera de la casa a una mucho más sombría y oscura.

Pero no se equivoquen. Está no es una familia abusiva, ni tampoco es perfecta. Son solo un puñado de personas que se aman, pero que no saben demostrarlo. Nadie les enseñó la forma correcta de amar, ni de comunicarlo y terminan haciéndose daño por eso.

Aliados temporales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora