CAPITULO III

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El oasis privado de Taehyung era aún más hermoso de lo que Jungkook se había imaginado. Exuberantes palmeras lo invadían todo, el sonido de pájaros exóticos y otros animales flotaba en el aire mientras los criados se afanaban en supervisar las tierras y los arrendatarios. La hacienda Kim era incluso más magnífica que Chez Ma Coeur, el gran oasis particular en las islas Virgin que había pertenecido a la familia Jeon durante casi un siglo. La mansión isleña del alfa era colosal, de mármol rosado, un claro ejemplo de influencia española. Jungkook había imaginado que se sentiría terriblemente avergonzado al tener que exhibirse desnudo delante de tanta gente, sin embargo, a pesar de sus temores, lo estaba llevando bastante bien.

Aunque aún estaba enfadado. Taehyung le había prohibido ponerse la ropa cuando el avión aterrizó, así que había viajado desnudo todo el trayecto en limusina desde la pista de aterrizaje a la mansión. Sólo con pensar en cómo le había ofendido, le rechinaban los dientes. Cuando había firmado en la línea de puntos, no tenía ni idea de que la humillación iba incluida en la venganza. Menos mal que el par de criados que lo atendían no prestaba atención a su desnudez. Los habían instruido bien en ese aspecto.

Y ahora, cinco horas más tarde, ya se había acostumbrado un poco a la falta de ropa. Y a sonrojarse. ¿Pero bañarlo? Las fosas nasales se le ensancharon. Comenzaba a sentirse como un esclavo ahora que se hallaban en la intimidad de un enorme y elegante baño.

- "Enjabóname las bolas," le ordenó el alfa con arrogancia. Clavó los ojos en sus pezones. Rozó uno con la yema del pulgar y luego lo pellizcó con el índice. "Vas a estar chupándolas constantemente, así que será mejor que uses algo que no te importe saborear"

La cara de Jungkook se volvió rojo escarlata. "Sí, señor," apretó los dientes mientras empapaba su escroto con aceite de coco y en seguida empezó a extenderlo frotando. Él no se había dado cuenta de su enfado o le ignoraba a propósito, pensó sombríamente. ¡Maldito! ¿No saldría nada bueno de este hombre?

Taehyung cerró los ojos y se recostó hacia atrás en la lujosa bañera, tan grande que parecía una piscina infantil. Apoyó la cabeza en una almohadilla de baño, y se relajó alzando los brazos sobre la cabeza. Metido en el agua hasta las rodillas, el omega lo lavó de pies a cabeza, frotándole la piel con las manos. No le había permitido usar esponja, así que tenía que lavarlo de esta manera, deslizando las manos enjabonadas de arriba a abajo por su pecho, su torso, y sus piernas ejercitadas. Evitó cuidadosamente su enorme pene, algunas cosas era mejor no molestarlas. Se mordió el labio mientras estudiaba su cuerpo. Si acaso, sólo había mejorado con los años. En el pasado su cuerpo había sido delgado y atlético, ahora en cambio se veía duro y firme. En el pasado sus facciones habían poseído un encanto casi infantil, ahora en cambio estaban claramente definidas, enriquecidas con la experiencia de la madurez. Desvió la mirada, angustiado por la dirección que tomaban sus pensamientos. Él te odia, idiota. Intenta recordarlo...

- "Quiero que la toques," ordenó el alfa con voz ronca. Jungkook levantó la mirada. Se mordisqueó el labio inferior, notando enseguida de que "la" hablaba. Su mirada azabache descendió a lo largo de su cuerpo, centrándose en la gran erección que sobresalía del agua. "Tócamela," murmuró, entreabriendo sus intensos ojos ámbar para mirarlo.

Con los párpados entrecerrados, el timbre de su voz revelaba su excitación. Sus tetillas, relajadas hasta el momento, se habían arrugado en tiesos botones. El omega expulsó el aliento. Era él quien había provocado su excitación. Considerando las circunstancias de su matrimonio, resultaba difícil no reaccionar al hecho de que él, el corriente omega, Jeon Jungkook, había conseguido que el atractivo y poderoso Kim Taehyung se pusiera duro como una roca.

⌒ ✶ PECADOS PATERNOS 𖥨 TAEKOOK ADAPTACION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora