Una vez ... en Diciembre (Lucemond)

El inicio

Pov Corlys

Hubo una época, no hace mucho tiempo en King 's Landing, en que vivíamos en un mundo encantado de elegantes palacios y grandes fiestas.

En esa bella época, la Reina Rhaenyra Targaryen era ahora la gobernante después del fallecimiento de su padre Vicerys.

Fin Pov

Un enorme palacio se levantaba ante un carruaje que llevaba al apodado señor de las mareas, un hombre tan poderoso como amable.

El señor Corlys, había tomado un enorme cariño por la ahora reina de King 's Landing, porque sin falta él se encontraba en casi todos los eventos que se realizaban alrededor de la ahora soberana.

En cuanto entró al lujoso palacio cubierto de emblemas de dragones y colores rojos y dorados fue bien recibido por los invitados y por su puesto por Rhaenyra y su ahora esposo Daemon.

Lo llevaron junto con los invitados de honor donde tenían un lugar reservado solo para él, y mientras el hombre saludaba a los presentes los jóvenes hijos de la regente presentaron sus saludos.

- Lucerys, HIJO¡¡- llamó el hombre.

Entre la multitud y siendo perseguido por su padre Daemon, salió un pequeño joven de apenas 8 años que correteaba y hacía muecas burlando al peli plateado.

Iba vestido con un hermoso traje de gala color blanco y dorado, resaltando así su belleza y ternura que encandilaba a todo aquel que lo mirara por solo unos segundos. El cabello como siempre, alborotado y repleto de rizos que rebotaban con sus brincos y piruetas.

Solo en un pequeño descuido el mayor lo atrapó entre sus brazos y lo levantó con facilidad haciéndolo reír con alegría. Si algo Corlys debía admirar a Daemond era el enorme cariño y protección que brindó hacia los hijos de Rhaenyra.

El castaño en cuanto posó sus ojos en el hombre que llamó su nombre, iluminó su cara con una radiante sonrisa. Para Corlys Velaryon aquella noche, ninguna estrella brillaba más que su pequeño Lucerys, el más joven de los que consideraba sus nietos.

Pov Corlys.

Me suplico que no regresará a Mercaderiba, así que mandé a preparar un regalo especial para él, así la separación sería menos dolorosa, para los dos.

Pov fin.

Entre aquella multitud de personas elegantes y poderosas, unos ojos violetas más jóvenes se maravillaban con lo que podían apreciar.

El joven Aemond era solo un pequeño mozo de 10 años que se solía colar en las fiestas y poner toda su atención en los movimientos y costumbres de la alta sociedad del reino. Fue en ese momento que volví a apreciar la belleza de Lucerys.

Aunque le parecía un niño mimado, en realidad, lo veía sumamente adorable.

Mientras tanto, Corlys sacaba de su abrigo algo parecido a un alhajero en colores dorados. Se la mostró a Lucerys que miraba asombrado aquel objeto pero no se atrevía a tocarlo.

- ¿para mí? - hablo sorprendido.

Aemond estaba por acercarse a escuchar, pero en ese momento uno de los mozos mayores lo pescó y lo llevó lejos de aquel lugar.

- Aemond, tu lugar es la cocina, vamos de inmediato¡¡-

Corlys, usó algo parecido a una llave diminuta con la que dio vuelta en el alhajero y de este comenzó a brotar una hermosa melodía que Lucerys conocía a la perfección.

Emocionado aún más abrió sus brillantes ojos.

- ES MI CANCION ABUELO¡¡-

- Así es pequeño, la podrás escuchar en las noches para que te arrulle, y así no te apartaras de mi en tus pensamientos. -