Cuando Kendall volvió a casa su familia la interrogó acerca del encuentro con los niños Graham.
Para la modelo no había mucho que contar, así que solo menciono lo obvio; tuvo que darse un chapuzon para evitar que Marie se ahogara. Decepcionadas por la falta de detalles dejaron que Kendall se fuera a bañar y dejaron ahí el tema.
Pasaron un par de días en relativa normalidad hasta que una visita inesperada se presentó en la residencia Jenner buscando a Kendall.
Kris se sorprendió gratamente, estaba familiarizada con la chica y sus sentimientos hacia su hija pero esta era la primera vez en una década que se paraba en persona en la casa de la familia. Contempló el bolso al qué se aferraba y decidió parar su evaluación por el momento.
— Hola cariño— sonrió alegre Kris— ¿Hoy es el día?— se rió ante el nerviosismo de la chica— Kendall no está pero puedes hacerme compañía y esperarla.
Marie asintió tímidamente, agradeciendo que Kris pudiera entenderla sin hacerla hablar. Siguió a la mujer hasta el interior de su casa esperando que le dijera que hacer.
— No estés tan nerviosa, cariño— comento Kris sin mirarla— Feliz cumpleaños por cierto.
— Gracias— respondió tratando de sonar segura.
— ¿Qué tal la fiesta? Oí que Kendall tuvo un momento divertido.
Marie se retoncio en donde estaba parada, no quería que la primera impresión que tuviera Kris Jenner de ella fuera la de una borracha torpe.
— Fue agradable, mi hermano no es el mejor organizador pero fue lindo que se tomará la molestia de planear algo para mi.
— El pequeño Joseph— recordó Kris con una sonrisa amena— Ustedes dos eran los más lindo cuando eran pequeños.
La rubia acepto el vaso que le ofrecía Kris, desconocía el contenido pero esperaba que no fuera alcohol. Ambas trasladaron su charla al living donde tomaron asiento.
Tras 40 minutos de conversación que Marie aguanto magistralmente finalmente pudo tomar un respiro cuando Kris recibió una llamada. Decidida a salir de ahí y volver a la seguridad de su casa, la rubia sacó con delicadeza una carta perfectamente sellada y se levantó del sofá.
— Señora Jenner, yo, disculpe la interrupción, debo irme— hablo en voz baja auténticamente apenada por distraer a Kris de su conversación por el teléfono.
— Oh cariño, entiendo. Le diré a Kendall que vaya a buscarte en cuanto llegue— contempló el sobre que sostenía y sonrió— ¿Eso es para ella? Se lo daré.
— Gracias, permiso— se retiro botando la carta en la encimera.
Corrió hasta atravesar la calle y llegar a la puerta de su propia residencia. Su hermano ya la esperaba afuera y rápidamente ambos entraron.
— ¿Cómo te fue?, ¿ya puedo llamarla cuñada?— se rió el mayor.
— No la vi, uh, no estaba.
— Bueno, eso apesta. Te pusiste extra bonita para ella— se lamentó siguiéndola escaleras arriba— Incluso te pusiste el collar que te obsequio.
— En caso de que realmente sea de ella.
Para deleite de Marie, al día siguiente de su fiesta de cumpleaños y mucho más sobria, su hermano le entrego un obsequio de parte de Kendall. O al menos esperaban que fuera de ella, con todos los acontecimientos y la manera en que encontraron la discreta caja bien podría ser de cualquiera de sus invitados.
Era una pieza muy bonita, no extremadamente costosa pero igualmente llamativa. Marie era algo quisquillosa con los accesorios, generalmente no los usaba y por ende no poseía muchos de estos. No se consideraba lo suficientemente delicada para hacerlos coincidir con su personalidad. Por eso, el que Kendall decidiera darle algo tan lindo, la emocionó y motivó suficiente para dedicar un tiempo extra a verse más femenina.
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Cinnamon | KENDALL JENNER
FanfictionLa joven Marie Antoinette siempre ha sido una niña dulce vecina de los Jenner qué ha admirado de lejos a Kendall como su crush. ¿Qué pasará el día que la modelo se entere de esta atracción? OC x Kendall