{ I won't let you go } Tsurugi X Tenma

× S K I N ×

-Yo nunca... He besado a un chico. - dijo Shindou riendo maléficamente mientras bebía a la par que Kirino. Todos sintieron el terror. Se miraban entre ellos confusos e intrigados, pero también intimidados. Kariya fue el primero en beber.
Shindou miró a Arion, quien pegó un respingo y se puso rojo como un tomate.
-Creo que falta gente. - dijo mirándole mal. - Hay que ser sincero o si no el juego no tiene gracia.
Tenma miró a Tsurugi de reojo. No movía ni un músculo pero no sabía si por la vergüenza o porque sólo estaba ahí para acompañarle y ver a los demás hacer el tonto.
Se armó de valor y bebió de un trago ante la atenta mirada de todos y la sorpresa de alguno.
-Pero, ¿quién? ¿Está aquí? - preguntó Kaiji.
Shindou, que ya estaba satisfecho, le defendió:
-Cuando toque tu turno preguntas.

El siguiente era Kirino, luego J.P., Kaiji y así sucesivamente. Cuando le tocó a Tenma se lo estuvo pensando un buen rato, aunque en verdad sabía lo que quería decir pero necesitaba mentalizarse. Miraba al suelo concentrado para poder hablar mientras sus manos temblaban.
-Y-yo... Yo nunca... - empezó a decir muy bajito. - Yo nunca lo... He hecho...
Ni siquiera miró a la cara al resto. Nadie parecía sorprendido, es más; casi nadie bebió y se formaron risas y jaleo hablando de los que habían acabado el vaso.
Tras unos segundos logró mirar a Tsurugi, encontrándose con sus ojos amarillentos. Pero lo importante era que su vaso seguía intacto y que tampoco se estaba acercando a besarle. Suspiró para sí mismo aliviado y le sonrió tímidamente. Estaba avergonzado pero bastante más tranquilo de no sentirse presionado de estar con alguien que no fuera virgen. Aunque en realidad aún no sabía si estaban juntos. Tsurugi le devolvió la sonrisa y se dispuso a pensar qué diría en su turno, pues apenas tenía delante a tres personas.

Al Tenma haber abierto un cajón tan interesante el ambiente se animó más y, aunque luego no preguntaran eso de manera definitiva soltaban disparateces.
-Seguimos queriendo saber con quién te has besado, Tenma.
Él seguía sin saber qué hacer ante tanta presión, pero Tsurugi le importaba más que todo eso. Shindou ponía los ojos en blanco y decía que era demasiado obvio, pero nadie parecía percatarse.

-Yo nunca he besado a un compañero de equipo.
Al escuchar esto todos miraban expectantes a Tenma, quien se puso rojo como un tomate y agachó la cabeza. No podía más con la presión de sus compañeros quienes parecían realmente molestos por su falta de sinceridad cuando ellos lo habían sido.
-Oh, vamos. Sois ridículos. - dijo molesto Tsurugi. Tenma le miró con los ojos llorosos y pudo ver cómo se acercaba a él. Sus pulsaciones subieron en un instante y su cara empezó a arder en cuanto le tuvo cerca. Le tomó la cara y le besó en frente de todos. Estaba petrificado.
Tras unos segundos se separó de él y volvió a su sitio. Todos estaban estupefactos. No sólo había confirmado que había sido él, si no que era ÉL.

Tsurugi dejó la copa en la mesa y se marchó de la sala.
-Me aburrís. - dijo mientras se marchaba.
Todas las miradas se clavaron en Tenma en cuanto se fue.
-Oye... Cómo lo teníais escondido.
-¿Cuánto tiempo lleváis?
-Te va a destrozar seguro...
-Pero, ¿es el Tsurugi de verdad?
Comenzaron a bombardearle a preguntas. Se puso muy nervioso y empezó a temblar de nuevo. Por suerte J.P. le salvó:
-Si hasta ahora no ha contado nada es porque no quiere contar nada. Si queréis preguntarle algo para eso está el juego.
Tenma le miró agradecido y suspiró. Continuaron con el juego pese a las quejas de los demás.

Tsurugi rondaba por la mansión mirando cuidadosamente la decoración. Los lujosos adornos le recordaban al edificio del Sector Quinto y no le transmitían mucha confianza.
Suspiró para sí sabiendo que había ido a la fiesta por Tenma. Ahora esperaría a que se quisiera ir a casa para acompañarle. Eso le daba tiempo, mucho tiempo para pensar si le pediría salir o no. Pero en cuanto esos pensamientos rondaban su mente los evitaba, como hacía con cualquier cosa que le pudiera hacer daño por mínima que fuera la posibilidad. ¿Quién querría salir con él? Si no fuera por su talento nadie se hubiera acercado a él, y tampoco estaría ahí con ellos.