BethEn la mañana desperté por mi alarma, apenas amanecía. Mi cuerpo se sentía pesado al igual que mis párpados, pero la emoción de ser mi primer día podía más así que me levanté rápidamente de la cama y me di un baño. Vaya que, si me despertó esa agua helada, realmente no me quejaba era extraño, pero amo el agua fría en mi cuerpo no suelo usar calentador, aunque lo tuviese en el lugar, esa sensación de adormecimiento hacía que me despertase más rápido y ayudaba a mi metabolismo. ¡Un punto importante para el agua fría! Una voz adormilada se escuchó del otro lado de la puerta.
— ¡Mande! — Dije al no escuchar correctamente.
— ¿Con que Profesor te tocó la primera clase? — Mencionó una Amelia que no quería salir del hospedaje.
Cerré la llave y me envolví en la bata de baño para salir y mirarle recostada de la pared con los ojos cerrados. Si que se notaba que era lunes.
— No lo sé, déjame ver la matrícula — Corrí hasta la habitación buscando en mi mochila la misma.
— ¿Con Vosto...koff? ¡En el salón 111! —Que apellido tan raro, no es de por acá seguramente. Ese era mi pensamiento mientras miraba las otras clases. ¡¿Tres horas?! Voy a fallecer, no estoy soportando los horarios y aún no comienzo el primer día.
— Ese es nuevo, nunca lo había escuchado... aunque llegaron tres maestros nuevos además de ese, Walsh, Johnson y Jone, nos estamos volviendo una universidad internacional — Bromeó la rubia mientras se metía al baño.
¡¿Quién se apellida Vostokoff.. siquiera como se pronuncia eso?! De seguro es un señor mayor que no dará bien sus clases porque está a un pie de la tumba... ¡Dios! Ampárate de mí, yo tu fiel servidora. Aproveche a vestirme, unos vaqueros negros con una camiseta manga larga verde y unas botas en conjunto negras, cabello suelto pues ¡Hay que dar pelo! Voy cómoda y de seguro hoy es introducción. Esperé a Amelia que es de segundo año, pero toma artes conmigo al menos hice una amiga. Llegamos al salón, tenía muchos instrumentos y una tarima, el miedo se comenzaba a apoderar de mí, no era la persona más sociable del mundo y me causaba ansiedad el tener que pararme frente a un público solo por equivocarme, me gustaba, me encantaba, pero era miedo lo que me hacía dar un paso hacia atrás. Pasaron los minutos y se podían escuchar a los estudiantes hablar que no conocían a el Profesor. Vaya es hombre, tal vez sea como aquellos en películas, agresivo y exigente... mmm darse de baja no suena tan mal. Ya habían pasado quince minutos, treinta minutos... momento apropiado para salir y correr de este lugar, en ese momento entra una mujer con porte elegante, traje negro con un escote bastante arriesgado, cabello negro y anillos oro, se me hace conocida, mierda ¿Es ella? La del café. Baje la cabeza cuando se volteó y comenzó a hablar estaba avergonzada, aunque ambas nos habíamos disculpado no quita la situación.
— Buenos días, chicos perdonen la tardanza... Mi nombre es Ingrid Vostokoff pero para ustedes Profesora, importante ¿Ya tienen su usuario en la plataforma de la institución? Será importante pues toda tarea será entregada en ella, mi usuario es ingrid111@bajosumanto.com, ya he hecho la clase pronto les mandaré un pdf para que lo tengan y puedan repasar. Acá está la lista de asistencia busquen su nombre y firmen — Había escrito su usuario en la pizarra electrónica, pasó la hoja de asistencia todo eso con una sonrisa radiante.
Se veía amigable a simple vista ¿Será igual todo el semestre? Dios son tres horas, espero no dormirme. Amelia me pasó la hoja de asistencia, no estaba mi nombre, claro asistencia tardía. Dios ampárate de mí una vez más.
— Permiso Profesora — Su mirada se clavó en mí, claramente me reconoció, podía sentir mi rostro calentarse, estaba sonrojada ¡Pero de la vergüenza!
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Epifanía del amor
RandomLos cuentos de hadas y princesas son hermosos y llenos de ilusión, magia... pero porque la realidad no puede ser parecida? Todos sabemos lo dura que es la vida y lo duro que es encontrar el amor en estos tiempos, más libertad pero de igual forma más...