𝐢. 𝐛𝐚𝐫𝐚𝐭𝐢𝐞

1.3K 229 81
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Quisiera poder hablar frente a frente contigo, Sanji"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Quisiera poder hablar frente a frente contigo, Sanji"

En un restaurante, como lo era el Baratie, era costumbre que estuviera siempre lleno de clientes arrogantes y derrochadores de dinero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En un restaurante, como lo era el Baratie, era costumbre que estuviera siempre lleno de clientes arrogantes y derrochadores de dinero. Melody estaba acostumbrada a escuchar a un chico en particular quejarse siempre de estos; si mal no recordaba, su nombre era Sanji. Era el hijo adoptivo del dueño del restaurante, Zeff. A ella le agradaba su punto de vista sobre la comida, y también había tenido la dicha de disfrutar de una rica pasta a la carbonara hecha por él mismo, gracias a las órdenes del Jefe. La castaña dormía en un lindo sótano decorado con luces y pegatinas de estrellas fosforescentes en el techo. Según sabía, el rubio menor era un pervertido, aunque no creía eso de cierta manera. Simplemente pensaba que el chico amaba a las mujeres, lo cual estaba bien.

Estaba bien amar al ser humano, así como también odiarlo, como ella lo hacía con su propio padre. ¿Cómo era posible que alguien abandonara a su hija en medio de la selva? Eso se preguntaba diariamente desde que era una niña. Luego, ese sentimiento de odio cambió a asco y finalmente a indiferencia. Quizás si su padre nunca la hubiera abandonado, no habría tenido la oportunidad de conocer a la tripulación de Shanks ni de estar cantando en el Baratie. Pero tenía que dejar de pensar en su estúpido progenitor y prepararse para su próxima presentación. Se puso un vestido manga larga de color verde agua que le llegaba un poco más arriba de la rodilla. Le parecía incómodo que la gente disfrutara viendo su figura a través de la delgada tela, pero no juzgaría a los pervertidos. Le resultaba secretamente emocionante que hombres y mujeres desearan ver su rostro, pero eso era otro tema a discutir más adelante. Salió discretamente del sótano para dirigirse al escenario, donde ya había un público esperando que cantara.

ghost singer; vinsmoke sanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora