DE PEON A REINA II HOUSE OF THE DRAGON

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 2

Una sonrisa había adornado el rostro de la princesa durante toda la mañana levantando el ánimo de todos a su alrededor. Gwen Waters estaba detrás de ella, trenzando el cabello rubio plateado de la princesa.

Gwen era otro miembro del círculo que Daenyra había seleccionado personalmente. Amable e inocente pero leal más allá de lo comprensible, Gwen, de trece años, era perfecta.

La princesa que ahora tiene tres años había ganado tres miembros leales de su corte. Ser Derek Snow, Gwen Waters y su compañera Lady Catelyn Tully. Todos adoraban a la princesa por encima de todos los demás.

"Se tymptir rhaenagon tubī" (El juego comienza hoy). La princesa susurró para sí misma mientras le colocaban un hermoso collar de dragón alrededor de su delicado cuello.

Hoy era el torneo para el heredero. Su madre no viviría ese día, pero ese fue también el momento en que realmente comenzó el juego. Se había ganado la reputación de ser un genio, un ángel perfecto.

Ella era el diamante de la Casa Targaryen y comenzaría a colocar las piezas en el tablero.

"Te ves, hermosa princesa. ¿Estás entusiasmada con tu nuevo hermano?" -Preguntó Gwen.

"Oh, sí. Siempre quise ser una hermana mayor". Ella sonrió.

Se puso de pie, alisándose el vestido rojo mientras salía de la habitación. Ser Derek esperaba fuera de la puerta, firme como una estatua. Su rostro se iluminó al ver a la pequeña princesa.

"Te ves preciosa, mi princesa." Ser Derek sonrió suavemente, una visión reservada sólo para la propia princesa Daenyra.

Un sirviente se acercó a ellos mientras caminaban por los pasillos y le susurró a la princesa que el Príncipe Rojo Daemon había sido visto en la sala del trono.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras se dirigía a la sala del trono. Rhaenyra todavía estaba montando su dragón y lo estaría por bastante tiempo.

Se dirigió hacia la puerta y le guiñó un ojo al guardia mientras se llevaba el dedo a los labios insinuándole que guardara el secreto. El guardia se rió de las payasadas de la princesita al abrirle la puerta.

Miraron y vieron a Daemon sentado en el trono de hierro. "Siete infiernos" murmuró el guardia mientras la princesa le hacía un gesto para que se fuera.

"¿Skoros issi ao haciendo kesīr?" (¿Qué estás haciendo aquí?) Su tono era ligero y burlón, lo que hizo sonreír a su tío.

"Causando problemas como siempre. Konīr iksos nykeā torneo isse issa rigle." (Hay un torneo en mi honor) Dijo levantándose del trono y acercándose a su sobrina.

"Hay un torneo para el heredero. Aunque no entiendo por qué alguien celebraría tener que sentarse en ese feo trono".

Su risa resonó en la habitación vacía mientras sonreía: "Hasta que tu madre dé a luz a un hijo, el heredero sería yo... entonces es mi torneo".

"Entonces oraré diligentemente por un hermano. Aunque históricamente parece poco probable". El brutal descaro en sus palabras divirtió muchísimo a Daemon. Ella le recordaba a él mismo, un sabelotodo un segundo hijo.

Por supuesto, todo esto fue inventado, Daemon vio lo que ella quería que él viera. "Ziry iksos sȳz naejot ūndegon ao" (Qué bueno verte), dijo mientras abrazaba al príncipe.

"Nyke emagon miss ao tolī, byka mēre" (Yo también te he echado de menos, pequeña) Le dio un delicado beso en la cabeza antes de soltarla una vez más.