CAPITULO 24

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Pasaron cerca de veinte minutos, o quizás más, ya perdió la cuenta. Los minutos más largos de la vida de Jungkook, sin dudas, donde el fuego y el vacío se habían instalado en su estómago y al parecer se resistían a irse... hasta que alguien saliera y le diera alguna información de Taehyung. Que alguien le diga que su omega estaba vivo, y bien. Que le dejaran ver a su cachorro. Lo necesitaba tanto como necesitaba respirar.

Estaba solo en esa puerta, tal como lo habían dejado. Esperando, aún. Del otro lado, su hermoso omega estaba sufriendo quien sabe qué cosa y tampoco sabía nada de su cachorro. Necesitaba a ambos, los quería ya. Ahora. Eso era lo único en lo que su mente pensaba.

Los segundos en que los que Taehyung lo sostuvo en sus brazos, y como Jungwon se calmó, fueron los más impresionantes de su vida. Amor puro y en cantidades abundantes, perfección en todas sus formas. Jungkook no pudo mirarlos con nada más que no fuera amor rebozando en su corazón, y escapándose en forma de lágrimas.

-Sr. Jeon- una enfermera murmuró, y Jungkook levantó la vista automáticamente. Ansioso por algún tipo de información- necesito que me acompañe, su cachorro lo está esperando para ser vestido- le dijo suave. Jungkook asintió, con un nudo en la garganta.

-¿Y Taehyung?- preguntó, cuando la seguía.

-Lo están llevando a una habitación, enseguida va a venir la doctora a hablar con usted- murmuró, pasando a un sector más privado- pero está bien, si eso es lo que necesita saber- le dijo cálida.5

Jungkook al fin respiró, entonces. Esa eran las palabras que más había necesitado escuchar en su vida.

Llegaron a una habitación, donde había una enfermera y una pequeña cunita donde estaba Jungwon. Jungkook tragó saliva. Estaba limpio, con las manitos cerca del rostro en pequeños puños y en una de las muñecas Jungkook leyó - Jeon Jungwon en una pequeña pulserita blanca. Literalmente se derritió de amor, por enésima vez en el día.10

-Jungwon lo está esperando para que lo vistan- cantó un de las chicas. Jungkook la miró con pánico.

-¿Yo?- preguntó, con miedo en la voz. Ellas rieron bajitos, y asintieron.

-¿Es usted el padre, no?- inquirió una, y el asintió.

-Es mi cachorro- dijo, con orgullo en su voz y en los ojos- solo tengo miedo de hacerle daño- susurró, acercándose a la cuna, y pasando un dedo por la tersa piel del pecho descubierto de Jungwon.

Una de ella, trajo ropita que habían dejado preparado para éste momento.

-Un papá nunca va a hacer daño a su bebé- le comentó ella.7

Jungwon estaba desnudo con un pañal cubriendo su pequeño cuerpo, tapado a penas con una mantita. Por suerte, dentro del lugar no hacía nada de frío. Jungkook recibió el pañal de recién nacido, y con indicaciones se lo cambió porque en ese minutos que llevaba en el mundo exterior ya se había ensuciado hacia a penas unos minutos. Le quedaba grande, se dió cuenta, incluso siendo el más pequeño que había. Sus piernitas bailaban y Jungkook sonrió, con lágrimas en los ojos. Luego, una batita blanca llena de ositos de colores, y un pantaloncito que hacía el juego perfecto.

Le indicaron como debía sostenerlo, y no tocarle demasiado la cabeza. Jungwon seguía tranquilo, haciendo puchero eventualmente, cuando era movido de un lado a otro. Cuando le pasaba las manitos por las mangas y lo cerraba en el pecho, y cuando colocaba cada piernitas dentro y le ajustaba en la cintura a penas. Jungkook se inclinó y le dejó un suave beso en la frente, que Jungwon parecía no haber registrado porque seguía imperturbable.

BURDEL [KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora