EXTRA III -CELOS II-

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Hay veces, en las que Taehyung es muy bueno escondiendo cosas, y ésta esa una de esas, como sus sentimientos e inseguridades, por ejemplo. Así como tantos años tuvo que ocultar su repulsión hacia los alfas que compraban sus servicios, hacia esas personas asquerosas que usaban su cuerpo por algo tan simple como el dinero, había ocultado en cada encuentro cómo deseaba desaparecer, esfumarse y convertirse en la nada misma.

Y eso mismo estaba haciendo ahora, guardando dentro de su mente esas palabras que Sunghoon le había dicho en el cumpleaños de Beomgyu. Esas palabras que no debieron calar tan hondo en sus huesos, pero aún así lo hicieron. Taehyung sabía que Jungkook había tenido compañeros sexuales antes que él, por supuesto, no era tonto. No es como si él fuera virgen al momento de conocer al alfa, pero una cosa era saberlo y otra cosa era conocer a uno de carne y hueso, y que ese alguien amenazara con poner en hake todo lo que había logrado en su vida, y la tranquilidad de su familia.

Jungkook, ni bien salieron de la fiesta, le había preguntado si estaba todo bien, de nuevo. Le comentó que lo sentía raro, y que necesitaba estar seguro de que estuviera bien. Y Taehyung mintió de inmediato, le dijo que estaba bien. Que nada había pasado, porque intentaba convencerse de que nada había sucedido y que Sunghoon había sido una invención cruel de su mente.

Pero no había sido así.

Es por ello que los siguientes días Taehyung se obligó a olvidarse del rubio omega y de esas palabras con gusto agrio que le había casi susurrado. Intentó concentrarse en su rutina, en sus hijos y en su amoroso alfa, porque si algo no quedaba dudas era que Jungkook era y seguía siendo el mismo alfa dulce, amoroso y protector que conoció hace tanto ya más de una década. Uno que lo besa todas las mañanas antes de ir a trabajar, que lo abraza por las noches y le susurra lo mucho que lo ama, y eso... esas cosas las que aplacan esos sentimientos y miedos irracionales, las que los hacen desaparecer. Pero cuando se encuentra sólo, en la inmensidad de sus pensamientos, eso es algo completamente distinto.

-¿Lo has hablado con Jungkook?- además del aroma de Jungkook que siempre logra tranquilizarlo, también está el de su hermana. Rose le acariciaba suavemente la mano por encima de la mesa, mientras Tzuyu tomaba una siesta y Heeseung se encontraba en la escuela.

Taehyung miró hacia Ji-hyo, que jugaba tranquilamente en su cochecito, con sus ojitos verdes bien abiertos, mientras agitaba sus manitos y pies al aire. Ajena a todo. El omega sonrió hacia ella, y luego hacia su hermana. Negó con la cabeza.

-No lo he hecho- susurró, volviendo a tomar su té verde. Luego de unos segundos de silencio, donde Rose lo estaba dejando para que hablase, lo hizo- No, no sé si debería Ross. ¿Qué puede cambiar que Jungkook haya...ha-ya pasado sus celos con él?

-Es cierto, no cambiará el pasado, hermanito, eso es verdad- coincidió, la alfa, hablando con suavidad- Pero puede darte tranquilidad en el presente, y no es bueno que un omega se estrese de ésta manera, y que su alfa no lo sepa. Él puede darte la tranquilidad que estás necesitando.

Taehyung sacudió la cabeza.

-Si, no sé...tengo miedo d-de saber, ¿Y qué si Jungkook se da cuenta, al fin, de que no valgo lo suficiente, Ross?- una sola lágrima caía por su rostro.

Rose chasqueó la lengua, y fue a sentarse a su lado con rapidez y lo abrazo en su pecho.

-Hey, no pienses eso. Te lo prohíbo, has escuchado- buscó el rostro de su hermano, y lo miró profundo- Tu alfa te ama, y ama a sus hijos, TaeTae ¿De dónde sale ese pensamiento, luego de tantos años?- preguntó despacio. Taehyung hipo, se limpió un ojo con el dorso de la mano.

BURDEL [KOOKTAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora