❝Atados al amor.❞『•MinSung•』

O2

Lee MinHo

Para mí, los días pasaron extremadamente rápido. Toda mi familia estaba emocionada por aterrizar en Malasia y morían por ver a JiSung, mientras que yo moría de nervios. ¿Qué haría al verlo? No lo sé. Había pasado tanto tiempo sin él, que sentía que algo en mí se detendría al mirarlo.

¿Acaso no pienso en lo que sucedió? No sé qué hago extrañándolo, ni pensándolo. Pero no puedo controlar este sentimiento. Escuchaba su nombre y mi corazón se aceleraba. Cada foto que veía de él, cada día estaba más hermoso. Y es que, a pesar de todo, no puedo odiarlo, por más que quiera. Y por más que intente engañarme, no logro olvidarlo, ni solo ni con alguien más.

—MinHo, hijo, la fiesta comienza en dos horas. ¿Ya te bañaste al menos?

En estos momentos, odio haber decidido pagar una casa para los días que estaríamos aquí en lugar de irnos a un hotel. Realmente lo odio. No puedo tener mi privacidad, ni me tratan como a un hombre. Es imposible.

—No, mamá. Ya voy a hacerlo.

La escuché entrar a la habitación que me había tocado. Sinceramente, en Malasia también había muchos lujos. Esta habitación parecía la principal por lo grande que era. Estaba acostumbrado, pero no podía creerlo. Pensé que Malasia era antigua.

—MinHo, deja de buscar cualquier noticia sobre JiSung. Lo verás hoy.

—Mamá, no estoy haciendo eso, por Dios — rodé los ojos; obviamente lo estaba haciendo, pero no lo admitiría.

Tomó el traje y lo colocó en la cama. Luego, mi madre me dio un sonoro beso y salió de la habitación. Sé que ella sabía bien cómo me sentía, y todo lo que dijo fue: “Hijo, esto a veces sucede. Pero deberías pensar si lo que viste era verdad o solo quisieron que vieras eso. JiSung te quiere y jamás te dejaría”.

Lo pensé tantas veces, pero JiSung no me había buscado, no quiso hacerme cambiar de parecer. Y eso daba mucho en qué pensar.

Han JiSung

No sé quién me tenía más aturdido, si mi madre o mi hermana. Pero los nervios también me tenían loco. Esta fiesta era en honor a mi padre y su trayectoria, y yo era el anfitrión. Estarían todos sus socios y sus familias. Creo que pasaría la noche saludando y dando gracias.

—Hijo, te ves hermoso. Te aseguro que si tu padre estuviera aquí, estaría más que feliz.

—Mamá, no hables de él como si estuviera muerto, por favor. Está trabajando, así que por favor, vamos a dejarlo así.

Aún no teníamos noticias de él y, para mamá, posiblemente es como si no existiera. Ella creía que no me daba cuenta de las noches que pasaba llorando, llamándolo o esperándolo en la sala con la esperanza de verlo entrar. Pero sé que no estaba muerto, mi padre es extremadamente fuerte para eso.

—¡Cuñado, te ves espectacular! Hoy conseguirás como cinco novios.

Tenía puesto un blazer negro, con la parte de la espalda un poco descubierta, acompañado con un cinturón y un pantalón con zapatos negros. Me sentía sexy. Era el anfitrión, por lo tanto, tenía que verme así.

El auto llegó por nosotros para llevarnos directo a la fiesta. Tenía ciertos nervios y mis manos sudaban. Aún no sabía por qué. MinHo no estaría aquí, o eso me habían dicho. No esperaba encontrármelo en la fiesta. No sé qué haría si lo tuviera de frente. Suficiente había llorado.

El lugar estaba lleno, y todo estaba como yo había querido. Nunca había planeado una fiesta de esta magnitud y quedó justo como me lo imaginé. Después de fotos y miles de saludos, logré poder respirar un poco. Esta es la vida que mamá disfrutaba. Unos gritos me sacaron de mis pensamientos. Felix venía casi corriendo, jalando de los brazos a Chan y Eric.