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Lee MinHo

Las semanas pasaban muy rápido y en mí aún no desaparecía ese sentimiento de culpa por estar investigando a ese cabrón. Ahora JiSung corría peligro. ¡Y yo estaba tan lejos de él! No podía protegerlo y, no tanto la distancia, nuestra relación tampoco me permitía hacerlo. Hablábamos muy poco, solo cuando era estrictamente de trabajo. No respondía mis correos. Ante eso, no podía hacer nada. Yo me equivoqué.

-MinHo, ¿hablaste con JiSung hoy?-preguntó Aron, entrando apresurado a mi habitación. Aún no estaba listo para irnos a la empresa.

-No, Aron. ¿Sucede algo?

-Mi cuñado me ha llamado desesperado... JiSung no está.

Solo escuchar eso hizo que mi mundo se pusiera de cabeza y ya sentía el miedo atacándome. En un dos por tres, comencé a hacer maletas; tenía que volar a Malasia hoy. Y no me importaba lo que dijeran los demás, si era un idiota o no, JiSung es lo más importante para mí y no puedo dejar de estar allá en este momento.

El jet nos esperaba, y Aron corría como un desesperado con las maletas. Y es entendible, es su sobrino. Si le pasaba algo, todos iríamos a la cárcel. Porque sé que él y el padre de JiSung no perderían la oportunidad de matar a ChangBin si lo tienen de frente. Y yo tampoco lo dudaría, aunque nunca he matado a alguien.

-Lo encontraremos, no desesperes, MinHo.

Yo quería creer que era así. Y sé que tal vez sea así, pero no sé la clase de maldad que ese hombre tiene en su cuerpo. Tampoco sé cómo estará JiSung. ¿Y si le lastimó? ¿Y si le ha hecho algo más allá que unos simples rasguños? ¿Y si lo ha golpeado? Maldición. Esto me estaba ganando. No podía controlarme. No lograba controlar mis sentimientos

Horas después de haber aterrizado en Malasia, aún no dábamos con el paradero de JiSung

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Horas después de haber aterrizado en Malasia, aún no dábamos con el paradero de JiSung. Su madre estaba hecha un desastre de tanto llorar, su hermana intentaba no hacerlo para que su sobrino se quedara tranquilo, y su padre no lloraba; no tenía rabia. Estaba neutro, serio. Y eso es preocupante. Tenía a toda su gente en la calle buscándolo.

Ya la madrugada se estaba acercando y no había una sola llamada para pedir dinero o algo más por él. Mis padres me habían llamado como mil veces para saber de él, y no podía decir nada. Por más que quisiera mentirme diciendo que él estaba bien, sé que no es así. Tal vez no sea así. Si ese ChangBin es capaz de todo, como dicen, entonces tal vez JiSung ya no esté bien.

-Gracias por venir - me dijo la señora Han sentándose junto a mí y tomando mi mano-. Realmente eres muy importante para JiSung, y si aparece y te ve aquí, se sentirá mucho mejor.

-Eso espero. Yo fui un idiota, lo lastimé mucho.

-A veces es inevitable no lastimar a quienes amamos, sea con nuestros actos o palabras. Pero recuerda algo, MinHo. El amor todo lo puede, todo lo vence, todo lo supera.

Sus palabras me llenaron de cierto alivio. No me odiaba por haber lastimado a su hijo. Pero yo quiero recuperarlo. Ya no veo mi vida sin JiSung. Es vacía, triste, desanimada. Sin ese toque de alegría y locura que él le daba. Desde que se fue, no solo yo cambié. Mi casa ahora parecía la de Drácula por lo oscura y gris; JiSung le había dado el toque de amor y chispa que faltaba. Yo no era el mismo, Aron tampoco, ni sus amigos.

Sin duda alguna, él es de esa clase de chico que se consigue una sola vez en la vida. Y no volvería a darme el lujo de perderlo.

-Su padre está orgulloso de saber que eres parte de la familia - mencionó para romper el silencio entre ambos-. JiSung tuvo malas experiencias en hombres; ChangBin fue uno de ellos. Verlo serio y feliz contigo fue lo que impulsó a su padre a quererte, a aceptarte en la familia.

-Gracias por eso, señora YooMi.

-Gracias a ti, por devolverle la felicidad a nuestro niño - me dio un abrazo y luego regresó a su lugar-. Y no me digas señora, me siento vieja y aunque ya soy abuela, no quiere decir que sea tan mayor así. Dime YooMi.

Pasaban las horas y no había señales de JiSung. La casa estaba llena de hombres que trabajaban con el señor Han y casi que le buscaban hasta en otro planeta, pero nada decía dónde podría estar. Ni la última ubicación de su teléfono o de su auto. Su padre sí que era estricto con la seguridad.

Por más que su familia quisiera ocultar la tristeza y el miedo, no podían. Intentaban reírse o hablar normal, pero no lo lograban. Para distraerme un poco, comencé a caminar por la gran casa y dejaba claro que el centro de atención era JiSung. Estaban principalmente sus fotos y premios colgados, sin contar la habitación que tenía con los reconocimientos y trofeos de la familia.

Parte de las fotos eran de ellos en eventos majestuosos. Titulares que mencionaban a la familia como la más rica de Malasia o cómo el señor Han alcanzó el éxito y la buena vida para su familia. Ya veía por qué JiSung quería alejarse de esta vida. Vivir bajo cámaras por simplemente ser un Han. Sin duda tenían un legado.

Eran pasadas las dos de la mañana y no había noticias. En mi cabeza se repetía una y otra vez que tenía que confiar en que todo estaba bien, que nada había pasado, que JiSung era fuerte y que podría con esto. Pero no podía engañarme.

-Señor - llamó uno de los tantos hombres que estaban en la casa-, hay movimiento en la parte delantera.

-¿Auto o persona?

-Ambos. Es un auto desconocido, sin placas. Hay dos hombres altos con pasamontañas.

¿Y si habían venido a matar a alguien aquí? ¿O a exigir algo por JiSung? Era dudoso que mataran a alguien aquí si estaban todos estos hombres armados.

-¡Señor, es su hijo! Lo han dejado en el jardín delantero.

En cuestión de segundos, todos salieron de la casa y corrieron justo hacia donde estaba él. La primera en acercarse fue su hermana. JiSung estaba tirado, con la ropa rasgada, los ojos cerrados y sostenía un sobre en las manos que tenía atadas.

-Papá, tenemos que llevarlo a la clínica. No reacciona, su corazón está dejando de latir.

Como loco, el señor Han comenzó a dar órdenes y en minutos ya una camioneta estaba frente a nosotros. Todos nos montamos, excepto el esposo de SoHee, que se quedó cuidando al pequeño JeongIn. El frágil y frío cuerpo de JiSung estaba sobre mis piernas, y su hermana intentaba darle aire. Fue difícil contener las lágrimas y no pensar lo peor.

SoHee, como pudo, sacó la carta y con las manos temblorosas, la abrió. Tenía en grande un sello negro que decía S.C., las iniciales del maldito que le hizo todo esto.

"Esto es solo una demostración hacia Han DongWook de lo que haré con él y toda su familia si sigue entrometiéndose en asuntos que no debe. Queda muy claro que conmigo y con mi padre no se juega. Él sabe lo peligrosos que somos. Si no quieren que esto continúe y que nadie muera, aléjense de nuestras vidas y de nuestro trabajo."

El padre de JiSung estaba muy molesto. Ahora manejaba como un meteoro y apretaba el volante como si ese fuera el cuello de ChangBin.

¡Maldito desgraciado! Hizo todo esto solo por querer dar una lección.

❝Atados al amor.❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora