Pandemonium

Pandemonium. capital imaginaria del reino infernal.

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La Semana Santa había llegado, y la congregación de la iglesia estaba completamente inmersa en los ritos y festividades religiosas. Cada día estaba lleno de actividades y ceremonias que ocupaban la atención de todos, incluyendo al joven párroco y a la monja. Sin embargo, entre las multitudes y la agitación de las festividades, Sakura encontró un momento para escapar.

Era un día soleado  y la iglesia estaba llena de feligreses. La atención de todos estaba centrada en la procesión,  nadie notó cuando Sakura se deslizó sigilosamente en la habitación del sacerdote. Había planeado este encuentro a escondidas, esperando encontrar un rincón de privacidad.

Kakashi estaba en su habitación ocupado revisando algunos documentos cuando Sakura entró silenciosamente, le sorprendió verlo absorto en su trabajo. Sin embargo, una mirada de reconocimiento  pasó entre ellos cuando sus ojos se encontraron.

Sin decir una palabra, cerró suavemente la puerta detrás de ella y se acercó a Kakashi. Él dejó los documentos a un lado, y sus labios se encontraron en un beso que permitió un juego entre sus lenguas. 

Sus manos se entrelazaron, y los besos y caricias que compartieron eran una expresión de su deseo y anhelo, después de todos sus acercamientos y pecados cometidos habían llegado a la epitome de su condena: tendrían relaciones por primera vez. Sin perder el tiempo se dirigieron a la cama, sabiendo lo que iba a suceder a continuación. A pesar de que él deseaba tomarse su tiempo, sabía que estaban en un lugar peligroso y debía avanzar más rápido de lo que hubiese querido.  Sin cuidado metió sus manos bajo el blanco hábito, acariciando y pellizcando la piel de unas blancas piernas que se abrían para recibirlo adivinando que su siguiente estación era el interior de su entrepierna húmeda y caliente, ansiosa y desesperada. Fue entonces cuando invadió don dos dedos que fueron preparándola lentamente mientras en él despertaba una dolorosa erección que esperaba encontrar su descanso dentro del cuerpo de Sakura. Suaves gemidos se reprimieron dejando una suave muestra sobre el oído del otro. 

Cuando por fin pudo penetrarla sintió que todo su interior apretaba contra su anatomía y por unos segundos olvidó que debía hacer, no obstante ella meneo sus caderas invitándolo a dejar el cuidado de lado mientras que con fuerza se aferraba a su espalda dejando marcadas sus finas uñas.  Sakura arqueó su espalda dejando sus senos a la disposición del tímido peligris que no se contuvo y mordisqueo uno de sus pezones mientras amasaba sus glúteos para entrar con mas intensidad. Bajo su cuerpo presencio como la llevaba al orgasmo mientras que en una rápida estocada se vino dentro de ella.

Sin planificarlo, tomaron una siesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Nadié debió extrañarlos porque su sueño no se había interrumpido, hasta que de golpe Kakashi abrió los ojos.

Había tenido una pesadilla. A decir verdad no era la primera vez que la tenía pero en esta ocasión fue más duradera y se sintió como si fuera real.  Mientras veía hipnotizado los pechos de Sakura elevarse y caer en cada respiración, recordó como ante el se materializó una especie de ente al que el llamo demonio, aunque no pudo ver su rostro, distinguió facciones femeninas y proporciones anatómicas que no correspondían a un hombre. El demonio trepó sobre su cuerpo, ahora su vista estaba clara, el demonio usaba su erecto pene para penetrarse mientras acariciaba su clítoris y lo veía sonriente, malicioso. Antes de despertar por completo sintió que dejó un beso sobre su frente. Despertó confundido y avergonzado de lo que sintió, pero sobretodo muy cansado. Se debatía entre contarle aquello a su novia, pero decidió dejar el tema en el olvido cuando se percató de la hora. Cada quien debía estar en su habitación, urgentemente.

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Sakura, en efecto, sabía lo que hacía. Cuando hacerlo, como hacerlo, con que intensidad hacerlo.

El clérigo estaba hechizado en un conjuro de sucio deseo pasional, sin embargo comenzó a notar un cambio en la forma en que Sakura expresaba su amor. Sus besos y caricias se volvieron  casi salvajes, empezó a preocuparse por las marcas que comenzaban a aparecer en su cuerpo.

Una tarde, después de un encuentro  en la sacristía, Kakashi se miró en el espejo y notó moretones y arañazos en su piel. Se sintió incómodo y preocupado por la evidencia física de su relación secreta. Decidió abordar el tema con Sakura.

"Cariño," comenzó con cuidado, "he notado que nuestras interacciones se han vuelto más bruscas  últimamente, y eso está bien, pero me preocupa que esté dejando marcas en mi cuerpo".

Sakura lo miró con sorpresa y preocupación, como si no se hubiera dado cuenta de las consecuencias de sus acciones. "lo siento", dijo con sinceridad. "No quería lastimarte de ninguna manera".

Él asintió, sabiendo que Sakura no tenía la intención de herirlo, pero la necesidad del momento a menudo los llevaba más allá de sus límites. "Debemos ser más cuidadosos," advirtió. "No podemos arriesgar que alguien descubra lo nuestro".

Sakura aceptó sus palabras y prometió ser más consciente de sus acciones en el futuro.  Pero la promesa se desvaneció.

Ciertas cosas se hacían evidentes: los ocasionales episodios de ira y violencia de Sakura no solo se limitaban a su tiempo a solas. Cada vez que intentaba cuestionar estas actitudes, ella lo manipulaba con habilidad para desviar la conversación, y el hundido en la necesidad de poseerla, se dejó llevar y compró cualquier argumento.

Kakashi reunió el valor para abordar el tema. "Sakura, en las últimas semanas he notado que te enojas mucho y te vuelves violenta, no solo cuando tenemos relaciones, puedes explicarme por qué?"

Sakura bajó la mirada, su rostro lleno de pesar. "A veces, siento que no puedo controlar mi ira. Es como si algo en mí se desatara y va mas allá de mi voluntad".

La miró sintiendo una mezcla de amor y miedo. "Sakura, debemos abordar esto juntos," dijo con sinceridad. "Podemos buscar ayuda si es necesario, pero no podemos ignorar estos episodios".

Pero en lugar de discutirlo más a fondo, ella cambió de tema con habilidad, evadiendo sus preguntas. Una vez mas, Kakashi, atrapado en la pasión de su amor y temiendo perderla, cedió ante sus manipulaciones y decidió darle tiempo.

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2 semanas mas tarde.

Kakashi notó algo inusual en el calendario de eventos de la iglesia. Había una reunión programada para esa tarde en la sacristía, pero él no la había organizado ni tenía conocimiento de ella.

Intrigado y preocupado por la posibilidad de que algo estuviera sucediendo en su iglesia sin su conocimiento, decidió asistir sin invitación a la reunión. Cuando llegó, la puerta estaba entreabierta, y pudo escuchar voces que provenían del interior. Con cautela, abrió la puerta lo suficiente como para espiar. Lo que vio lo dejó atónito y lleno de una mezcla de emociones que iban desde la sorpresa hasta la traición. En la penumbra de la sacristía, Sakura estaba desnuda, abrazada a otro hombre, un feligrés de la iglesia, con quien estaba compartiendo un beso apasionado.

Kakashi observó en silencio durante un momento, incapaz de creer lo que estaba viendo. Su mente se llenó de preguntas y dudas, y el dolor de la traición lo invadió. ¿Cómo Sakura podía haberlo engañado de esta manera?

Finalmente, decidió enfrentar la situación y entró en la sacristía. Ella se detuvo al instante al verlo, en cuanto al feligrés, su mirada perdida y rostro de satisfacción parecían no encajar. 

"Sakura," dijo con una voz temblorosa, "¿qué está pasando aquí?"

Sakura se mordió el labio, sosteniendo la mirada de Kakashi. "Lo siento," rió y murmuró con descaro. "No pretendía que te dieras cuenta de este modo".  Se separaron y el hombre cayó inconsciente casi al instante dejando atónito a Kakashi.

"Tengo debilidad por los hombres de fe, pero tenía hambre y no pretendo acabar contigo pronto, cariño"

Con el cuerpo frío por la impresión, Kakashi solo pudo pronunciar una única palabra: "succubus"