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Jungkook preparaba el té mientras el rubio terminaba de ducharse. Estaba dentro de un transe, acababa de meter a un completo desconocido en su departamento sin siquiera saber su nombre.

Idiota.

Las pisadas de su perro lo devolvieron a la realidad, terminó de servir el té en una taza y se encamino a la habitación donde estaba el desconocido. Abrió la puerta con lentitud y asomó su cabeza viendo al chico en la cama sentado envuelvo en una cobija.

Ya no tenía su ropa, estaba destrozada y a cambio se puso una sudadera negra que Jungkook le había prestado. Una vez limpio lo pudo analizar, sus ojos eran de un café oscuro, muy lindo y profundo a decir verdad, sus labios eran gruesos y con forma circular que pese a los golpes estos se mantenían casi intactos a excepción de un pequeño rasguño en la esquina del inferior, sus mejillas eran un poquito rellenas dándole una apariencia adorable y su nariz era fina y pequeña.

Le causaba ternura.

– Adelante – dijo el rubio al notar al pelinegro.

Este se adentro a la habitación siendo seguido por su perro y dejó la taza en el pequeño mueble a un lado de la cama. Después con cuidado se sentó a los pies de la cama para no incomodar al chico.

– ¿Como se llama? – preguntó el rubio acariciando la cabeza del perro con una pequeña sonrisa.

– Bam – respondió Jungkook – ¿Quien eres?

La sonrisa del desconocido se desvaneció.

– Una persona mala – contestó sin dejar de acariciar a Bam.

– No conozco a ninguna persona mala.

– Pues la acabas de conocer.

Jungkook lo miro curioso y suspiro pesadamente.

– ¿Como te llamas? – cuestionó nuevamente el pelinegro.

– Dime Jimin – dijo y tomo un trago de su té – ¿Y tú?

– Dime Jungkook – respondió de la misma forma y Jimin asintió – ¿Como terminaste en ese callejón?

Bam subió a la cama y se acurrucó en las piernas de su dueño.

– Es una larga historia – Jimin suspiro recargandoce en la cabecera detrás de el.

– Tengo tiempo – Jungkook contestó.

– Ni siquiera se por donde empezar, mejor cuéntame de ti.

El pelinegro asintió poniéndose un poco más cómodo.

– Mi nombre es Jeon Jungkook, tengo 25 años y me gradué de derecho en la universidad estatal de Busan, de donde soy, trabajo en un despacho de abogados y actualmente vivo con mi perro Bam en este departamento.

Jimin asintió lentamente mientras lo observaba con detenimiento.

– Me gustan los tatuajes, como podrás notar – continuó el menor mostrando su brazo cubierto de estos.

– ¿Sabías que las personas que se tatuan compulsivamente tienen problemas psicológicos? – habló Jimin, interrumpiendo la presentación del menor.

Jungkook enarcó una ceja.

– Suena ridículo – contestó el pelinegro.

– Y lo es, pero al parecer la adrenalina de sentir la aguja atravesar su piel cientos de veces por segundo les calma de alguna forma – Jimin se encogió en hombros.

– Nunca lo había visto de esa forma – dijo Jungkook viendo como su mascota cerraba los ojos relajado por sus caricias.

– Creo que ya se por donde empezar – Jimin tomo un trago de su té y miro fijamente al pelinegro.

– Adelante – le pidió.

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Satiriasis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora